Sánchez estudia ascender a Ribera y se debate entre Vegara y Campa para Economía
Fuentes gubernamentales apuntan a la «la opción lógica», quien sucedió a Calviño como número dos por Madrid para asumir la vicepresidencia primera y señalan a Vegara, el candidato de Zapatero, como futuro ministro de Economía.
El presidente del Gobierno «ya tiene decidido» quién será su ministro de Economía. Un hombre que vendrá «de fuera» del Consejo de Ministros y que sólo se hará cargo de la cartera económica, pero no de la vicepresidencia primera del Gobierno, en quien recaerá la coordinación de las carteras económicas del Ejecutivo. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Pedro Sánchez ha hecho su elección sobre la base de una potente dupla: los dos ex secretarios de Estado de Economía en gobiernos socialistas, José Manuel Campa y David Vegara.
La decisión ya se ha tomado, así como el momento de oficializarla, pero no ha trascendido en favor de quién se inclinado la balanza. Lo que sí explican fuentes socialistas es que el primero de los candidatos, Campa, ha sido reacio a abandonar la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea, que ostenta desde mayo del 2019, para entrar en el Ejecutivo, sólo con la cartera económica, sin el refuerzo de la vicepresidencia primera y la potestad de coordinar a los responsables de las áreas económicas del Ejecutivo. Sobre todo cuando hace apenas un mes que la Autoridad Bancaria Europea inició los trámites para su renovación hasta 2029.
«Si Campa dice no, no será gobernador»
Una reparos que han generado ciertas reservas en el Palacio de la Moncloa donde existe la máxima de que «nadie le dice que no al presidente». Y quien lo hace, paga las consecuencias. De hecho, en el entorno más cercano a Sánchez se dicen conocedores de que la vocación profesional de Campa pasaba realmente por el puesto de gobernador del Banco de España, cuya renovación debe producirse en junio de 2024 y ya está en el radar de La Moncloa, como avanzó este diario. Y advierten: «Si dice que no a ser ministro, no será gobernador».
Las fuentes consultadas aseguran que no habido un rechazo expreso por parte de Campa, aunque no confirman tampoco si ha habido una aceptación. Por ello, frente a las dudas del primero, muchos ven con más posibilidades a la otra opción: David Vegara, también ex secretario de Estado de Economía de Zapatero en su segundo mandato (2004-2009), actualmente consejero del Banco Sabadell. Algunos medios apuntan a que ha rechazado el puesto pero desde el Gobierno lo desmienten.
Vegara: «El candidato de Zapatero»
Las fuentes consultadas por este diario aseguran que no en vano «es el candidato de Zapatero», su antiguo jefe en Moncloa, y que si el ex presidente del Gobierno lo ha propuesto es porque contaría con su aprobación. Una decisión que «encaja» especialmente en contexto actual, donde José Luis Rodríguez Zapatero cuenta con una influencia notable en el presidente Sánchez, tras su papel durante la negociación con los independentistas para la investidura. Fuentes socialistas explican que «Zapatero manda ahora mucho en la casa», en referencia a Moncloa, y sus recomendaciones serán tenidas en cuenta. El caso de Vegara cuenta con un plus añadido a la candidatura de Campa: a su dominio previo del Ministerio se le suman sus relaciones con el sector financiero, como consejero del Sabadell, lo cual facilitaría al Gobierno un puente con las empresas del Ibex-35.
Por el momento, tanto el presidente como sus más estrechos colaboradores guardan con celo una decisión que «ya está tomada» y que se anunciará en la crisis de Gobierno que el presidente Sánchez acometerá a principios de enero de 2024. En sus planes pasa hacer un nombramiento y dos ascensos. A la designación del nuevo ministro de Economía se le unirá el nombramiento de una vicepresidenta primera, que según las fuentes consultadas recaería en «la mujer más fuerte del Gobierno después de Nadia Calviño»: la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
«Montero no será vicepresidenta primera»
El presidente Sánchez tiene verdadera «devoción» por Ribera desde que fue colaborador suyo en los inicios de su carrera política, y considera que es uno de sus actuales puntales políticos en el Consejo de Ministros. Es la «opción lógica» del jefe del Ejecutivo y que está en la mente de Pedro Sánchez desde que Calviño rechazó ser su número dos por Madrid para las elecciones generales del 23-J. Ya entonces, Teresa Ribera sustituyó a Calviño en el simbólico segundo puesto de la candidatura madrileña, reservado a la persona de confianza del ‘jefe’. Las múltiples pistas que deslizan en Moncloa no se acompañan de una confirmación oficial pero sí de un descarte oficial: «María Jesús Montero no será vicepresidenta primera».
Lo que argumentan en el Ejecutivo es, al margen de que Ribera es la persona de más confianza en el Gobierno, Montero lo es en el partido y «el presidente nunca concentraría tanto poder en una misma persona», sumando la vicepresidencia primera a la vicesecretaria general del PSOE. Pero sobran las razones. Se le añade otra: que «el presidente no le habría nombrado vicepresidenta cuarta si fuera a ascender después a vicepresidenta primera, la habría dejado simplemente como ministra de Hacienda». Y otra más, que evidencia un handicap o una debilidad, que «Montero no habla inglés» y es extraño coordinar las carteras económicas sin un dominio de la lengua en la que se desarrollan las reuniones del Ecofin en Bruselas, aunque sea el ministro de Economía quien acuda a las mismas.
Por ello, tampoco fue casual que el presidente del Gobierno aprovechara su comparecencia de este miércoles en el Congreso para despedir a Nadia Calviño a quien le prometió que «siempre te estaré profundamente agradecido»; y que, acto seguido, señalara el liderazgo de la vicepresidenta Teresa Ribera por «haber representado la voz de Europa en la presidencia española en la COP 25, porque gracias al liderazgo de la vicepresidenta tercera hemos logrado un acuerdo histórico que marca el principio del fin de los combustibles fósiles en el planeta». Un señalamiento nada casual con el que el presidente bendice a sus apuestas frente al silencio que dedica a otros como el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, cuyas funciones y su proyección política se han sido mermadas.
