El exministro Gómez sorprende en la ONU con un discurso muy crítico contra Gibraltar
El embajador exige la «desmilitarización» de la base en plenas negociaciones con Londres sobre el futuro del Peñón
El exministro de Industria y actual embajador español ante la ONU, Héctor Gómez, ha sorprendido esta semana en Naciones Unidas con un discurso muy crítico sobre la situación colonial de Gibraltar, en el que llegó a pedir al Reino Unido la «desmilitarización» de la base militar en plenas negociaciones sobre el futuro del Peñón dentro del espacio europeo de Schengen tras el Brexit.
Gómez habló el lunes ante el comité especial de descolonización de la ONU que analiza los procesos pendientes en el mundo. El asunto de Gibraltar lleva en dicho comité desde 1963 y cada año se hace un repaso de la situación del territorio pendiente de descolonizar. Su intervención sigue la línea clásica de la diplomacia española de criticar los abusos y privilegios de la colonia británica, pero constrasta con los mensajes positivos que ha lanzado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en las últimas semanas a favor de una prosperidad compartida entre Gibraltar y la zona adyacente española del Campo de Gibraltar.
«España es plenamente defensora de un orden internacional basado en el respeto al derecho internacional y en el cumplimiento de las normas. Lamentablemente, España sigue siendo víctima de una situación colonial que afecta gravemente a nuestra integridad territorial y que constituye una rémora contraria a la legalidad internacional», aseguró Gómez de inicio.
Tras ello, el embajador enfatizó que «Gibraltar destruye la unidad nacional y la integridad territorial de España» por lo que, a diferencia de otros procesos de descolonización, el de la Roca debe estar presidido «por el principio de integridad territorial y
no por el de autodeterminación».
El exministro reiteró ante el comité descolonizador de la UE que la cuestión del Peñón debe ser resuelta mediante negociaciones bilaterales entre España y el Reino Unido y que, en ellas, deben tenerse en cuenta los intereses de la población de la colonia, «la cual no goza de un derecho de autodeterminación». Además, insistió como en años pasados en que Gibraltar «no forma parte del Reino Unido», ya que la metrópoli y la colonia son «entidades jurídicas distintas y separadas».
Gómez subrayó a renglón seguido que el territorio gibraltareño «es una base militar británica, condición que el Reino Unido sitúa por delante de los intereses de sus habitantes». A juicio del representante español, Londres «debe poner fin a las actividades militares en la colonia y proceder a su desmilitarización». Un apremio que no aparece con tal contundencia en los discursos de su predecesor, Agustín Santos, en las reuniones de este comité de la ONU en 2022 y 2023.
«España es, lamentablemente, víctima de una situación colonial que afecta a nuestra integridad territorial. Pero, además, de manera cotidiana, la zona vecina al territorio no autónomo de Gibraltar sufre las consecuencias de la pervivencia de la colonia.
Las diferencias normativas en materia impositiva, laboral, medioambiental, de competencia y ayudas de estado, entre otras, provocan un desequilibrio económico entre uno y otro lado de la Verja, en detrimento de España y, particularmente, del Campo de Gibraltar, y en beneficio de la colonia», resumió en su intervención.
El exministro dio un dato estadístico «muy significativo» sobre este desequilibrio. Concretamente, el de la renta per cápita a ambos lados de la Verja: alrededor de 94.000 euros para Gibraltar y 21.000 para Andalucía. «La prosperidad de la colonia está muy vinculada a esa diferencia de estatus y a la ventaja que supone contar con una mano de obra abundante, barata y no residente, a la que no se otorgan los mismos beneficios que a los residentes», dijo refiriéndose a los miles de trabajadores españoles que cada día pasan a la colonia británica para trabajar.
Gómez no se quedó ahí, ya que añadió otros «trastornos evidentes» que sufre España por culpa de Gibraltar. En primer lugar, el contrabando de tabaco que provoca «una diferencia de precios» si se está a un lado o el otro de la Verja, así como «el vertido de aguas residuales sin tratar al mar» o los obstáculos que Gibraltar establece y «han hecho imposible la tradicional pesca artesanal por parte de pescadores españoles en las aguas, españolas, cercanas a Gibraltar», enfatizó.
Presencia de submarinos nucleares
En relación con el impacto de la actividad militar en el Peñón, el embajador español se quejó de que «en tiempos recientes» se ha incrementado «su militarización» con nuevas inversiones del Ministerio de Defensa británico a las que han seguido «maniobras militares incluyendo ejercicios de tiro y arribadas de submarinos nucleares».
Respecto a las negociaciones de soberanía y las que abordan la situación post-Brexit en Gibraltar, el exministro de Industria quiso diferenciar «claramente» unas de otras. Sobre las segundas, que se encuentran en un «impasse» por las elecciones legislativas en el Reino Unido del próximo 4 de julio, insistió en que el objetivo de las negociaciones es alcanzar un acuerdo que permita crear una «verdadera» zona de prosperidad compartida en la región. «Dado que históricamente, la colonia ha supuesto un perjuicio para España y, muy concretamente, para la comarca española que la rodea, el Campo de Gibraltar, que va más allá de la cuestión de soberanía, un futuro acuerdo debe asegurar que no se perpetúa la situación de desequilibrio, sino que, por el contrario, se consigue que la prosperidad se extienda al conjunto de la región», dejó claro.
Gómez reclamó a las autoridades británicas, por último, que aborden la descolonización de Gibraltar «con pleno respeto al principio de integridad territorial» y el propósito de «conducir al fin de esta situación colonial que afecta a España y que pasa por la restitución de nuestra integridad soberana».
El discurso del embajador coincide con un importante relevo en el equipo de Albares que negociaba el dossier de Gibraltar y después de que el Gobierno fijase a finales de mayo en una respuesta parlamentaria cuál debía ser el apoyo de la Policía y la Guardia Civil a Frontex en los controles de Schengen, tanto en el puerto como en el aeropuerto de Gibraltar, si Londres se aviene a firmar el pacto negociado con Madrid y Bruselas. Unos parámetros, desvelados por Europa Sur, que han provocado tensiones en el Ejecutivo gibraltareño de Fabian Picardo.