ERC aplaza la votación sobre su pacto con el PSC en Barcelona ante el alud de militantes
El congreso estaba previsto este jueves, pero se ha excedido el aforo del espacio ante la expectación generada
No habrá fumata blanca este jueves sobre la decisión de las bases de ERC de entrar o no en el Ayuntamiento de Barcelona. La federación de los republicanos en la ciudad condal ha acordado aplazar el congreso previsto ante la avalancha de militantes que querían ejercer su derecho a voto, por lo que no será hoy cuando sus bases diriman si avalan el preacuerdo con el PSC para entrar en el consistorio que lidera Jaume Collboni.
El evento estaba previsto para las 19 horas en el Orfeó Martinec, pero la gran afluencia de militantes ha superado las expectativas de la dirección y se ha excedido el aforo del espacio, según han informado fuentes de ERC a Europa Press, que atribuyen la decisión de posponerlo a que «hay que garantizar los derechos de toda la militancia a participar en este proceso congresual». La sala tiene un aforo máximo de unas 275 personas, mientras que los militantes del partido superaban el millar, según indican a EFE fuentes de la formación en Barcelona. Solo se podía votar presencialmente.
La comisión organizadora no ha precisado cuándo se celebrará la nueva votación, si bien ha asegurado que buscará un nuevo emplazamiento que permita participar a todos los militantes que así lo deseen y que el anuncio de la fecha se hará «pronto». La votación había generado una gran expectativa, en un contexto en el que cabía interpretar que un gobierno de coalición entre ERC y el PSC en Barcelona podría allanar el apoyo de los republicanos a una investidura de Salvador Illa en el Parlamento catalán.
La formación enfrenta en este momento un escenario de división interna entre los que abogan por recuperar sus señas más independentistas y vetar cualquier acuerdo con partidos no nacionalistas, y quienes defienden la opción de alcanzar pactos con formaciones progresistas como el PSC. Entre los partidarios de la primera vía se erige su secretaria general, Marta Rovira, huida de la Justicia española en Suiza desde 2018, y en el segundo grupo se ubica Oriol Junqueras, que ha abandonado recientemente el liderazgo de la formación, pero abre la puerta a volver a presentarse.
El acuerdo entre ERC y Junts de este lunes para controlar la Mesa del Parlament, tras la elección del neoconvergente Josep Rull como presidente de la Cámara catalana, se interpreta como una victoria de esa primera corriente liderada por Marta Rovira, que pactó los términos del acuerdo con el expresidente Carles Puigdemont desde su exilio en Suiza. Entre las principales funciones del presidente de la Cámara está proponer qué candidato se postula primero a la investidura, por lo que el separatismo tendrá ese as en la manga para dirimir quién se presenta en primer lugar, si Illa o Puigdemont.
Preacuerdo para un programa «progresista»
Y en clave contraria cabe interpretar el pacto en Barcelona. ERC firmó este martes un preacuerdo con el gobierno socialista de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona para impulsar «un programa de gobierno conjunto y progresista», acompañado de un principio de acuerdo para la nueva composición del ejecutivo. Con este movimiento, la federación de Esquerra en la ciudad condal culminaba un camino iniciado en marzo, cuando el grupo de ERC alcanzó un pacto presupuestario con los socialistas, lo que abrió la puerta a una posterior entrada en el ejecutivo municipal que finalmente no se dio a causa del adelanto electoral en Cataluña.
El principio de acuerdo con los socialistas contempla que ERC gestione responsabilidades de gestión en áreas clave para los republicanos, como la lengua catalana, juventud, turismo, promoción económica, derechos sociales, proyección de ciudad, gente mayor o calidad urbana. Fuentes conocedoras del pacto confirmaron a EFE que Elisenda Alamany asumiría Promoción Económica -que incluye Turismo y Barcelona Activa- y Jordi Castellana el área de Derechos Sociales.
Por su parte, cargos de la ejecutiva nacional consultados por EFE mostraron su oposición a gobernar en Barcelona junto a los socialistas -entre ambos sumarían 15 concejales, lejos de los 21 que fijan la mayoría-, en un momento en el que los 20 votos de ERC en el Parlament pueden ser decisivos para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa.