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Política

Díaz teme en Cataluña el peor resultado en 20 años y sin poder culpar a Podemos

Sumar teme quedar por debajo de seis escaños y sin el argumento de que la división les ha perjudicado

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz | Eduardo Parra / Europa Press

A menos de seis días de las elecciones en Cataluña, se instala el temor en el núcleo duro de Yolanda Díaz y en su partido aliado catalán, los Comunes, a que los comicios del 12 de mayo se conviertan en otra debacle. Díaz y sus socios han llegado a la conclusión de que las últimas maniobras de Pedro Sánchez tienen el objetivo de fagocitar todo su espacio político. La «polarización», dicen en el espacio de Díaz, está pasando factura a su partido. Los socios de Díaz le piden contundencia. Necesitan que Sumar se desmarque cuanto antes del PSOE, sobre todo ante unas elecciones catalanas que dibujan una trayectoria en caída libre para los Comunes, con resultados incluso por debajo de los seis diputados, el mínimo histórico desde el año 1999.

Los Comunes arrancaron la precampaña electoral con unas estimaciones de seis diputados autonómicos. Ahora tienen ocho, pero seis podría ser un número suficiente para que la aritmética permita crear un nuevo govern tripartit con el PSC y ERC, que es lo que desean los afines a Ada Colau. Ahora, sin embargo, las fuentes consultadas en Sumar y entre sus aliados catalanes admiten que las perspectivas han empeorado. Internamente ya se habla de un posible escenario con cuatro o cinco diputados, lo que inevitablemente se interpretaría como otra derrota de Díaz.

Hasta ahora, la izquierda alternativa al PSOE jamás había alcanzado hasta niveles tan bajos, si se quita la época en la que solo actuaba Izquierda Unida. En 2021, los Comunes lograron ocho representantes en el Parlament, el mismo número de las elecciones de 2017. En 2015 obtuvieron 11. Mientras que en 2012, dos años antes de la creación de Podemos y de los Comunes, Iniciativa per Catalunya-Verds alcanzó incluso 13 diputados, mientras que en 2010 tenían 10. En 2006, la izquierda poscomunista y ecologista alcanzó los 12 diputados, y en 2003, nueve. Hay que volver al año 1999, cuando el candidato de Iniciativa era Rafael Ribó, para ver a este segmento de la izquierda con tan solo tres diputados.

Sumar celebra la supresión del Premio Nacional de TauromaquiaSumar celebra la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia

Como IU «en sus peores tiempos»

La posibilidad de que Sumar se convierta en «algo así como la IU de sus peores tiempos» es lo que más preocupa en el entorno de Díaz y sus socios. De ser así, los de Díaz temen que sus aliados decidan finalmente apretar el botón nuclear y hacer saltar por los aires la alianza. Después de las catalanas, las elecciones clave serán las europeas. De momento, existen indicios de debilidad. Por ejemplo, el hecho de que los aliados de Díaz se hayan abstenido de entrar en la nueva ejecutiva de la formación. Hasta hace pocos meses, todos peleaban para tener una cuota de poder interna. Ahora es el revés. Es más, algunos pesos pesados del núcleo duro de Díaz han incluso dejado el cargo, por razones personales según deslizan en el partido.

La candidata de los Comunes, Jéssica Albiach. | Europa Press

Las elecciones en Cataluña serán, por lo tanto, importantes en dos dimensiones. El número de escaños que pueda alcanzar Sumar y el resultado de las demás formaciones, con la posibilidad de entrar en un govern tripartit. Pero las fuentes consultadas recuerdan otra derivada: el hecho de que Podemos no concurra quita a Díaz y a los Comunes el argumento de que si su resultado es escaso es por culpa de la división de la izquierda.

Este argumento se aireó en Galicia y el País Vasco, donde Sumar se quedó extraparlamentario o con tan solo un escaño. Si en Cataluña pasa de ocho a cuatro o cinco diputados, es lógico que la suma de la ecuación no será positivo para los defensores de la vicepresidenta segunda. Y a todo eso se añade otro elemento que en Sumar están estudiando de cerca y empiezan a denunciar en sus conversaciones privadas. Se trata de presuntas maniobras ocultas de lo que queda de Podemos en la región, donde se estaría impulsando a sus militantes y simpatizantes a decantarse por ERC o la CUP, en lugar que por el partido aliado de Yolanda Díaz. «Están haciendo campaña para ellos», comentan en la sección catalana de Sumar. Y añaden: «La subida del PSC y la espantada de Podemos nos afecta mucho».

