Albares deja la embajada española en Buenos Aires en manos de un ex alto cargo del PP
El diplomático Luis Tejada dirigió la agencia española de cooperación en el último Gobierno de Rajoy
La retirada definitiva de la embajadora española en Argentina, María Jesús Alonso, tras la reiteración en los ataques de Javier Milei contra Pedro Sánchez ha dejado la embajada en manos de un diplomático, Luis Tejada, que fue alto cargo en el Ministerio de Asuntos Exteriores en el último Gobierno de Mariano Rajoy.
Tejada estuvo de director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) entre 2016 y 2018 con el PP en el poder. Su nombramiento como alto cargo fue polémico tras denunciarlo el PSOE ya que el Gobierno de Rajoy se encontraba en funciones y los socialistas consideraron que se trataba de un puesto «político» dentro del organigrama de Exteriores que no se podía cubrir en aquel momento, según desveló Abc.
El cargo llevaba tres años vacante desde el cese del anterior responsable, Juan López-Doriga. Con la salida de este último, las funciones del director de la Aecid las asumió el entonces secretario general de Cooperación Internacional, Gonzalo Robles, hasta que en 2015 dejó el puesto para presentarse como candidato del PP al Senado.
Durante unos meses, Tejada dirigió de forma provisional la Aecid desde su condición de director de Cooperación con África y Asia dentro de este organismo hasta que José Manuel Margallo decidió oficializar su nombramiento para «asegurar el buen funcionamiento de la agencia y una necesaria coordinación». Para ello, se apoyó en un informe de la Abogacía General del Estado, que concluyó que se podía proceder al nombramiento de Tejada, aunque su labor debía ceñirse a los asuntos de gestión ordinaria de la Aecid.
Tras la moción de censura de mediados de 2018, el nuevo Ejecutivo del PSOE le designó embajador en Finlandia y en 2022 fue enviado a Buenos Aires como ministro consejero o número dos de la legación. Ahora, con la salida definitiva de María Jesús Alonso, por la escalada en la crisis diplomática entre Madrid y Buenos Aires, la embajada española en la capital argentina queda a nivel de encargado de negocios de forma indefinida, según anunció este martes el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares.
La decisión de que la embajadora Alonso no regrese a Buenos Aires agrava la crisis porque pone muy difícil una rápida resolución de la misma. Para que vuelva a haber un embajador español en Argentina, deberá iniciarse todo el proceso de acreditación desde el principio: primero con el envío de una solicitud de plácet al país sudamericano, que deberá ser aceptada por la parte argentina, y luego su definitivo nombramiento en un Consejo de Ministros. Todo este proceso conlleva un tiempo mínimo de dos a tres meses, según fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE, y Madrid no volverá a proponer un embajador hasta que considere encauzada la crisis.
Tejada se queda ahora al frente de la embajada española por tiempo indefinido y con el mandato de Milei recién iniciado, por lo que si no hay una disculpa pública del mandatario argentino y Sánchez se mantiene en sus trece, su situación se puede prolongar en el tiempo durante varios años, advierten las citadas fuentes.
El precedente de Nicaragua
La última vez que el Gobierno llamó a consultas a un embajador -sin llegar a retirar- fue a la representante destinada en Nicaragua en agosto de 2021 y cuando meses más tarde quiso enviarla de vuelta el régimen de Daniel Ortega puso pegas, por lo que finalmente se optó por nombrar una nueva embajadora, que terminó presentando cartas credenciales en enero de 2023, por lo que pasó un año y medio sin plenas relaciones entre ambos países, recordó Europa Press.
Tanto con la llamada a consultas como con la retirada de la embajadora, el Gobierno se ha saltado algunos de los pasos previstos en el orden tradicional en diplomacia. Así, por ejemplo, podría haber procedido primero a expulsar a algún diplomático de la Embajada argentina.
La expulsión del embajador argentino, quien se da la circunstancia de que presentó cartas credenciales al rey Felipe VI el jueves pasado en el Palacio Real, podría ser el siguiente paso por parte del Gobierno. Por regla general, a la expulsión de un embajador se responde de forma recíproca, algo que Argentina no podría hacer en este caso puesto que ya no hay embajadora en Buenos Aires. También aquí el Gobierno argentino debería solicitar el plácet para su nuevo embajador.
El siguiente peldaño en esta particular ‘escalera’ diplomática sería la ruptura de relaciones diplomáticas. Este sería el paso más drástico y conllevaría el cierre de la embajada y la suspensión de toda actividad de la misión española. El último precedente en este sentido se remonta a 1980.
Entonces, España rompió relaciones diplomáticas con Guatemala como resultado del asalto por parte de las fuerzas de seguridad guatemaltecas de la embajada española, donde se habían refugiado un grupo de campesinos. Los hechos se saldaron con 37 muertos, entre ellos tres españoles, uno de ellos el cónsul. Las relaciones no se normalizarían hasta septiembre de 1984 con la firma de un tratado.