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Política

Malestar en Sumar por preferir Díaz una camarilla de «técnicos» a perfiles políticos

La lideresa del nuevo partido no delega casi ninguna decisión y ha prescindido de perfiles políticos y de partidos

Malestar en Sumar por preferir Díaz una camarilla de «técnicos» a perfiles políticos

Yolanda Díaz en la Moncloa. | Europa Press

En Sumar hay una frase que rebota de móvil en móvil ante los comicios europeos: «Yolanda se la juega». No es la primera vez que esta afirmación circula tanto en la raquítica estructura interna de Sumar como en las formaciones aliadas, que esperan el resultado de las elecciones europeas para decidir qué hacer de su alianza con la política gallega. La expresión se complementa con otras reflexiones y críticas que en estos últimos días de campaña electoral se multiplican entre aquellos que pensaron que Sumar podía representar el relevo de Unidas Podemos «para los próximos diez años».

Esas reflexiones orbitan alrededor de una cuestión fundamental: Díaz ya casi no delega en nadie, lo decide todo ella, y prefiere escuchar a cargos «técnicos», expertos presuntos en marketing político cercanos ideológicamente al PSOE, que a perfiles políticos y de partido, curtidos en años de batallas electorales. Este tipo de crítica se ha difundido con fuerza a lo largo de la campaña electoral, donde Sumar ha demostrado mucha debilidad. Y ahora incluso teme que Podemos pueda darle un sorpasso sorpresa el 9 de junio.

La pregunta es: ¿quién manda de verdad en Sumar? Díaz ha creado un círculo muy reducido de estrategas y asesores. Entre ellos destaca sin duda el catalán Josep Vendrell, al igual que en su momento se daba mucha importancia a lo que pensaba Rodrigo Amírola. Ahora, sin embargo, las fuentes consultadas sostienen que la propia lideresa ha tomado las riendas de la formación después de tres resultados decepcionantes en Galicia, País Vasco y Cataluña. Y ha «apartado» a esos estrategas de cabecera. Díaz ha decidido entrar en primera persona en la campaña de las europeas, imponiendo una lista electoral y una candidata muy cuestionada internamente, y lanzando mensajes que tampoco están convenciendo a muchos aliados.

Caída electoral

Más Madrid, Compromís, los Comunes…todas estas formaciones están teniendo una presencia muy reducida en la campaña de las europeas de Sumar. Incluso los ministros, entre ellos el portavoz Ernest Urtasun, miden al milímetro sus presencia en los actos públicos del partido. Díaz, en cambio, viaje de un lado al otro de España. Hasta ahora no se había involucrado tanto en la campaña de Sumar, demostración de que sabe que su futuro político pasa por las elecciones del 9-J.

Después de la ensoñación de empatar los seis diputados de Unidas Podemos de 2019, ahora la ministra de Trabajo se conformaría con cuatro escaños. Pero internamente se teme lo peor: bajar a tres, o incluso a dos. Todo ello mientras Podemos recupera terreno. Así que el malestar por la estrategia algo errática de Díaz sube de nivel, y va de las formaciones aliadas hasta sectores sindicales, incluso entre aquellos que tienen influencia en los medios y las redes sociales.

Este diario ya publicó que Díaz se estaba acercando a sectores de la ciencia política o politología considerados para algunos como demasiado escorados hacia el segmento socialdemócratas. Y a lo largo de esta campaña, según las fuentes consultadas, esta entente ha vuelto a reactivarse. A la vez que la lideresa de Sumar ha entregado la estratégica sección de comunicación a Elizabeth Duval, una que según las fuentes consultadas pertenecer al «mismo círculo» de estos técnicos.

El hecho, por ejemplo, que Díaz aconsejara el pasado 4 de junio (en plena campaña de las europeas) el libro coordinado por Berna León, Javier Carbonell y Javier Soria ha chirriado en varios sectores de Sumar y sus aliados. Este es el grupo que según las fuentes consultadas susurran al oído de la lideresa de Sumar, y que la están llevando hacia un planteamiento político que impide conectar con los sectores de la izquierda tradicional, cada vez más alejados de la formación fucsia.

Relación tensa con IU

La relación con los partidos aliados de Díaz es de máxima tensión también por este aspecto. Izquierda Unida se ha visto ninguneada por Díaz. Y aunque Antonio Maíllo, el nuevo líder del partido, esgrima cercanía a la vicepresidenta segunda, todos saben en IU que la decisión de relegar a Manu Pineda en el cuarto escalón de la lista electoral para el Parlamento Europeo ha generado una herida interna difícil de curar. Podemos ha entendido de inmediato que aquello era un error político de enorme magnitud, y se ha lanzado a buscar la manera de dividir por dentro Sumar y acercarse nuevamente a los viejos compañeros de Unidas Podemos. El 9-J puede servir para acelerar esa dinámica.

En definitiva, mientras los ministros de Díaz se ponen de perfil en la campaña electoral y la lideresa baja al ruedo como nunca lo había hecho hasta ahora. La crítica interna va in crescendo y se centra en la decisión de la vicepresidenta segunda de entregarse más a perfiles técnicos que políticos, según admiten varias fuentes consultadas del espacio de Sumar y sus aliados.

Díaz prefirió crear un artefacto político a su imagen y semejanza, moldeado alrededor de un planteamiento a lo Manuela Carmena, posmoderno y descentrado. Ha elegido a las candidatas en todas las últimas elecciones, sin pasar nunca por las primarias. Y ha ido concentrando en su persona cada vez más el proceso de toma de decisiones. Esto hace que el próximo 9-J para ella se un verdadero doble o nada. «Yolanda se la juega», es el resumen que muchos miembros de Sumar y de sus siglas aliadas hacen en víspera de los comicios europeos.

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