Defensa pagará 13 millones más de lo previsto por el buque de operaciones subacuáticas
El Gobierno pide a Navantia una mejor propulsión con la que dotar al buque de «una mayor estabilidad»
Imagen del futuro buque de operaciones subacuáticas Poseidón. | Foto: Navantia
El Ministerio de Defensa ha decidido desembolsar 13 millones suplementarios para el buque de operaciones subacuáticas que está construyendo Navantia para la Armada española, según desvelan fuentes militares a THE OBJECTIVE. El Consejo de Ministros tiene previsto autorizar el pago el próximo martes para esta embarcación que se encargará, entre otros cometidos, del rescate de submarinos.
El Ejecutivo aprobó en octubre de 2021 la construcción del buque de acción marítima BAM-IS «por un valor estimado de 166,46 millones de euros», al que la Armada le ha puesto el nombre de Poseidón y que sustituirá al Neptuno, que se encuentra ya al final de su vida operativa, de ahí que fuese «imprescindible» tener un nuevo buque que lo reemplace para dar respuesta a las operaciones más complejas de intervención subacuática.
Entre ellas, se encuentra la llamada guerra de minas, así como todo lo relacionado con las reparaciones, el rescate y salvamento de submarinos en caso de averías. Este tipo de buques también colabora con otros organismos estatales «en operaciones de buceo de cierta entidad o dificultad», conservación del patrimonio arqueológico subacuático o recuperación de pecios hundidos.
El contrato de 2021 comprendía «tanto la construcción del buque, como la adquisición e integración de los equipos de intervención subacuática». Navantia empezó su construcción en julio de 2023 y su entrega está prevista para el año 2026 en el que finalizarán las pruebas en alta mar, aunque este nuevo contrato podría alargar los plazos del calendario.
La fabricación del Poseidón está teniendo lugar en el astillero de Puerto Real. La previsión de la constructora pública era que crease alrededor de 1.100 puestos de trabajo. El buque tendrá una eslora de casi 85 metros, capacidad de fondeo a cuatro anclas, un helipuerto y una grúa con capacidad para cargar 50 toneladas.
Las citadas fuentes subrayan que la modificación de la orden para ejecutar la construcción se debe a algunos cambios en sus características, sobre todo una mejor propulsión con la que dotarle de «una mayor estabilidad», un factor primordial para misiones como el rescate de submarinos. Con ello, se mejorarán sus capacidades para realizar «de forma más segura» este tipo de misiones.
«El nuevo buque cubrirá las necesidades futuras que se puedan derivar de nuevos escenarios operativos en los que se requiera el empleo de los sistemas de rescate de submarinos de la OTAN y las nuevas misiones que se le asignen como contribución de la Estrategia de Seguridad Marítima», se destacó de él hace tres años.
La fabricación del BAM-IS responde una necesidad asociada a los cuatro submarinos de la serie S-80 que va a tener la Armada, con el fin de prestar apoyo y garantizar la seguridad de las dotaciones a lo largo de su vida operativa. Ello implica una compleja integración de los sistemas, sensores y equipos que debe llevar. Por esta razón, se convertirá en uno de los buques más avanzados tecnológicamente de la Armada.
El Poseidón destacará tecnológicamente no solo por incorporar un sistema de propulsión innovador en corriente continua, sino también por incorporar a bordo sistemas punteros de intervención subacuática y posicionamiento, según El Debate. Por ejemplo, será capaz de transportar un minisubmarino de rescate y realizar exploraciones e intervenciones subacuáticas con vehículos tripulados remotamente hasta 3.000 metros de profundidad.
