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Junqueras quiere liderar ERC, pero el partido lo ve «desgastado» y busca una nueva cara

En el partido admiten «no saber cómo gestionar la crisis», pero el primer paso será poner fin a la «bicefalia» en la dirección

Junqueras quiere liderar ERC, pero el partido lo ve «desgastado» y busca una nueva cara

El presidente de ERC, Oriol Junqueras. | Agencias

La debacle electoral de ERC, al tiempo que tiene la llave de la gobernabilidad, pone al partido en una situación muy complicada. La postura oficial es la de dar un paso al lado aunque esto aboque a Cataluña a una repetición electoral, pero es solo la posición en caliente. Cargos del partido reconocen «no saber cómo gestionar la crisis», según explican a THE OBJECTIVE. Son conscientes de que una convocatoria electoral les hundiría todavía más, pero el shock emocional de todo el independentismo por perder la mayoría parlamentaria tras una década de procés les ha sumido en un sentimiento de impotencia. Sin saber muy bien qué pasos dar. La dimisión de Pere Aragonès les obliga a buscar relevo rápido. Y si bien la opción de Oriol Junqueras parece la más obvia, temen que esté «desgastado» ante su electorado.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, busca poner fin a la «bicefalia» del partido. Sin Aragonès al frente de la Generalitat ya no tiene mucho sentido esta doble condición. La posibilidad de que Junqueras vuelva a ser el candidato de ERC, una vez aprobada la amnistía y quede sin efecto su inhabilitación para cargo público, no es la opción favorita dentro del partido. El problema, no obstante, es que no hay otros liderazgos potentes. Pero es un debate que deberán abordar en breve, y algunos ya ponen en sus quinielas a Marta Vilalta, portavoz de ERC en el Parlament. Los críticos, organizados bajo el Col·lectiu Primer d’Octubre, ya han reaccionado pidiendo «la dimisión de toda la dirección».

El primer paso será recuperar el consenso interno sobre la línea a seguir a partir de ahora. Como informó este periódico, la división más profunda que ha atravesado el partido fue a cuenta de los pactos postelectorales del 12-M. Sectores importantes del partido alertaron del riesgo de ser «muleta» del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y el Parlament. Sin embargo, el alejamiento con Junts durante la últimas legislatura, y las discrepancias y reproches cruzados han sido tan acentuados que tampoco se antoja fácil recoser la unidad de acción con los posconvergentes.

¿Duelo Junqueras-Puigdemont?

Ante una eventual repetición electoral, ya con la amnistía aprobada, también Junqueras podría ser candidato. Y enfrentarse en condiciones de igualdad a Carles Puigdemont. Pero es un escenario que no contemplan en el partido. Por un lado, han constatado cómo la carta de la «restitución del president» no ha cosechado el apoyo suficiente en las urnas. Pese al crecimiento de Junts, el PSC se ha impuesto con un resultado histórico y el independentismo no suma. A este respecto, el regreso de Junqueras en primera línea política podría tener un efecto similar y no cumplir con las expectativas.

Una estrategia ganadora es buscar un líder renovado. El problema, añaden las fuentes consultadas, es que «la dirección de ERC está controlada desde hace mucho por la misma camarilla de gente» y no será fácil abrir un periodo de regeneración. «La oposición interna es muy débil y ahora que la estrategia ha resultado ser una fracaso absoluto no saben cómo gestionarlo», concluyen estas fuentes.

Pese a que ERC es un partido de raíz asamblearia, las corrientes internas han sido arrinconadas por la dirección. En 2020, la cúpula modificó sus estatutos para que Junqueras y Marta Rovira pudieran acceder a un cuarto mandato consecutivo. Y en otras ocasiones, como en 2022, adelantaron el congreso nacional del partido para impedir candidaturas alternativas.

Parálisis desde antes del 23-J

Uno de los aspectos que más sorprenden es que desde las municipales de mayo de 2023 el partido ha ido perdiendo apoyos en las urnas, pero la dirección no ha reaccionado. En el congreso nacional previo a los comicios generales del 23 de julio de ese año, el presidente de ERC no quiso hacer ningún pronóstico sobre el resultado que obtendrían para, según los ahí presentes, evitar dar explicaciones si no se cumplía.

La actitud de Junqueras ha sido la de apostar por el silencio, para evitar responsabilizarse. Pero no creen que pueda sostener este comportamiento durante mucho tiempo. Con todo, ahora empieza un periodo de buscar un nuevo liderazgo que sirva también para insuflar ánimo a sus simpatizantes. La variable de que Junts consolide su cambie de registro y busque pactar con los socialistas una vez superado el shock de la derrota también es un escenario que contemplan. A este respecto, renovarán sus perfiles, pero no harán una enmienda a la totalidad a su política de pactos.

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