El Ayuntamiento de Alcorcón veta a la prensa en una lectura infantil con cuatro 'drag queens'
Los periodistas no pudieron entrar a un polémico acto que ha sido acusado de «adoctrinamiento LGTB» a la infancia
El pasado viernes 14 de junio el Ayuntamiento de Alcorcón programó un acto –a través de la Concejalía de Juventud y Diversidad– titulado Drag Story Hours, en el que cuatro drag queens leyeron libros a menores de entre 3 y 11 años con el objetivo de «promover la lectura y la diversidad». Los periodistas que fueron in situ a cubrir el evento «fuimos vetados y tratados de forma vergonzosa», denuncia Nuria Coronado, a quien se le cerró la puerta en sus narices. El consistorio socialista se escuda en que «el aforo estaba completo».
El evento había despertado mucha expectación en los días previos. La asociación católica Hazte Oír recogió 30.000 firmas para que la alcaldesa, Candelaria Testa, lo cancelase, arguyendo que «PSOE, Ganar Alcorcón (marca de Sumar) y Más Madrid siguen intentando imponer el adoctrinamiento LGBT», pero «la infancia no se toca ni se adoctrina». Testa no sólo no lo canceló, sino que asistió al mismo.
Veto a la prensa
Quienes no pudieron asistir fueron los periodistas que se habían desplazado hasta el Centro Cultural Los Pinos. Nuria Coronado, autora de No contaban con las madres: la lucha de miles de familias contra el fenómeno trans, relata cómo Amán Hamoudi de Andrés, coordinador de Juventud, impidió la entrada a la prensa crítica con el transgenerismo para evitar que «la montásemos dentro». «La entrada al espectáculo solo le era permitida a familias con niñas o niños inscritas», denuncia.
«Poner en duda la profesionalidad de quienes estábamos allí (te gusten más o menos los medios que allí había) y tratar de esa manera a la prensa no solo es una infinita falta de respeto a la profesión, sino la usurpación directa del derecho de la información de la ciudadanía. Es reflejo también del espíritu de quienes se atreven a actuar así», sostiene Coronado en un artículo publicado este miércoles en El Común.
La periodista hubo de permanecer 90 minutos sin acceder al teatro, poniendo la oreja tras las puertas de aquel «diverso espectáculo», pero «entre lo que desafinaban los cuatro drags, sus voces histriónicas y el ruido de fuera fue misión imposible escuchar nada con claridad». Finalmente, concede, se le dejó pasar «a tres minutos de que acabase el show»: «Les debí dar pena».
Ahí no acabó todo, asegura: «A la salida del acto, la alcaldesa junto a su séquito municipal, demostraron un talante de superioridad y menosprecio tal que, al ser preguntada por la censura, ella y Miguel Ángel González García, concejal de Agenda Urbana, Planificación, Desarrollo y Mantenimiento, respondían que lo que yo había denunciado era mentira y que si había podido entrar a verlo. ¡Pero si has pasado… si lo has visto! ¿Has visto el Chuchuchua? ¿Era superpeligroso verdad?».
«Machismo y adoctrinamiento»
«Lo que es peligroso es que cargos electos no solo tengan esa actitud tan poco democrática con la prensa, sino que además no se corten en fomentar el transgenerismo en un ámbito tan secuestrado por la misoginia como es la educación y la cultura. Y es que no solo está tocando a la infancia, sino que también está adoctrinando en los institutos en contenidos acientíficos y peligrosos a menores y adolescentes. Está incitando y promoviendo la disforia de género de Inicia Rápido. O lo que es lo mismo, el contagio social que hace que, de buenas a primeras, niñas y niños lleguen a casa diciendo que son trans cuando nunca han tenido ningún problema ni con su orientación sexual ni su cuerpo», zanja Coronado.
La periodista considera que todo se debe a que «a este Ayuntamiento no le gustó nada que en dos ocasiones y antes de que se llevase a cabo el lamentable espectáculo, denunciase la situación de machismo y adoctrinamiento transgenerista que se iba a llevar a cabo con menores de edad».
El consistorio socialista no ha contestado a la consulta de THE OBJECTIVE por su versión. Tampoco ha publicado en su página web el importe destinado a la actividad. Lo que sí ha adelantado es que, pese a la polémica generada, van a «trabajar para que Alcorcón sea la ciudad Drag del sur de Madrid». «Frente a la ignorancia, tolerancia. Frente a la mentira, cultura. Frente al odio, libertad», aseguró la concejal de Cultura, Raquel Rodríguez. Libertad, pero no de prensa.