Sin relato ante una derrota

Las fuentes consultadas sostienen que en el partido dan por hecho esta dinámica. Y en Madrid, los conocedores de la estrategia de la gallega afirman que ocurrió lo mismo en Galicia y el País Vasco. Podemos, aunque no compita directamente, podría influir en el mal resultado de los Comunes, sostienen en Sumar. Sin embargo, los más escépticos del partido morado dudan de esta tesis. La escasez de recursos políticos y humanos hace que la influencia de Podemos sea más bien escasa, sostienen. Mientras tanto, entrevén la búsqueda por parte de los Comunes de tener una «excusa» ante su previsible mal resultado.

Aun así, las fuentes consultadas recuerdan que entre Podemos y ERC existen «muy buenas relaciones en el Congreso» de los diputados, donde el portavoz Gabriel Rufián ha ido estrechando una alianza con Irene Montero, dejando fuera de la misma a Díaz, a quien critica a menudo con contundencia. En la negociación de las listas de las generales del 23-J, Sumar ya sostuvo que una delegación de Podemos había amenazado con romper la baraja y pasarse a una alianza con ERC (aunque los morados siempre negaron ese extremo).

Podemos apoya a ERC

Ya en marzo, la portavoz de Podemos Conchi Abellán sostuvo que la intención de su partido era dialogar tanto con Sumar como con ERC y Bildu, poniendo en un mismo nivel a la izquierda alternativa al PSOE pero no nacionalista con la otra claramente soberanista. Todas ellas ubicadas en el marco de las «fuerzas progresistas».

Podemos en un primer momento aseguró concurrir en coalición con Sumar o fuera de ella en las elecciones catalanes. A finales de marzo, sin embargo, el partido morado dio un giro de 180 grados y anunció que no concurrirá con su lista en las catalanas. «Ante un momento de incertidumbre e inestabilidad política en Cataluña, escogemos no colaborar en la fragmentación de la izquierda, ya que eso solamente beneficia a la derecha y la extrema derecha. Por eso, haciendo un ejercicio de responsabilidad hacia la ciudadanía catalana, hemos decidido no presentarnos», comunicó la formación morada entonces.

El objetivo de los morados es, por otro lado, conocido. Podemos quiere desbancar como sea al partido de Yolanda Díaz, a quien acusan sin ambages de «traidora». Para los morados el enfrentamiento con Díaz, de todas formas, podría no ser eterno. Hasta el 9 de junio, fecha de los comicios europeos, nadie se moverá. Irene Montero ya tiene perfilada su candidatura y su partido está en disposición de lanzar una campaña de apoyo por tierra, mar y aire poco después de que se celebren las catalanas. Podemos tiene recursos, pero sabe que no puede quemar todos los cartuchos como en el pasado. Todo irá en apoyo de Montero, para que además de ella pueda ir a Europa su escudera Isa Serra. Los morados sueñan con tener dos eurodiputados en Bruselas, y con Sumar a un nivel parecido. Los márgenes serían tan reducidos que el empate técnico sonaría a victoria.

5 comentarios
  1. ALEAJACTAEST

    IU con ésta «mamarracha» irá a la bancada de los TORPES»

  2. PepeGarcia7

    Que extraño, se ha quedado sola con la Matria y otras chorradas y una inflación del 50%, el proletariado estará contento

  3. Coleccionista

    La culpa será de Podemos, o del PSoe. Sumar, no. Ellos no tienen la culpa de su posible mal resultado. Ahora bien, si fuera al revés, imagínate Yolandita, puff… caminaria dos palmos por encima del suelo. esa reflexión, para la que no se necesita gran cabeza, sólo un mínimo sentido común, nos indica sin embargo la calaña política de esta gente. Incapaces de ver errores, y, cuando son evidentes, negarlos burdamente; la culpa es de otros. Son estas personas las que aspiran a gobernarnos… Esperemos que el sentido común impere y tengan un resultado contundentemente malo. Eso sería buenísimo para el resto de los mortales. Pero no se preocupen. No harán acto de contrición. Seguirán igual y cuando desaparezcan o sean irrelevantes la culpa la tendré hasta yo.

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