La mujer de un exvicepresidente británico: «Si hubiera hecho lo de Begoña, me queman viva»
Miriam González asegura que «no existe un sistema efectivo para manejar los conflictos de interés de familia de políticos»
La abogada internacional, esposa del ex viceprimer ministro británico Nick Clegg y fundador de España Mejor, Miriam González, ha comparado lo que ella vivió cuando su esposo ocupaba un cargo político con la investigación de la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Si yo hubiese hecho eso cuando mi marido era vicepresidente del gobierno británico me hubiesen quemado en Trafalgar Square», ha asegurado.
González cree que si Begoña Gómez recomienda una empresa que a su vez subvenciona su máster en la complutense tiene lugar un conflicto de intereses y que, por ello, tendrían que haberlo tratado antes. No obstante, la abogada ha puntualizado durante una entrevista en Antena 3 que en España «no hay un sistema en el que» se trate «la apariencia del conflicto».
La abogada ha insistido en que «no sólo en el Reino Unido, en otros países hay sistemas para gestionar los conflictos de intereses». Sin embargo, «en España no existe un sistema efectivo para manejar los conflictos de interés de las familias y cónyuges de los políticos», por lo que considera «inevitable que este problema termine siendo juzgado en el ámbito político y judicial».
González lo ha explicado con su propia experiencia personal: «Al día siguiente de que se acordara la coalición británica me llamaron desde la administración. Nos sentaron a Nick y a mi y nos dijeron que yo tenía que comunicar con qué empresas contactaba y cuáles podrían ser clientes potenciales».
La idea es conocer estas entidades para poder «retirar» a su marido «de cualquier tipo de decisión que puede afectar directa o indirectamente a esas empresas». También le «recomendaron muy fuertemente» –« y cuando te dicen eso los británicos, que no son muy emotivos, te quedas un poco rígida», ha asegurado– que lo dejara incluso si no había conflicto pero podía parecerlo.
Ha explicado, además, que en España existe una oficina de conflictos de intereses a la que «año tras año se critica la falta de autonomía, de independencia y de efectividad por parte de la Unión Europea y el Consejo de Europa». «Sabemos que hay que mejorar la independencia de la oficina. Solo se ocupan de los conflictos directos y no se ocupan de la apariencia de esos conflictos. Eso hay que hacerlo de manera preventiva», ha añadido.
Por último, ha asegurado que «el problema es regular al papel de las esposas de los primeros ministros sino el papel de los presidentes y ministros»: «Si se pide desde el Gobierno que las empresas tengan códigos éticos y de conducta no sé por que no se lo pedimos al Gobierno, al presidente y a los ministros. El problema es de ellos, no de sus parejas».