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El nacionalismo retrocede en unas europeas marcadas por la «españolización»

El independentismo catalán pierde casi un millón de votos y Bildu vence por primera vez en el País Vasco

El nacionalismo retrocede en unas europeas marcadas por la «españolización»

Arnaldo Otegi celebra la victoria de Bildu en el País Vasco en estas europeas. | Villar López (EFE)

Malos tiempos para los partidos nacionalistas, que continúan retrocediendo en el Parlamento europeo. Este domingo han obtenido cinco escaños, dos menos que hace cinco años, pero cuatro por debajo que hace una década. Y eso, a pesar de que el número de asientos a repartir ha aumentado. Aguanta el tipo Ahora Repúblicas. La coalición que conforman ERC, BNG y Bildu mantiene sus tres representantes, especialmente gracias a este último, que gana por primera vez unos comicios en el País Vasco. Coalición por una Europa Solidaria (CEUS), que incluye a PNV y Coalición Canaria, logra un escaño que ha estado en el aire hasta el último momento. La debacle de la jornada la ha protagonizado Junts, que baja de tres eurodiputados a uno.

El independentismo catalán ha perdido casi un millón de votos respecto a 2019. Se le acaba la fiesta, parafraseando al gran vencedor de la jornada, el activista Luis Alvise Pérez. La formación de Carles Puigdemont ha sido la segunda fuerza más votada en la región, pero se deja casi 600.000 por el camino. La lista encabezada por Toni Comín obtiene 443.275 votos, el 2,54% del total. El exconsejero de Salud ha explicado que acariciaron el segundo escaño «con todos los pronósticos en contra», ya que los sondeos le daban «un tercio menos» de votos. Además, ha lamentado «la españolización» de unos comicios en los que los grandes partidos «se han olvidado de Europa».

Los resultados de este domingo contrastan con los de hace cinco años, cuando el prófugo Puigdemont lideró el cartel. El contexto le favorecía, ya que la campaña transcurrió en pleno juicio a los líderes del procés en el Tribunal Supremo. Junts logró un millón de votos y superó al PSC por más de 220.000 papeletas y seis puntos porcentuales. La formación recuperó la hegemonía del independentismo catalán en las autonómicas del pasado 12 de mayo, pero se quedó muy lejos del socialista Salvador Illa a pesar de que Puigdemont planteó los comicios como un plebiscito para continuar en política.

El nacionalismo retrocede

Las últimas elecciones catalanas ya arrojaron una regresión del nacionalismo, que perdió por primera vez en cuatro décadas la mayoría absoluta al obtener solo 61 escaños, a siete de ese umbral. Los partidos independentistas registraron el 12 de mayo su peor resultado en unos comicios autonómicos desde 1980. No ayudó el desplome de ERC, que perdió 13 escaños respecto a los anteriores elecciones, obligando a Pere Aragonès a dimitir. La coalición que conforman los republicanos mantiene los tres eurodiputados, aunque en Cataluña ha vuelto a vencer el PSC.

Ahora Repúblicas consigue 856.500 apoyos, el 4,91% del total, pero casi 400.000 votos menos que en 2019. Resiste gracias al empuje de Bildu y BNG, muy fuertes en sus respectivos territorios. Los nacionalistas gallegos han sido la tercera fuerza en su comunidad, pero aumentan en más de 7.000 votos y casi cinco puntos porcentuales los resultados de hace cinco años. La formación logra su mejor resultado en unas europeas, recuperando el escaño propio que obtuvo en los comicios de 1999.

«El BNG se marcó como objetivo tener un escaño, objetivo cumplido», ha señalado su lideresa, Ana Pontón. La eurodiputada electa Ana Miranda también ha celebrado el resultado: «Somos el BNG y tenemos un escaño gallego en Europa». En la región ha vuelto a vencer el PP. Todo lo contrario que en el País Vasco, donde Bildu gana por primera vez unos comicios. El PNV queda en tercer lugar, tras el PSOE.

El coordinador de Bildu, Arnaldo Otegi, ha celebrado «una noche histórica» en la que Pernardo Barrena ha revalido su acta de eurodiputado. Lo ha llamado el embajador de Euskadi ante la UE. El dirigente vasco ha subrayado que la coalición «va a ser baluarte contra la ultraderecha» en Europa y defender «el derecho a existir de Euskal Herria». En las autonómicas de abril, la izquierda abertzale ya obtuvo sus mejores resultados en unas autonómicas y se quedó cerca de desbancar al PNV, con quien empató en escaños.

Un PNV en horas bajas

El BNG también consiguió el pasado febrero su mejor resultado en su historia en unas elecciones autonómicas. Logró concentrar el voto progresista y alcanzar los 25 escaños, aunque se quedó a las puertas del gobierno tras una nueva mayoría absoluta del PP. Consiguen acta Diana Riba (independiente, pero impuesta por ERC), Pernardo Barrena (de Bildu) y Ana Miranda (por los nacionalistas gallegos), que ya obtuvo escaño tras el Brexit. Todos ellos han sido eurodiputados en la anterior legislatura.

CEUS ha logrado retener el escaño con un PNV en horas bajas. La coalición ha obtenido 281.064 apoyos, el 1,61% del total. La formación ha perdido la mitad de los votos que tuvo hace cinco años, por lo que el asiento en Bruselas ha llegado a peligrar. Así lo auguraban las encuestas, aunque finalmente Oihane Agirregoitia estará en la Eurocámara. El presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, ha explicado el retroceso de la formación por la abstención y la polarización de unas elecciones «españolizadas». Una excusa similar a la que ha puesto Comín.

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