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La CUP sobrevive con cuatro escaños aunque no tendrá grupo propio en el Parlament

Los ‘cupaires’ se aferran a la salvación gracias a que superaron el listón del 3% de los votos en Barcelona

La CUP sobrevive con cuatro escaños aunque no tendrá grupo propio en el Parlament

La candidata de la CUP a la Generalitat, Laia Estrada. | Foto: EFE

Los antisistema catalanes de la CUP han sobrevivido a las elecciones del 12 de mayo con cuatro escaños, pese a obtener su peor resultado en votos desde su aparición en 2012 y quedarse sin grupo propio en el Parlament. Los 127.000 votos de Laia Estrada al 98% del escrutinio son el mismo dato que obtuvo David Fernàndez hace doce años para entrar en la Cámara autonómica con tres representantes y le hacen retroceder en cinco escaños con respecto a los comicios de 2021, cuando obtuvo casi 190.000 papeletas.

Los ‘cupaires’ lograron aferrarse a la salvación gracias a que superaron el listón del 3% de los votos en Barcelona. Las 92.000 papeletas en la provincia más poblada le permitieron rozar el 4%. El otro escaño cayó en Gerona, donde los 14.650 apoyos (4,9%) fueron suficientes para ello. Muy significativo es el resultado de Tarragona, donde eligieron de número tres a una persona trans, Ortésia Cabrera, que no constaba que se autodefiniera como mujer hasta el año pasado cuando tenía 34 años.

Su elección suscitó las suspicacias de una parte de sus potenciales votantes, que no entendían que un partido que se declara feminista dejase que Cabrera hable en su nombre. Al final, la CUP ha perdido un tercio de sus votantes en Tarragona y se ha quedado sin el representante logrado en 2021.

Estrada asumió este domingo que los resultados «no son buenos, en ningún caso» y lamentó que quede un Parlament «más de derechas y más españolista que nunca» con la entrada de Aliança Catalana y el fortalecimiento de PP y Vox. Por ello, ha constatado que se reducen las aspiraciones sociales y nacionales de la sociedad catalana.

La candidata de la CUP ya adelantó en campaña que priorizaría los pactos con ERC, Junts y los Comunes tras el 12-M al tiempo que endurecía el tono contra Junts, al que reprochó compartir agenda con el PSC. Por ello, podría facilitar un hipotético tripartito de izquierda con puntuales apoyos externos. «No nos movemos por poder, no intercambiamos sillas, lo damos todo por nuestra gente, por nuestros derechos», advirtió en todo caso en su último mitin.

Desde el paseo del Born de Barcelona, acompañada por los cabezas de lista de la CUP de todas las circunscripciones catalanas, representantes municipales y de la exdiputada Anna Gabriel, Estrada pidió apoyos para ir «en contra de la política de la resignación, contra los que nos quieren callados», al tiempo que reclamaba un Parlament «más independentista, soberano y de izquierdas».

La CUP ha insistido en las últimas semanas a ERC y a Junts que pactar en Madrid acabará siendo un obstáculo para la independencia y ha reivindicado la autodeterminación de Catalunya también como «la mejor manera de democratizar el Estado español».

En la recta final de campaña detalló una de sus medidas estrella -4.000 millones de euros anuales de inversión en vivienda- después de buscar un golpe de efecto al principio de la misma con su iniciativa de denunciar a 120 comercios de Barcelona por no rotular en catalán. Los antisistema se dirigieron a aquellos negocios «gentrificadores» que, en su opinión, expulsan a los ciudadanos del centro de las urbes, y no tanto en el pequeño comercio, que ellos llaman «comercio de subsistencia».

Las denuncias se presentaron a la Agencia Catalana del Consumo y se realizaron con el asesoramiento de la Plataforma por la Lengua, la autodenominada ONG del catalán que desde hace tiempo persigue aquellos restaurantes que no tienen sus cartas o menús en catalán, o compañías de tren, etc.

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