THE OBJECTIVE
Entrevista

Jordi Cañas: «El PP no quiere un pacto con Cs en Cataluña para acercarse a Junts»

El cabeza de lista de Ciudadanos al Parlamento Europeo asegura que Feijóo no quiere ser alternativa, sino alternancia

Jordi Cañas (Barcelona, 1969) es el actual portavoz nacional de Ciudadanos, un partido que en las próximas semanas se juega su subsistencia. También es eurodiputado, y quiere volver a serlo tras las europeas de junio, a las que se presenta como cabeza de lista. En su primera entrevista con tal condición, concedida a THE OBJECTIVE desde Estrasburgo, hace un balance «muy positivo» de sus cinco años en Europa, asegura que Pedro Sánchez es un «peligro para la democracia», pero no irá en unas listas conjuntas con el PP porque desean «la desaparición» de Cs, y no plantean una alternativa, sino «una alternancia».

PREGUNTA.- El que usted sea cabeza de lista a las elecciones europeas del próximo mes de junio evidencia que no va a haber candidatura conjunta junto al Partido Popular. ¿Por qué se tomó esta decisión, que también afecta a Cataluña?

RESPUESTA.- Porque el PP lo que quería era la disolución de Ciudadanos, su desaparición. Nosotros planteamos un diálogo que tenía como objetivo construir lo que tenían que ser las primeras elecciones del nuevo ciclo político, las europeas, para plantear una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez. Es imprescindible sacar a Sánchez y su banda del Gobierno, porque son una amenaza para los derechos y libertades, pero no es suficiente. La alternancia no es lo mismo que alternativa. La alternancia es quitar a Sánchez para que entre Feijóo. ¿Eso es mejor? Depende. Si Feijóo tiene que pactar con Junts para ser presidente, volviendo al Majestic y al pasteleo, no. 

P.- Le preguntaba por las europeas, no por unas generales.

R.- Sí, pero las europeas eran el primer paso hasta unas generales. Nuestros diputados irían al grupo Renew Europe, así se garantizaba que Ciudadanos estara en el grupo liberal, y que este tenía representación española. Hasta el 2014 quien representaba al grupo liberal era Convergència i Unió y el PNV. El pacto garantizaba que hubiera un grupo español, Ciudadanos, en el grupo liberal, ya que el PP está en el Grupo Popular Europeo. En las catalanas iríamos en coalición y después en las nacionales en lista conjunta o coalición.

Hemos demostrado que donde PP y Ciudadanos gobernamos se cambiaron las cosas, se cambiaron a mejor las formas de hacer política: desapareció la corrupción, se empezaron a hacer reformas en Andalucía y Madrid que ya están dando sus frutos… Eso no había pasado antes con alternancias en el Gobierno porque faltaba alguien como Ciudadanos, que tiene como una de sus máximas las reformas. Lo importante no es el quién, si no para qué. Hay que explicarle a los nuestros qué España queremos en 2030, 2040 y 2050, pero eso no es sólo que Feijóo sea presidente, que está fenomenal, pero no es suficiente.

Yo no quiero que Pedro Sánchez sea presidente porque es una persona sin atributos morales, es un peligro para la democracia española y su único objetivo es él mismo. Tiene que irse, pero quiero que el que venga no sólo me ofrezca él como la alternativa, sino quiero que me ofrezca qué quiere hacer. Yo sí sé qué quiere hacer Ciudadanos porque llevamos desde 2015 diciendo que este país necesita reformas profundas. No tengo por qué aceptar que estemos condenados a ser el que más desempleo juvenil tiene de toda Europa, quiero que esté en la media europea en cuatro años o en ocho. Pero esto no se escucha en el debate político. ¿Estamos condenados a que siempre encabecemos los peores ránkings o a estar a la cola todos los índices? Yo me niego.

«Éramos testigos incómodos para el PP en Cataluña porque ellos quieren pactar con Junts para en un futuro estar en el Gobierno»

El PP nos ofrecía puestos en las listas europeas y catalanas con la condición de que nos disolviéramos. Y no. Este partido nació hace 18 años no para disolverse, no para ser el PP o el PSOE, sino para ocupar un espacio político huérfano de representación. Creó un centro, un centro liberal, un liberalismo progresista que tiene como objetivo transformar este país y hacerlo un país de primera división. Eramos testigos incómodos del PP en Cataluña porque ellos quieren poder pactar con Junts para tener una alternativa a Vox si pueden conseguir el día de mañana el Gobierno de España.

