Felipe VI reivindica la Constitución: «Debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla»
El Rey emplaza a los partidos a trabajar por una España «sin divisiones ni enfrentamientos»
Felipe VI ha reivindicado este miércoles ante los diputados y senadores la vigencia de la Constitución española aprobada hace 45 años, en un momento en el que hay voces políticas que piden cambiarla o interpretarla «con arreglo al espíritu del tiempo vigente», como dijo recientemente Pedro Sánchez. «Debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla», ha enfatizado el Rey en un momento de su discurso ante las Cortes Generales con motivo del inicio de la XV legislatura.
«Las legislaturas son la medida del devenir de la vida política. Cada nuevo mandato parlamentario configura un anillo del tronco de nuestra democracia», ha recordado el monarca, quien ha hecho hincapié en que para afrontar una época «de grandes cambios y transformaciones» como la actual, se precisa «de un marco democrático como el que representa la Constitución para convivir y prosperar en libertad».
El Rey se ha centrado en los jóvenes, para los que la democracia «no es una aspiración como lo fue para sus padres y abuelos, sino una realidad en la que han nacido, han crecido y en la que se han formado como personas». En este sentido, ha ensalzado el «gran éxito colectivo» que supuso la Carta Magna, un texto que estableció «la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político como valores en los que se basa nuestra convivencia democrática».
Unos valores que, a juicio del monarca, «no están anclados en el pasado y que deben proyectarse permanentemente hacia el futuro». Por ello, ha hecho énfasis en que la búsqueda del entendimiento, el reconocimiento de las diferencias o «la certeza de que sólo superando las divisiones tienen una base segura las libertades y los derechos», fueron «ideas y actitudes determinantes» que en 1978 permitieron abrir una nueva página de la historia de España.
«Los españoles nos dejaron en 1978 una Constitución que es el alma de nuestra democracia y libertad»
Felipe VI
«Aquel momento histórico es una constante fuente de motivación porque representa el espíritu más noble en el ejercicio de la política. Reivindicar el profundo significado de aquel gran pacto entre los españoles que está en el origen de nuestra democracia no es, en absoluto, mirar atrás con nostalgia», ha subrayado ante los diputados y senadores.
La Carta Magna sí es, a juicio del jefe del Estado, «una orgullosa y consciente reafirmación de nuestras mejores capacidades como país y del mejor logro que ordena, en nuestros días, la vida de la sociedad española». Por ello, el Rey ha instado a «honrar su espíritu, respetarla y cumplirla, para hacer efectiva la definición de España como un Estado Social y Democrático de Derecho».
Felipe VI ha reiterado que España alcanzó en 1978 «su mejor expresión en el entendimiento mutuo sin imposiciones ni exclusiones y en la voluntad de integración que enriquece, con la diversidad y el pluralismo, nuestro proyecto común, nuestro vínculo emocional y solidario como Nación».
«Esto fue lo que hicieron los españoles hace 45 años. Nos dejaron una Constitución, que es el alma de nuestra democracia y libertad, con un espíritu inclusivo de ideales y convicciones y un propósito común como jamás habíamos tenido. Una España serena, ilusionada, confiada en su futuro. Debemos honrar ese legado; un legado de grandeza, responsabilidad y sentido de la Historia», ha enfatizado en un momento de su discurso.
El monarca ha insistido en que la obligación de los partidos y el resto de las instituciones es legar a los españoles más jóvenes «una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos». En el caso del Parlamento, el Rey ha recordado que representa «la integración de diferentes opciones y proyectos dentro de nuestra Constitución».
«El pueblo español ha depositado en sus señorías el bien político más preciado: la confianza. Les ha confiado la tarea de que el pluralismo político aquí representado, impulse la mejora de las condiciones de vida de las personas y grupos en que se integra», ha señalado mirando a sus señorías.
«El desempeño de las potestades que tienen atribuidas las Cámaras constituye un alto honor para todas sus señorías. Un honor que también conlleva la obligación de desempeñar las funciones constitucionales encomendadas, buscando siempre el bien común de todos los españoles», ha concluido Felipe VI antes de reiterar a los diputados y senadores «acierto en el desempeño de su alta función».