La mano derecha de Mas pide aprovechar que gobierna Sánchez para crear un Estado federal
David Madí, uno de los impulsores del ‘procés’ en la sombra, pide lograr «un Estado plurinacional» junto a los vascos
David Madí, quien fuera la mano derecha de Artur Mas y uno de los miembros del denominado Estado Mayor que guiaba el procés independentista en la sombra, pide aprovechar la coyuntura actual, en la que el PSOE necesita el apoyo parlamentario de los independentistas, para lograr una reforma profunda del Estado que beneficie a Cataluña. El también ex secretario de Comunicación de la extinta Convergència ha escrito el libro Merecer la victoria. Una visión imprescindible del conflicto catalán (Ed. Destino) donde apunta a lo que se puede lograr con Pedro Sánchez en la Moncloa pese al fracaso del procés.
Madí desmonta algunos de los mitos del plan rupturista, como la creencia de que fue un proceso surgido del pueblo, de «bajo arriba». Tiene muy claro que fue un proyecto de las élites catalanas, pero de unas élites ingenuas, que no supieron entender el poder del Estado. En este sentido, ha asegurado que ha hecho un libro para dejar atrás el «infantilismo» del movimiento nacionalista, en general, y de la clase dirigente en particular.
Su tesis es que el Gobierno de Sánchez brinda una oportunidad para que, junto a los «nacionalistas vascos», España pase a ser un «Estado plurinacional, plural, compuesto, federal… o como se le quiera llamar». Y pasar a controlar los impuestos mediante una Hacienda catalana que gestione todos los tributos, descentralizar el poder judicial y echar a la Guardia Civil y la Policía Nacional para que todas las competencias las asuman los Mossos d’Esquadra.
«Lo haremos, pero de otra manera»
Parafraseando la frase de los líderes del procés de «lo volveremos a hacer», él dice: «Lo haremos, pero de otra manera». En esta suerte de guía para orientar a los independentistas en esta nueva fase, tiene claro que es una oportunidad única, fruto de la contingencia política: «El actual escenario no nace de ninguna convicción en el interior de las formaciones soberanistas, ni tampoco de la parte socialista. Nace por necesidad de ambos lados, como tantas veces ocurre en la política. Que nadie se rasgue las vestiduras, ni aquí ni allá. La necesidad ha permitido la investidura y el reseteo del escenario político a través del histórico acuerdo de noviembre de 2023».
Para esta nueva fase, pide «liderazgos fuertes, capaces de alzar la cabeza por encima de la siempre corrosiva coyuntura política del momento». Y detalla su «paquete de cinco grandes reformas en profundidad del Estado español que lleven a constituir un Estado plurinacional, plural, compuesto, federal…».
«La AEAT es la Bastilla de los catalanes»
La primera reforma que propone es «el concierto económico para Cataluña, con el traspaso de la Agencia Tributaria». De la Hacienda nacional dice que debería «disolverse en ácido» y que «nadie se equivoque» porque «la AEAT es la Bastilla de los catalanes». A su juicio, es totalmente constitucional que la región pueda gestionar sus impuestos: «Si la Constitución permite el régimen de Euskadi, su aplicación en Cataluña también puede ser constitucional».
La segunda reforma por la que aboga es dotar a la Generalitat de «poder regulador y corporativo» con el fin de poder competir con la Comunidad de Madrid, que él llama «Madrid DF». «Una ley estatal de sectores estratégicos debería permitir a la Generalitat crear una Agencia catalana de sectores estratégicos, con capacidad reguladora sobre puertos, aeropuertos, transporte, bancos y finanzas, energía, telecomunicaciones, biotecnología y ciclo del agua».
La tercera de sus cinco recetas pasa por una reforma institucional que suprima «niveles administrativos», y cree que es una necesidad de primer orden, como lograr el concierto económico. En este punto, da también parte de la responsabilidad a las políticas de los sucesivos gobiernos de la Generalitat de esta «hiperregulación empobrecedora», aunque lo justifica como el «vicio propio de un país que tiene que hiperactuar para sobrevivir».
Justicia y Policía
Como cuarta reforma, Madí plantea transformar el sistema judicial y policial. «En efecto, la única justificación para la continuidad de la presencia de la policía española y la Guardia Civil en Cataluña es la ocupación del territorio. Sin embargo, para la ocupación del territorio ya está el ejército, y no debería ser necesario más. Todas las competencias policiales, sin excepción, pueden ser asumidas por la Policía de la Generalitat – Mossos d’Esquadra».
A este respecto, la peor opinión la tiene de la justicia española, que dice que «está profundamente convencida de su papel político como garante de la unidad de España». Considera que «Villarejo es el gran símbolo del Estado de derecho español», en referencia al excomisario de la Policía Nacional. «Villarejos grandes y pequeños, hay muchos y en muchos ámbitos, ensuciando a la gran mayoría de servidores públicos» y pide «promover en el Código Penal el delito de abuso de servidor público» para regenerar la democracia y que ni los independentistas, ni otros colectivos, sufran los abusos del Poder Judicial.
Por último, la quinta reforma de este «programa plurinacional» que propone va dirigida a propugnar una ley de reconocimiento y protección de la cultura catalana para poner fin «a la violencia institucional contra el catalán».