Euforia en el PSOE por «afianzar los pactos en Madrid» y fortalecerse en el Gobierno vasco
Los socialistas optarán a más carteras en la negociación con el PNV, que pierde cuatro escaños
Fue la primera noche electoral alegre en Ferraz desde las elecciones generales del 23-J. Tras la hecatombe de las municipales y autonómicas del 28-M y el hundimiento del PSdG en Galicia el 18-F, las vascas eran una prueba de fuego para que los socialistas desafiaran a los malos pronósticos y cambiaran su suerte electoral. Y, con modestia, lo lograron. El PSE de Eneko Andueza logró sumar dos escaños y 25.000 votos a los cosechados en julio de 2020 y elevar a 12 la representación de los socialistas en el parlamento de Vitoria. Un crecimiento mayor del esperado que permite reeditar con holgura el pacto PNV-PSE en la Lehendakaritza, pese a que el PNV pierde cuatro representantes, pasando de 31 a 27. Los socialistas celebraban este domingo la mejora de la representación del PSE, que es quien «salva el pacto» con los nacionalistas vascos gracias a la subida de dos escaños, que garantizan la suma de la mayoría absoluta, fijada en 38 escaños (27 PNV y 12 PSE).
«Hoy tenemos una buena noche», resumían fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE ante las diferentes variables positivas que se entrecruzaron en la tarde noche de este 21-A. Al inicio de la noche electoral, fuentes de Ferraz aventuraban que «el PNV va a resistir porque ha resistido Guipúzcoa, donde ellos son más fuertes» y porque el comportamiento de los nacionalistas vascos suele mejorar respecto a los sondeos. Así fue. EH Bildu no logró el sorpasso al PNV, ni en votos ni en escaños, y ello «afianza los pactos vascos y los pactos en Madrid», según Moncloa. La victoria de su socio en el País Vasco elimina tensión porque permite que Bildu no tenga motivos de agravio en el caso de que haber ganado las elecciones y obtener el rechazo del PSOE a un pacto alternativo en Ajuria Enea.
Así lo anticipó veladamente el candidato del PSOE, Eneko Andueza, en su primera valoración desde su sede en Bilbao. «Que nadie tenga ninguna duda de que los votos de todas aquellas personas que han confiado en el PSE van a servir para lo que hemos dicho durante toda la campaña. Va a servir para mejorar la vida de los vascos y de las vascas, proteger y reforzar nuestros servicios públicos, garantizar políticas progresistas, garantizar la pluralidad, que es lo que quiere una inmensa mayoría en este país». En la misma línea compareció a posteriori la portavoz del PSOE en Ferraz, Esther Peña, dando por hecho la reedición de un pacto PNV-PSE: «Decidiremos. Condicionaremos el gobierno que ponga a los vascos en el centro. Eneko decidirá incluso con más fuerza».
Una referencia a la posición de fuerza del PSE en la negociación del futuro Gobierno, no sólo para decidir quien gobierna sino para optar a un mayor número de carteras y a consejerías de mayor peso en el ejecutivo autonómico, según confirman fuentes socialistas a este periódico: «El PSOE puede decidir quien gobierna. Va a tener mas fuerza para negociar ese gobierno, para sacar más representantes» con su mejor resultado desde 2012, respecto a un PNV ante su peor resultado desde 1986. La intervención de la portavoz con una euforia indisimulada no obvió la lectura nacional contra las expectativas del PP. «Quiero felicitar a Alberto Núñez Feijóo porque se ha vuelto a equivocar. La demoscopia no es lo suyo. La gaviota del PP ha vuelto a volar demasiado bajo. La ciudadanía ha vuelto a demostrar que el motor de Feijóo está gripado. Ya se escuchan las voces de ‘Trata de arrancarlo, Alberto’».
Podemos desaparece, Sumar «aguanta»
La segunda lectura para la satisfacción es que el PSOE crece, supera las exceptivas y lo hace en un contexto en el que «la izquierda gana en el País Vasco». El bloque de la derecha pierde tres parlamentarios que van a parar al bloque de la izquierda, dos de los cuales van a parar al PSOE. El resto de los movimientos responden a una «recomposición del espacio de la izquierda», que afecta especialmente a los socios del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Los dos partidos que representan al socio minoritario de la coalición sufren un desgaste importante, uno de ellos, a las puertas de la desaparición. Así lo auguran fuentes socialistas a tenor del resultado de Podemos.
La formación de Pablo Iglesias, que ganó las elecciones generales dos veces consecutivas, en 2015 y 2016, doblando incluso la representación del PSOE, se ha convertido en una fuerza extraparlamentaria. Y lo hace a tres semanas de las elecciones catalanas en las que, previsiblemente, también se quedará fuera del parlamento catalán. Las mismas fuentes gubernamentales que certificaron hace meses su defunción política, cuando votaron en contra del real decreto de subsidio por desempleo, hoy se ven afianzados en sus pronósticos, con la vista puesta en las elecciones europeas. «Están muertos. De aquí al verano van a desaparecer Podemos y Ciudadanos. No han tenido representación ni en Galicia, ni en las vascas, ni tendrán en catalanas», lo cual, pronostican estas fuentes, provocará un efecto arrastre de cara a las europeas del 9-J.
Por su parte, Sumar, la plataforma lanzada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se queda con un único representante. «Aguanta», se consuelan en Moncloa y Ferraz, ante la erosión creciente de la formación sin la cual no sería posible la aritmética de un futuro gobierno. Pero en el PSOE prefieren mirar el vaso medio lleno: «Siempre ha sido un partido circunscrito a Andalucía, Madrid, Valencia y Cataluña. Hay que dejarle caminar. Está bien el resultado».