Pedro Sánchez redactó su carta de reflexión sabiendo que su esposa estaba investigada
Begoña Gómez lleva imputada desde que el juez abrió la causa el 16 de abril, ocho días antes de la misiva del presidente
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia institucional tras los cinco días de reflexión.
Pedro Sánchez dejó en shock a propios y extraños cuando el pasado 24 de abril compartió a través de una carta que se daba cinco días para meditar si dejaba la presidencia del Gobierno y, a la luz de los hechos conocidos este martes, se entienden con más claridad los motivos de tan repentino anuncio. Según se desprende del sumario al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la mujer del jefe del Ejecutivo, Begoña Gómez, adquirió la condición de investigada cuando el juez abrió diligencias contra ella el pasado 16 de abril, un hecho del que su marido tenía noticia cuando publicó la misiva. Es más, el abogado de Gómez firmó el escrito de personación ese mismo 24 de abril.
Begoña Gómez está investigada por presuntos delitos de corrupción en los negocios y tráficos de influencias. El auto firmado por el magistrado Juan Carlos Peinado el 16 de abril precisa su condición procesal en los siguientes términos: «Sin perjuicio de que, en el presente momento procesal, no se acuerde la declaración de la persona investigada, y dado que se le atribuye dicha condición procesal, se considera, a los efectos de evitar la indefensión proscrita en el artículo 24 de la Constitución Española, necesario, que se le dé traslado del presente auto, a fin, de que, si lo estima conveniente, designe procurador y abogado que la represente, y puedan estar presentes, e intervenir, en su caso, en las diligencias que se acuerdan en esta resolución judicial».
En su famosa misiva, Sánchez afirmaba que su mujer había sido víctima de «un ataque sin precedentes» a propósito de la causa abierta contra ella tras una denuncia de Manos Limpias. «Es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa», expuso entonces el jefe del Ejecutivo, antes de añadir que en cinco días decidiría si «continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor». Finalmente, aludió al apoyo recibido por parte de sus fieles en las jornadas posteriores para resolver que optaba por continuar en la Moncloa, poniendo fin así a una crisis institucional inédita tras mantener en vilo al país durante esos cinco días.
El presidente aclaró que, «como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes», y atribuyó la causa judicial a una maniobra de la «galaxia ultraderechista» para derrocarlo del Gobierno, un argumento que ha venido manteniendo desde entonces, esgrimiendo que se trata de una «denuncia falsa».
Muy sonado fue asimismo el tono de la carta, en la que Sánchez hablaba sin tapujos del vínculo que lo unía a su esposa. «Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también», admitía.
Tanto en esa misiva como en su intervención posterior en el Congreso de los Diputados, el jefe del Ejecutivo ha hecho una encendida defensa de la inocencia de Begoña Gómez, de quien ha insistido que no ha hecho nada ilegal, al tiempo que ha subrayado que la campaña va dirigida realmente contra él. «Los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática», resumió en la carta, una línea argumental que ha mantenido desde entonces.
