El independentismo ve hundirse la estrategia internacional del 'procés' de la última década
ERC y Junts temen que Sánchez salga reforzado en Bruselas con el discurso de haber «pacificado» Cataluña
La victoria en votos y escaños del PSC por primera vez en unas elecciones catalanas, junto a la pérdida de la mayoría independentista que no se daba desde los comicios de 1980, deja una estampa parlamentaria muy desfavorable para que Junts y ERC mantengan el discurso que han enarbolado desde el inicio del procés en el plano internacional. En particular, su soft power en los medios extranjeros. Los independentistas no pueden vender la imagen de «un pueblo catalán» enfrentado al Estado español que en cada cita electoral vota mayoritariamente independencia. Esta estrategia ahora decae por la nueva aritmética parlamentaria, donde los no independentistas (PSC, PP, Vox y Comunes) suman más que los independentistas (Junts, ERC, CUP y Aliança Catalana). Si en votos nunca han tenido la mayoría, ahora tampoco la tienen en escaños.
ERC y Junts han tenido como política prioritaria la externalización de su plan rupturista. Ya fuera tejiendo alianzas políticas con otros países o formaciones políticas, o por la vía de denunciar al Estado ante los tribunales comunitarios. Frente a un público internacional que desconoce las idiosincracias del sistema electoral español, los sucesivos presidentes de la Generalitat, desde Artur Mas a Carles Puigdemont, han evitado siempre hablar de esa falta de mayoría en votos del independentismo: los escaños reflejaban una mayoría parlamentaria útil para su discurso de «catalanes contra el Estado» más que de «división entre catalanes» en prácticamente partes iguales.
Viraje en la prensa extranjera
Este viraje en la lectura que hará la prensa extranjera de los resultados ya ha empezado, apuntan fuentes políticas consultadas por THE OBJECTIVE. Este lunes, en el diario italiano Il Corriere della Sera aparecía una entrevista con la consejera de Acción Exterior y Unión Europea, Meritxell Serret, donde el protagonista eran los socialistas.
La consejera en funciones de ERC abordaba una posible «colaboración» con los de Salvador Illa y lamentaba que una parte del independentismo les acusara de «traición» por negociar con Madrid. Pero algunas de las preguntas -y conclusiones veladas de la entrevista- es que no había alternativa al Gobierno de Sánchez para «avanzar en la solución del conflicto político». La titular de Acción Exterior en la UE, así como su equipo, saben que el relato actual refuerza las tesis de Pedro Sánchez de haber «pacificado Cataluña».
En el portal Politico, especializado en política europea, también destacaban cómo «el independentismo cae en votos» y en el rotativo más importante de Francia, Le Monde, recordaban en el titular que «el independentismo pierde su mayoría por primera vez desde 2012», año del incio del procés. En la misma línea, el corresponsal de The Guardian en Madrid hablaba de una «muy mala noche» para los separatistas y que una repetición electoral «no garantizaba» un mayor apoyo a Junts y ERC a las urnas.
Puigdemont trata de marcar la agenda
Como avanzó este periódico, Puigdemont estudiaba ya en campaña poder ser investido con mayoría simple y la abstención del PSC. Y este lunes, el líder de Junts ha vuelto a insistir sobre esta posibilidad al informar de su intención de presentarse a la investidura. No obstante, y pese a sus buenos resultados electorales, la caída del resto de fuerzas independentistas hacen bastante impracticable esta opción.
Puigdemont necesita, para la mesa de negociación en Suiza, que la Generalitat esté gobernada por los nacionalistas. Su hoja de ruta para «resolver el conflicto» ha sido siempre la de situación en plano de igualdad las «relaciones bilaterales» entre Estado y Generalitat. Y un ejecutivo del PSC en Cataluña desbarata esta hoja de ruta también a ojos de la comunidad internacional.