La incógnita de las mascarillas de Armengol: despejar la X del contacto en Fomento
Se desconoce la identidad de la persona que llamó al alto cargo de Baleares para darle el teléfono de Koldo García
Elías Bendodo lo llamó «agujeros negros». El portavoz del PP en la comisión de investigación del caso Koldo en el Congreso consideró que la expresidenta balear Francina Armengol no despejó las incógnitas que le cercan por un contrato de mascarillas con Soluciones de Gestión, la empresa investigada por beneficiarse de comisiones con la venta de material sanitario durante la pandemia. En otros grupos de la oposición, incluidos los socios del Gobierno, se ha instalado la misma sensación. Consideran que resta saber por qué alguien del Ministerio de Fomento llamó directamente a un alto cargo regional, la identidad de esa persona y por qué facilitó el teléfono del asesor del ministro José Luis Ábalos.
Soluciones de Gestión se hizo con nueve contratos en 2020 por valor de 53 millones de euros, todos ellos con administraciones socialistas. Algunos se redactaron incluso antes de que fuesen otorgados, como en el caso de Baleares. El Gobierno de Armengol adjudicó en abril de 2020 una compra por la vía de emergencia a la empresa aragonesa para el suministro de 1,4 millones de mascarillas que nunca llegaron a usarse porque no tenían la calidad necesaria. Pagaron 3,7 millones por los tapabocas, que fueron almacenados como stock de seguridad, según las autoridades regionales.
Armengol admitió el pasado lunes que habló con Koldo García, uno de los supuestos cabecillas de la trama. Los investigadores sostienen que el asesor de Ábalos avisó al empresario Víctor de Aldama de la necesidad de comprar material sanitario y que eso sería el origen de la trama. La expresidenta balear negó «con rotundidad» que sus contactos estuvieran relacionados con la contratación de una empresa concreta y que ha conocido el nombre de Soluciones de Gestión recientemente, tras estudiar el expediente.
Armengol y Koldo
La actual presidenta del Congreso afirmó que conocía a Koldo por su papel de asesor de Ábalos, a quien acompañaba a diferentes actos, algunos de ellos en Baleares. Insistió en que no tuvo relación de partido y que nunca hablaron de contratos. Con quien sí lo hizo, como reconoció Armengol, fue con su director del Servicio de Salud, Manuel Palomino, que horas antes admitió que le llamaron desde Fomento para preguntarle si estaba interesado en participar en «un pedido masivo» de material sanitario procedente de China.
Palomino contestó de forma afirmativa, así que su interlocutor le facilitó el teléfono de Koldo. Le envió un mensaje a través de WhatsApp y enseguida recibió la llamada del asesor de Ábalos, que le pasó el contacto del empresario Iñigo Rotaeche, al que solicitó la información del material a través de otro mensaje. Este le mandó entonces un correo electrónico con las especificaciones técnicas de las mascarillas que acabó comprando el Gobierno de Armengol.
«Lo tenían perfectamente organizado para quemarlo antes de la comparencia de la presidenta. Palomino citó a Koldo por la mañana para allanar el camino de Armengol», sostienen las fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE. Opinan que el PSOE activó «una voladura controlada» y que estaba tan estudiado que ambos dirigentes reconocieron los contactos con el asesor de Ábalos durante los 10 minutos de exposición previos a las preguntas de los portavoces de los grupos.
Estas fuentes parlamentarias tienen la teoría de que, de esa forma, consiguieron rebajar la repercusión del anuncio. Aún así, observan «lagunas» en las explicaciones de Armengol y del exdirector del Servicio de Salud de Baleares. Consideran necesario que Palomino revele la identidad de la persona que le contactó desde Fomento para avisarle de que el departamento que dirigía Ábalos iba a realizar un pedido masivo.
El contacto de Koldo
El dirigente socialista explicó que no recordaba su nombre y que la llamada entró a través de la centralita, lo que dificultaría su rastreo. Los grupos críticos con las comparecencias de Armengol y su subordinado se preguntan por qué la persona de Fomento facilitó el contacto de Koldo y qué papel tenía este para mediar a favor de Soluciones de Gestión, que también vendió mascarillas por valor de 33 millones de euros a dos organismos vinculados a su departamento (Puertos del Estado y Adif).
«Armengol no aclaró que conversaciones tenía con Koldo», lamentan las fuentes parlamentarias. Estas recuerdan que, tal y como adelantó este diario, el asesor de Ábalos mantenía una interlocución directa con la expresidenta de Baleares, a la que incluso llamaba por teléfono durante la pandemia para que agilizara los trámites de la compra de las mascarillas. Fuentes de la investigación revelan que Koldo llegó a decirle en una ocasión a Armengol que «tu consejero nos está bloqueando».
Tras esa conversación, la expresidenta balear habría dado directrices a uno de los responsables de la Consejería de Salud para acelerar los procesos. En ese contexto se enmarcaría el email que envía Rotaeche a Palomino. El mensaje intervenido por la Guardia Civil e incorporado al sumario del caso fue enviado el 25 de abril a las 16:25 horas bajo el asunto «Contenido Avión 26042020 (KN95)».
El representante Soluciones de Gestión adjuntó en el correo la documentación de calidad de las mascarillas que viajaban en «el avión que está llegando el 26 de abril de 2020 a Barajas» y que acabó haciendo escala en Palma de Mallorca un día más tarde. Armengol trató de zafarse de cualquier acusación de trato de favor asegurando que Palomino derivó la cuestión a los técnicos. Además, recordó que la empresa volvió a ponerse en contacto con su equipo en mayo de 2020 y que se declinó la oferta.
«Sin ninguna incidencia»
El representante de Vox, Jorge Campos, acusó a la expresidenta de Baleares de «cómplice de unos comisionistas sin escrúpulos y puede que de una financiación ilegal de su partido». Bendodo le afeó ser la «avalista» de la trama, ya que Baleares sirvió a Soluciones de Gestión como puerta de entrada a otras instituciones. La Administración regional certificó que había recibido el pedido «sin ninguna incidencia» en un informe de idoneidad firmado el 12 de agosto de 2020. Dos meses antes, el Centro Nacional de Medidas de Protección estimó que las mascarillas no cumplían los requisitos para uso sanitario.
La decisión fue almacenarlas por si era necesario echar mano de ellas. Tras ese varapalo, el equipo de Armengol inició un procedimiento de reclamación que caducó el pasado enero, bajo el Gobierno de Marga Prohens, del PP. Un asunto que ha generado que socialistas y populares se culpen mutuamente y que impedirá a Baleares recuperar, al menos, parte de los 3,7 millones que destinó a esa compra. La presidenta del Congreso rechazó que fueran mascarillas fake y acusó a las fuerzas de derecha de construir «un bulo».