En agosto del año pasado ya se reunieron en Bruselas, se han reunido en Barcelona, en Madrid. Hablaron de amnistía y el PP dijo que había tardado 24 horas en responder a la propuesta. ¿Sabes cuánto hubiésemos tardado nosotros en responder a eso? 23 horas, 59 minutos y 59 segundos menos que el PP. Pero la diferencia es que a nosotros jamás nos lo hubieran preguntado, y por eso no nos quieren. Por eso no nos hemos disuelto en el PP.

P.- Aunque aún no han dado a conocer las listas electorales, pero ya sabemos que ahí no estarán Maite Pagazaurtundúa ni Adrián Vázquez.

R.- Una gran pérdida la de Maite Pagazaurtundúa, sin duda. Adrián Vázquez el día después de abandonar la Secretaría General del partido pidió el voto para el PP en las elecciones catalanas, así que supongo que será consecuente con sus decisiones. Los compañeros catalanes que fundaron un partido hace 18 años se han partido la cara, algunos literalmente, por defender unos valores y principios. Si tú desde dentro del partido pides el voto para otro partido eso tiene otro corolario.

«Bolaños es un adicto a la mentira, y Sánchez es un corrupto de manual»

P.- Las iniciativas presentadas por Ciudadanos esta legislatura han oscilado en torno a Cataluña: la persecución del castellano en las aulas, la defensa a los empresarios y trabajadores acosados por no usar el catalán, la presentación de un informe que desenmascaró el ‘Catalangate’ y el trabajo contra la amnistía. Sobre esto último, ¿qué dice la Comisión de Venecia? En España hay mucho teléfono averiado.

R.- Bolaños es un adicto a la mentira, como todos en el Gobierno de España. Hay adicción a las sustancias psicotrópicas y hay adicción a la mentira. Si tú te vuelves adicto a la mentira, eres un mentiroso patológico estructural. Es decir, nada de lo que sale por tu boca es cierto, aunque el que te escucha ya sabe que estás mintiendo.

El borrador del informe dice que la amnistía es posible, pero ellos no se pueden meter en si es o no es constitucional. Lo que dicen es que no cumple los principios básicos, que son que una amplia mayoría la pida y que no esté hecha ad hominem, ad hoc, y esta está hecha para Puigdemont y su banda. Esto es corrupción política de manual. Pero no es la primera: Sánchez ya modificó el Código Penal para que los delincuentes que lo violaron no pudiesen ser condenados y volviesen a delinquir. Por siete votos ahora ha cometido un fraude de ley, porque la ley en su enunciado miente: los objetivos no son los que enuncia, el objetivo son siete votos. Sánchez es un corrupto de manual, sólo que en vez de dinero acepta votos. 

P.- ¿Podría la Justicia europea frenar finalmente la ley de amnistía?

R.- El Gobierno de Pedro Sánchez todo lo que usa en Europa es para afianzar sus posiciones. La presencia del Gobierno de España en Europa es lesiva porque entrega los intereses de los españoles a cambio de defender los del Gobierno. En el semestre español, en vez de garantizar la conectividad de nuestras redes de gasoductos, de garantizar inversiones, fueron pidiendo aprobar el catalán y gallego como lenguas oficiales de la UE porque ese era su compromiso de investidura.

P.- ¿Qué imagen tiene Pedro Sánchez en Europa? Uno tiene la sensación de que goza de un mejor predicamento en el Parlamento Europeo que en el Congreso de los Diputados, en Bruselas que en Madrid o que en cualquier otro rincón de España.

R.- Este presidente sabe inglés, habla con todo el mundo, tiene presencia, es un encantador de serpientes, un mentiroso, pero aquí lo tienen calado. Las relaciones personales son estupendas, ¿pero qué ha conseguido para España? Lo de los fondos de recuperación no fue cosa suya, y el Gobierno los ha usado mal. No tienen la capacidad de gestionar dinero europeo, no tenían previsión de qué necesidades había. Había dinero y no sabían en qué gastarlo. Este dinero era para conseguir palancas de transformación, pero ha ido a lo de siempre: coches eléctricos para la Policía, campañas de TV, ¿de verdad? Para eso no era. Su estrategia no es gobernar para, es gobernar por. Viven en un estado de supervivencia permanente, y eso tiene un coste altísimo para todos nosotros. 

El problema del caso Koldo no es Koldo, es cómo es posible que en 2024 sigamos pareciendo una novela del Siglo de Oro con truhanes, golfos y pícaros. Una persona así, que se dedicaba en plena pandemia a hacer lo que hacía, estaba en la estructura del Gobierno. No hemos expulsado eso de la vida política porque las estructuras de esos partidos, su lógica, funciona así. Su lógica no es gobernar, sino conseguir el poder, y no para transformar, sino para perpetuarse en él. Eso requiere mecanismos de golfeo sistémico. No quieres gente competente, sino dependiente. Quieren colonizar las instituciones para controlarlas, no para que sirvan mejor a los ciudadanos. Y hemos naturalizado que eso suceda con el Tribunal Constitucional, con la Fiscalía, con TVE.

