La ministra de Igualdad no convence a nadie: las feministas y el colectivo trans la repudian
Su equilibrismo no gusta al feminismo clásico ni al transfeminismo, que amenaza con echar al PSOE del Orgullo
Quien intenta agradar a todos no logra convencer a ninguno. Esta es una máxima que se ha vuelto a cumplir en el caso de la nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, que llegó con la misión de hacer olvidar el legado de Irene Montero y atraer a las feministas clásicas sin soliviantar al colectivo trans. Tras poco más de un mes en el cargo, resulta que la dirigente socialista no ha conseguido ni una cosa ni la otra. Las feministas radicales no tragan su adhesión a la ley trans aprobada la pasada legislatura, y el transfeminismo está enfadado por el nombramiento de Isabel García al frente del Instituto de Mujeres.
En esta búsqueda deliberada de cierto equilibrismo, la ministra del PSOE se estrenó en el cargo acudiendo a la manifestación convocada por Movimiento Feminista de Madrid, abolicionista y contrario a la «autodeterminación de género», el pasado 25 de noviembre. Un guiño a las feministas clásicas que enseguida fue sucedido por todo un ramillete de acercamientos al colectivo trans.
En primer lugar, Redondo recomendó la película 20.000 especies de abejas, dedicada a la infancia trans, luego participó en la manifestación del pasado domingo contra la reforma de la ley trans madrileña impulsada por Isabel Díaz Ayuso, que las feministas clásicas aplauden, y por último, pero no por ello menos importante, anunció que no iba a tocar la ley trans nacional esta legislatura.
«Furia trans»
Todos estos gestos soliviantaron al movimiento feminista, pero además cayeron en saco roto cuando nombró a Isabel García al frente del Instituto de las Mujeres. Una mujer conocida por haber criticado en el pasado la «dictadura queer» y el «borrado de las mujeres» que, en su opinión, suponía la ley trans. La Federación Plataforma Trans ha amenazado con «furia trans» si la ministra de Igualdad no procede a su «cese inmediato» y han ido a más: «Si no hay destitución, ministra dimisión».
«Hoy es un día triste para nosotros pero también lleno de rabia, porque no vamos a cesar hasta que esta mujer quede destituida y si no lo hace vamos a pedir la dimisión de esta ministra por incompetentes, y vamos a declarar al Partido Socialista un partido non grato en todos los orgullos», expuso este martes la activista Mar Cambrollé a las puertas del Ministerio de Igualdad.
Este último episodio evidencia que la ministra de Igualdad ha fracasado por lo pronto en apaciguar al feminismo clásico sin soliviantar al transfeminismo. Ahora ambos movimientos están levantados en armas contra Ana Redondo, colocada en este gabinete ex profeso para hacer olvidar las polémicas de Irene Montero.
Las víctimas, en contra
Por si esto fuera poco, las víctimas de violencia de género tampoco están satisfechas con su nombramiento ni con su desempeño temprano. Ante el auge de la violencia contra las mujeres en 2023, la ministra de Igualdad señaló al negacionismo como causa fundamental, una tesis que el Consejo Nacional de Mujeres y Menores Resilientes de la Violencia de Género rechaza, y que fue la sostenida por Irene Montero y su equipo la pasada legislatura.
Nuevas políticas
La portavoz de este consejo, Elena del Pilar Ramallo, lleva dos meses en balde pidiéndole una reunión para explicarle que hay que revisar las políticas de igualdad, ya que «se tiran millones de euros en propaganda mientras no tenemos dinero para protección», y para pedirle «que inicie una nueva etapa y que cuentan con técnicos, expertos y personas que conozcan nuestras realidades».
Una petición a la que se ha sumado también la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, compuesta por centenares de colectivos feministas radicales, que solicitan «un cambio de rumbo en ese Ministerio que nos permite ver que se trabaja en serio»: «Los asesinatos son responsabilidad de los asesinos, pero aprender y ofrecer respuestas para evitarlos sí es responsabilidad del Estado».