Vox solicita al Senado un informe sobre el cambio de logotipo en la Cámara Alta
Después de anunciar el cambio de imagen, la institución reinstauró el escudo antiguo tras gastarse 12.000 euros
Vox ha solicitado este jueves un informe a la Mesa del Senado sobre el estado en el que se encuentra la actualización de la imagen institucional de la Cámara Alta, después de que la semana pasada el órgano de decisión paralizase el cambio de logotipo en su página web y redes sociales.
Después de la polémica que se levantó en redes sociales, en la que intervinieron diversos políticos como Santiago Abascal, criticando la aprobación de la nueva imagen institucional en la que desaparecía el escudo de España y era sustituido por un emblema en rojo y blanco con la fachada del hemiciclo en la madrileña calle de Bailén; el Senado prescindió de su nuevo logotipo a pesar de haber desembolsado 12.000 euros, tal y como adelantó este diario.
El Senado empezó a trabajar en la actualización de su imagen institucional «a finales del año 2022», según fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE. El objetivo que se marcó fue «adaptarla a las nuevas formas de comunicación digital y audiovisual». Por ello, se ideó un nuevo escudo que se añadiese al ya existente, que data de los años noventa, con «otra nueva imagen» que reprodujese el hemiciclo.
El embrollo con el logotipo de la Cámara Alta provocó un gran malestar dentro del PP, con mayoría en la Mesa del parlamento, al pasarse de un escudo con la corona real que unifica los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra, a un dibujo del edificio del Senado de color rojo y con un tipo de letra «destinado a reducir el estrés visual» y mejorar el rendimiento de la lectura.
Las excusas de Rollán y su vicepresidente segundo, Javier Maroto, con los suyos, en el sentido de que era una iniciativa puesta en marcha por el anterior presidente, el socialista Ander Gil, no consiguieron templar los ánimos de senadores, diputados y cargos orgánicos del PP consultados por THE OBJECTIVE.
«Ha sido un error, en un momento crítico, quitar algo que simboliza España», subrayó un senador popular, mientras que un diputado veía «alucinante» que «en un momento que hay que defender la permanencia de los símbolos, se haga esto». La indignación interna surtió efecto, según las fuentes parlamentarias, porque se hizo borrón y cuenta nueva en apenas 48 horas.