Víctimas de Franco piden a Sánchez iniciar la «regeneración» retirando el Arco de la Victoria
El conjunto está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), una catalogación que prohíbe derribarlo aunque esté en ruina
La «regeneración democrática» que propone Pedro Sánchez no ha caído en saco roto. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha registrado este martes un escrito dirigido al presidente del Gobierno en el que solicita «desmontar» el Arco de la Victoria que se encuentra en terrenos de la Universidad Complutense de Madrid y que conmemora la victoria del bando sublevado en la Guerra Civil. No es la primera vez que lo hace. El conjunto está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que obliga a conservarlo. Esta catalogación también prohíbe derribarlo aunque esté en ruina.
La petición a Sánchez, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, argumenta que, «como punto de partida para la anunciada regeneración democrática, se desmonte el Arco de la Victoria que, como dice su inscripción en latín, fue dedicado a los ejércitos aquí victoriosos». El presidente de la ARMH, Emilio Silva, explica que el texto alude a las huestes de Franco, Hitler y Mussolini, que desfilaron por el centro de la capital el 19 de mayo de 1939 «celebrando» el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
«Es un monumento que sigue festejando la existencia de miles de desaparecidos, el dolor de las decenas de miles de personas muertas en el exilio y las violaciones masivas de derechos humanos que cometieron los golpistas de 1936», sostiene Silva. El escrito que ha enviado la ARMH a Sánchez recuerda que el líder socialista ha anunciado una serie de políticas destinadas a regenerar la democracia.
La reflexión de Sánchez
Lo hizo el propio Sánchez el pasado 29 de abril, cuando informó que continuaría al frente del Gobierno tras tomarse cinco días de reflexión. Días antes, socialistas llegados desde todos los rincones del país solicitaron que se quedara, una movilización que le llevó a renovar su compromiso de «trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente» de la democracia.
«Todo cambio político debe estar representado por algo simbólico. Consideramos que una verdadera regeneración democrática puede iniciarse con la retirada del Arco de la Victoria, que enaltece el dolor de miles de víctimas de la dictadura. La mejor regeneración es acabar con todas las impunidades del franquismo», insiste Silva.
La ARMH sostiene que las políticas de memoria histórica deben ser «fundamentales» en esa regeneración, especialmente en una sociedad «que ha sufrido a una larga dictadura que cometió terribles violaciones de derechos humanos cuyas consecuencias todavía atormentan a miles de familias de republicanos civiles de desaparecidos, que no han tenido todavía la posibilidad de acceder a la justicia a la que tienen derecho y ver que los poderes del Estado investigan, juzgan, condenan, reparan y rechazan frontalmente la dictadura».
La asociación considera que España «sigue sembrado de monumentos y vestigios fascistas que ensalzan y celebran los crímenes de la dictadura y que ya llevan más años erigidos en democracia que bajo el franquismo». Eso a pesar de las leyes de memoria histórica impulsadas en 2007 y octubre de 2022, que obligan a retirar cualquier huella de la dictadura.
La «amenaza» del fascismo
«La mejor forma de combatir las nuevas amenazas del fascismo es enseñar y ejemplificar un firme rechazo a las dictaduras y a sus responsables y terminar de una vez con los símbolos que todavía humillan a las víctimas, celebran su sufrimiento y pretenden justificar las atrocidades del franquismo y enviar a las nuevas generaciones el mensaje de que el uso de toda esa violencia, para destruir una democracia y mantener esa larga, corrupta y terrible dictadura, fue necesaria y beneficiosa para la sociedad», insiste la ARMH.
El Arco de la Victoria, construido entre 1953 y 1956, fue promovido por la Comisión Permanente de la Junta Rectora de la Ciudad Universitaria. El monumento pertenece el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria, entidad que cedió el subsuelo del monumento al Consorcio Regional de Transportes de Madrid para la construcción del intercambiador de Moncloa, muy cerca de la residencia oficial de Sánchez.
La Complutense firmó un convenio con el Ayuntamiento para ocuparse del mantenimiento, aunque las últimas obras de restauración datan de hace tres décadas. «El monumento y su coexistencia con los gobiernos democráticos es un grillete sujeto al tobillo de nuestras libertades. La lucha por la calidad de nuestra democracia debe comenzar por el rechazo a sus enemigos, como inicio de una nueva y necesaria pedagogía antifascista», reclama la ARMH al presidente del Gobierno.
«Desmontar ese Arco de la Victoria, que lleva más años en pie en democracia que en dictadura, sería un punto de partida consistente y fundacional para una regeneración que no puede ser real si no termina con todas las impunidades del franquismo», insiste la asociación. No es la primera vez que demanda su demolición. En los últimos años lo ha realizado con asiduidad. En 2022 solicitó levantar en su lugar un monumento dedicado a las personas que combatieron el fascismo en la universidad.
Poco antes, la concejal del Grupo Mixto Marta Higueras, que llegó a ser teniente de Alcalde con Manuela Carmena, propuso iniciar un expediente de expropiación para la posterior demolición del Arco de la Victoria. El objetivo es que en ese espacio se construyera un monumento dedicado a las mujeres que vivieron la dictadura franquista y a los bebés robados entre 1936 y 1990.