Puigdemont crece imparable y dispara el pánico en el PSOE: «Es imposible que Illa gobierne»
Los sondeos internos alejan el deseado empate técnico entre Junts y ERC
Algo se mueve en Cataluña y no va en la dirección esperada y deseada por los socialistas. Carles Puigdemont está demostrando una capacidad de remontada con la que no contaban PSC y ERC, que ya empiezan a ver cómo se desvanece el empate técnico en el bloque independentista, que era garantía para que Salvador Illa pudiese formar gobierno en caso de tener una victoria holgada por encima de los 40 escaños, como pronostica la mayoría de los sondeos. Sin embargo, la demoscopia subterránea, la de los trackings que se realizan pero no se publican desde el lunes, evidencian un crecimiento imparable de Junts por encima de los previsto. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Junts se sitúa ya diez escaños por encima de ERC, que se ha quedado rezagada en tercera posición, lejos de disputarle a los posconvergentes la hegemonía independentista.
Un crecimiento que ha pillado por sorpresa a los socialistas que vienen sosteniendo desde hace semanas que Junts «ha tocado techo», sin capacidad de encontrar un revulsivo electoral que le permita rentabilizarlo de aquí al domingo y que, en realidad, está muy igualado a ERC en proyección de voto. Los datos no dicen eso. Los suyos propios y los que otras formaciones tienen y guardan con pulcro hermetismo apuntan a que Puigdemont está disparado, ha dejado ya de pugnar con ERC y ha dado el salto a pelear en el terreno de los socialistas, aunque aún a una distancia considerable. Las fuentes socialistas consultadas confirman estas tendencias pero rebajan la importancia de los hechos en base a la fuerza de sus creencias: «Al final, quedarán igualados», sostienen como un dogma de fe.
Se consuelan con la «contundencia» de la potencial victoria de Salvador Illa, claramente por encima de los 40 escaños. Los últimos sondeos publicados alcanzaban la cifra de los 42-44 escaños. Es la victoria incontestable con la que soñaron hace meses, pero ésta también podría desvanecerse. Los partidos catalanes de la oposición aseguran que, antes de la campaña electoral, Illa no pasaba de 39-40 escaños. Pero su amago de dimisión le ha permitido activar al máximo a su votante y sacar provecho electoral de la quiebra personal. Los mismos partidos aseguran que ha sido un efecto de fuegos artificiales, cuyo efecto es tan efímero como fugaz. En otras palabras: «Illa ya ha empezado a bajar y ya no está tan alto», entre otros motivos, por la movilización del independentismo.
¿Empate técnico PSC-Junts?
La participación es clave para determinar el resultado final. El 14-F de 2021, Illa ganó las elecciones con 33 escaños pero con una baja participación del 50%. El independentismo se quedó en casa. El crecimiento sostenido de Puigdemont desde el inicio de la campaña anticipa un crecimiento de la movilización independentista que estaría capitalizando el partido del expresidente catalán. Y este crecimiento continúa mientras se desploma ERC y se atenúa la victoria del PSC. Algunos se atreven incluso a augurar un empate técnico entre el PSC y Junts en entorno a los 37-39 escaños. Y esto supondría pinchar el sueño de la ‘operación Illa’.
Diferentes cargos y dirigentes socialistas sostienen que «Illa ganará pero no gobernará». Los más optimistas creen que el resultado será «espectacular» para el PSC, por encima de los 42-44 escaños, pero que el desplome de los socios republicanos hará «imposible un gobierno». Una ERC tocada electoralmente, sumida en la contestación interna por un eventual varapalo en las urnas, y con un Puigdemont resucitado, les dejaría fuera de juego, con demasiada presión para mover ficha en ninguna posible dirección: la presión externa de Junts le impediría facilitar un gobierno constitucionalista de Illa, y la presión interna le impediría apoyar una posible repetición electoral en la que los republicanos podrían irse por el sumidero electoral, como auguran en el PSOE. La única opción sería permitir la investidura de un gobierno independentista, si es que suman. Y, hasta la fecha, el consenso demoscópico niega que los números permitan de nuevo ese escenario.
«¿También vamos a ceder en esto?»
Quedaría una posibilidad. Que sea Pedro Sánchez quien sacrifique a Illa para apoyar un gobierno de Puigdemont. Y este es el único escenario que ya recibe contestación interna en el PSOE. «Hemos cedido en los indultos, la amnistía, el código penal… ¿También vamos a ceder en esto?». Los socialistas se anticipan a ese posible giro de guion de su secretario general y se preguntan: «¿Entonces, para qué hemos hecho todo esto? ¿Para volver al punto de partida?». Los socialistas no olvidan el coste que la amnistía ha tenido para el PSOE hasta el pasado mes de diciembre. Desde entonces han empezado a recuperarse pero siempre desde la óptica de que el bien mayor era consumar la operación Illa, reconciliar Cataluña, pasar pagina del procés. «Si todo esto es para que vuelva el de la DUI, para retornar a 2017… es un pan como unas tortas».
Esta vez sí habrá una contestación del partido. Y más después de haber ensayado durante cinco días cómo será el PSOE sin Pedro Sánchez. El castigo de Pedro Sánchez a su núcleo duro, su irresponsabilidad en la dejación de funciones y su «egoísmo» al permitir «reventar al partido y al gobierno» no ha sido inocuo internamente. «No podemos actuar como si no hubiera pasado nada. Sí ha ocurrido y hemos vuelto más débiles». En los distintos territorios tienen la sensación de que si el PSOE no despierta, «se verá arrastrado con Sánchez en su caída, sea cuando sea». Y, por ello, ha empezado una efervescencia interior que en algún momento se hará notar: «Esto va a estallar. No se cuándo ni cómo pero va a estallar». Si la espita saltará con las catalanas o las europeas, ya se verá. Pero la campaña electoral para las elecciones al parlamento europeo el 9-J se iniciará en plena negociación de los pactos post electorales tras el 12-M. No en vano, la constitución de la mesa del Parlament se producirá el 10 de junio, lo cual obligará a un primer pacto entre los potenciales socios. Esto dispara las opciones de una repetición electoral: «Hay una altísima probabilidad de repetición», explican los diferentes partidos a este periódico. Y quienes se muestren como los culpables del bloqueo serán los más damnificados en una nueva cita con las urnas.