«Sánchez es un pavo real que se pavonea pero no consigue nada. Es un chollo para el resto: todos consiguen algo de él y él no consigue nada»

P.- Pero insisto: los dirigentes de la UE parece que le tienen en alta estima.

R.- Porque les importa un pito, consiguen de él todo lo que quieren. Es un chollo, va de guaperas por aquí. Es un pavo real. Se viene a pavonear, pero no consigue nada. Es un cholo para el resto, todos consiguen todo de él y él solo pide idioteces que ni le dan, como lo del catalán y el gallego. España ha perdido oportunidades porque Sánchez ha utilizado Europa para reforzar sus compromisos políticos con sus socios y aliados. Pero casi mejor: a mí me preocupa cuando el Gobierno de España hace algo. Si no hace nada ahora es mejor. Mejor quietos.

P.- Lo que todas las encuestas apuntan que va a suceder en junio es un avance importante de los Conservadores y Reformistas Europeos y del grupo Identidad y Democracia, que podrían superar juntos los 200 escaños si cortejan al Fidesz.

R.- Hay que respetar la decisión de los votantes, la democracia es esto. ¿Puede ser un riesgo? Veremos. Lo cierto es que donde han gobernado partidos de esta esfera ideológica se han puesto en cuestión derechos fundamentales, pero donde gobierna la izquierda hay problemas similares, se ha roto el principio de igualdad. Las democracias liberales están en riesgo por ambos lados: crece la extrema derecha y la extrema izquierda por la polarización. Los extremos se tocan, son lo mismo con estéticas y principios morales diferentes, pero en su sectarismo son similares.

P.- Lo que este grupo tiene en común es su rechazo a la Agenda 2030. ¿Qué opinión tiene usted de ella? Aquí hay quien la considera un «evangelio» o quien la considera una agenda liberticida.

R.- Soy liberal, pero no creyente, así que no es mi evangelio. Mi grado de adhesión, como el 99% de los países, es alto. Yo admiro a la gente que es capaz de poner en el debate cosas de las que nadie sabe nada. ¿Qué hace un agricultor contra la Agenda 2030? Hay un desconocimiento enorme. La Agenda 2030 es un marco donde se establecen unos objetivos que deben ser buenos para las ciudadanos, pero depende de quién los aplique, como las leyes. La Constitución recoge el derecho a la vivienda, pero la culpa de que no se cumpla no es el de la Constitución. Yo leo los principios y nada tienen que ver con Bill Gates, el globalismo, Soros… y otros lugares comunes. En las guerras culturales hubo momento en el que se decidió buscar iconos y banderas ante un supuesto movimiento que buscaba diluir la identidad, quitarnos lo que somos y convertirnos en una masa amorfa. Se han montado una película de James Bond y el mundo no es así.

¿Puedo hacer críticas a cómo se aplica la Agenda 2030? Claro que sí. Cuando hablamos de agricultura, creo que ha habido una falta de atención a reivindicaciones justas, por ejemplo. Pero eso no es culpa de la Agenda 2030, sino de medidas concretas como obligaciones a usar pesticidas que evitan la competencia leal con productos de terceros países.

«Vamos a tener representación en Cataluña y Europa»

P.- ¿Sobre qué ejes oscilará la próxima legislatura europea? ¿Qué propondrá Ciudadanos?

R.- Creo que ha llegado el momento de plantear la ralentización en la prisa del desarrollo. Quizá es tiempo de parar y ver cómo se metabolizan los cambios que se han adoptado. Hay que eliminar legislación. A veces parar es avanzar. De lo que hemos decidido, hay que ver qué está funcionando y qué no. Si no, estamos siempre legislando, en una inflación legislativa. Hay que gobernar. A mí me gustaría una mayor ambición en el mercado social, y abordar los retos de Seguridad y Defensa.

P.- Si Ciudadanos finalmente no obtiene representación en las catalanas y europeas, ¿es posible y factible un nuevo contexto político donde surja otro Ciudadanos?

R.- Lo primero es intentar evitar que esto pase. No teorizar sobre futuros posibles, sino trabajar en futuros reales. Hay que evitar que eso pase. La política española sería peor sin Ciudadanos. Mi horizonte temporal es el 10 de junio, lo que suceda a partir de ahí… los ciudadanos dirán. Vamos a tener representación en las catalanas y en las europeas, anteponiendo los intereses de España a los del partido.

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