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Política

Sánchez cree que el 21-A catapulta al PSOE para las catalanas frente al «pinchazo» del PP

La Ejecutiva socialista se centra en las catalanas, donde aspiran a la segunda victoria consecutiva de Salvador Illa

Sánchez cree que el 21-A catapulta al PSOE para las catalanas frente al «pinchazo» del PP

Cristina Narbona, Pedro Sánchez y María Jesús Montero. | Agencias

El Gobierno está pletórico. El termómetro de las elecciones vascas ha arrojado información muy valiosa al PSOE sobre el grado de aceptación o rechazo que su Gobierno tiene en la población española. Tras las elecciones gallegas, el varapalo de un PSOE que se hundió por debajo de dos dígitos (de los 14 a los nueve escaños) generó un temor en el Ejecutivo sobre el desgaste que la amnistía, primero, y el caso Koldo después, pudieran estar provocando en el PSOE apenas cinco meses después de la investidura de Pedro Sánchez en el mes de noviembre. 24 horas después de las elecciones en el País Vasco, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cree que la debacle en Galicia fue un espejismo y que todavía le quedan las vidas suficientes para terminar la legislatura. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Sánchez celebró este lunes los resultados del PSE de Eneko Andueza en la reunión de la Ejecutiva socialista y confió en que el 21-A puede catapultar sus opciones de victoria en las elecciones catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9-J.

La primera de las citas electorales parte con ventaja del PSC de Salvador Illa, que encabeza todas las encuestas con resultados en torno a los 40 escaños. Tanto en Moncloa como en Ferraz descuentan que «Illa ganará las elecciones», pero la expectativa de gobernar ya es otra cosa. «Es muy complicado», reconocen desde el oficialismo de Ferraz ante la dificultad de tejer una alianza con ERC sin que pudiera derivar en un alejamiento de Junts de la gobernabilidad nacional en el Congreso. Sin embargo, y pese a las dificultades evidentes de gobernar en Cataluña, los socialistas estilan optimismo por los cuatro costados y así se evidenció en la amplia sonrisa del secretario general del PSOE en la reunión con la cúpula de Ferraz. «Pedro está contento», explican estas fuentes. Y sólo eso es suficiente para activar a una organización que respira al ritmo de la constantes vitales de su líder.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Alejandro Martínez Vélez – Europa Press

El cambio anímico de Sánchez

La reunión de la dirección federal de este lunes fue un chute de adrenalina para el PSOE, sometido a demasiados vaivenes electorales y demoscópicos en los últimos meses. «Nos hacía falta una alegría», admiten algunos de sus miembros acostumbrados al rictus serio de Pedro Sánchez en las reuniones en Ferraz. El contrapunto de la Ejecutiva de este lunes se produjo hace mes y medio, tras la debacle de las gallegas, cuando el secretario general cerró tras 20 minutos la reunión en Ferraz con el reproche a sus subordinados: «Total, luego lo filtráis a la prensa», relató uno de los presentes a este periódico. De vuelta a abril de 2024, Sánchez se sitúa ahora a 180 grados en su estado anímico y contagia a su formación, que ya ha puesto en marcha la campaña para las elecciones catalanas.

Fuentes socialistas relatan que la lectura más repetida este lunes en Ferraz es que el PSOE parte ahora con más opciones para la contienda catalana por los movimientos tectónicos que se han detectado en las últimas citas con las urnas. Según fuentes gubernamentales y socialistas, se registra «un avance del bloque de la izquierda y un retroceso del de la derecha». En los comicios de este domingo, las fuerzas que representan y apoyan al Gobierno suman el 85% de los resultados electorales (PSOE, PNV, Bildu y Sumar), frente a PP y Vox que suben un escaño, pero apenas suman un 11% del electorado. Una idea fuerza que concentra toda la estrategia socialista contra los populares al que la portavoz del PSOE, Esther Peña, se refirió este lunes como «el partido unidígito en Euskadi, en Cataluña y en Navarra» y recordando las palabras de Alberto Núñez Feijóo tras las elecciones en Galicia afirmando que España entraba en un cambio de ciclo. «Le preguntó al señor Feijóo: ¿dónde está entrando el PP tras los datos en Euskadi? ¿En barrena? La aportación de Feijóo en estas elecciones han sido absolutamente la nada».

La izquierda avanza, la derecha retrocede

Más allá de las tribunas políticas y partidistas, los estrategas de Sánchez ponen las luces largas. No ignoran la irrelevancia del PSOE en otros territorios, como en Galicia, donde su formación se hundió al proyectarse como subalternos del nacionalismo del BNG. precisamente, el PSdGa se hundió por debajo de los dos dígitos, pasando de 14 a nueve escaños, frente a los 40 del PP y los 25 del BNG. No obstante, la panorámica en la que se fijan en el puesto de mando socialista es que elección tras elección, «la izquierda gana terreno a la derecha». Y así volverá a ser dentro de tres semanas en las elecciones catalanas del 12 de mayo. La victoria de Salvador Illa, por segunda vez consecutiva, será lo suficientemente elocuente como para generar «un efecto arrastre» para la siguiente batalla de las europeas.

«Este maratón lo hemos empezado con buen pie», se felicitan en Ferraz. Y enfrente está un PP que, según Esther Peña, ha cosechado su tercer peor resultado de la historia de Euskadi por culpa del «discurso de la nada y el lodo» y «una campaña marciana, una réplica de los debates de Madrid. Pero España es diversa, está más allá de los discursos de la M-30». Un argumento sobre el que descansa toda la estrategia gubernamental: España está cambiando y sólo el PSOE es capaz de leer estos cambios frente a la «ceguera del PP». En palabras de Esther Peña, «el PP está cada día más solo hablando de cuestiones irrelevantes». En consecuencia, «su pinchazo: perdió votos en Galicia, es irrelevante en el País Vasco y seguirá en el extrarradio de los partidos decisivos en Cataluña». Un mal balance que podría tener consecuencias en las urnas europeas, a las que Génova ha fiado la duración de la legislatura. «La hipérbole del PP nos favorece y no funciona porque el Gobierno sigue sin caer». En resumen, el PSOE prioriza la aritmética, subordinando el orden de los factores a la suma final del bloque de investidura. La única pieza que no encaja es la de la suma decreciente de Yolanda Díaz, a quien este lunes, desde Ferraz, se le pidió «una reflexión» porque su partido sigue en caída libre, elección tras elección.

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