Transparencia regaña a Pedro Sánchez por no detallar sus regalos como sí hace el Rey
El CTBG afea al presidente que no elabore un inventario de obsequios como el que elabora la Casa Real
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con el Rey Felipe VI en la Casa Real.
El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) ha regañado a Pedro Sánchez por negarse a detallar los regalos y obsequios que ha recibido desde que es presidente del Gobierno. En una resolución a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el organismo público afea a Moncloa que esta práctica -no elaborar un inventario- «no se corresponde con los usos actuales más acordes con las exigencias dimanantes de los principios de transparencia y rendición de cuentas de la actividad pública y, además, contrasta con la seguida por otros órganos e instituciones públicas como, por ejemplo, la Casa de Su Majestad el Rey, que publica con periodicidad anual la relación de regalos instituciones recibidos».
La Casa Real, abunda Transparencia, elabora un inventario de estos presentes «con indicación de su destinatario, fecha, acto u omisión de la entrega y la entidad o persona que lo ha entregado». En contraste, Moncloa no prevé hacer públicos los regalos recibidos hasta que «se produzca el cese en el cargo del Jefe del Ejecutivo».
Así lo admitió el Ministerio de la Presidencia el pasado mes de abril, cuando el abogado Guillermo Rocafort formuló la siguiente petición: «Solicito la relación completa de regalos que ha recibido Pedro Sánchez en calidad de presidente del Gobierno desde que ostenta el cargo, detallándose su valor económico, la fecha de entrega, así como quién ha efectuado dicho regalo y la razón o motivo del mismo».
La respuesta del gabinete que dirige Félix Bolaños no satisfizo al solicitante, que recurrió entonces al CTBG. Este ha concluido finalmente que no hay manera de acceder a esa información porque, al no existir inventario, «no hay objeto material sobre el que proyectar el reconocimiento del derecho» a la información solicitada, pero también ha afeado al Gobierno sus prácticas contrarias a los «principios de transparencia y rendición de cuentas de la actividad pública» .
El abogado Guillermo Rocafort, que además es experto en transparencia, reconoce que el CTBG es «un total referente como ejemplo de su independencia frente al Gobierno», así como que «su trabajo y sus resoluciones son todas respetables y perfectamente fundamentadas en Derecho, frente a la sistemática opacidad del Ejecutivo». Pese a esto, cree que «en este caso, aún respetando su trabajo, podría haber ido mucho más allá», y por eso anuncia que acudirá a la vía judicial.
«Aunque no haya una normativa explícita que obligue a esa transparencia desde el momento de la entrega, o anualmente como hace muy bien la Casa Real, ajustándose a las máximas exigencias y usos de la transparencia, la realidad es que se producen anotaciones y registros de los regalos recibidos por Pedro Sánchez y desde ese mismo momento es fundamental poder garantizar un escrutinio público de los mismos, sin tener que esperar a la finalización de su mandato, algo que tal y como se está desarrollando con las actuales circunstancias anómalas, parece que va a adquirir el rango de vitalicio», zanja Rocafort.
Los presidentes y los regalos
Si los expresidentes del Gobierno son un espejo en el que se mira Pedro Sánchez, estaríamos hablando de joyas de oro, platino, rubíes, zafiros, esmeraldas, colmillos de marfil, tricornios y todo tipo de dádivas. Tal y como informó la revista Tiempo en 2016, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez acumularon 1.224 objetos desde 1982. El descubrimiento se hizo en virtud de la Ley de Transparencia.
Felipe González recibió 375 regalos en sus 14 años de mandato que pasaron al inventario. En el caso de los ocho años de Zapatero, los obsequios ascendieron a 529 y José María Aznar, por su parte, fue agasajado con 320 en sus otros ocho años como presidente. Esto es, los socialistas fueron los más agasajados.
El inventario de regalos y obsequios recibidos por Mariano Rajoy jamás trascendió, quizá porque nadie cayó en esta reivindicación, pero es cierto que las relaciones internacionales hodiernas se caracterizan por una mayor austeridad que las de antaño. Aún hay países, sobre todo de la península arábiga, que ofrecen presentes de valores desorbitados, pero ahora los servicios de protocolo intentan aplacar informando previamente a sus homólogos de que no se consideran adecuados los regalos caros en las visitas. Habrá que esperar, como mínimo, hasta 2024 para saber si Sánchez ha recibido tantos presentes como sus predecesores socialistas. Pero, por lo pronto, Transparencia ya se la reprochado su oscurantismo.
