El misterio de si el CNI sabía que Pujol tenía una cuenta en Andorra
Tenía razón el comisario Villarejo en que el servicio secreto lo utilizó como arma frente a la Generalitat catalana
Es un misterio nunca resuelto oficialmente, ante el que el servicio secreto, entonces CESID y ahora CNI, prefiere mirar para otro lado. Es lo normal: su misión es resolver problemas utilizando para ello cualquier medio a su alcance, incluso aquellos que están más allá de la línea roja que separa lo legal de lo ilegal.
A finales de los años 80 y durante los 90, hubo una historia que entraba de lleno en la conspiración que circuló por las redacciones, que era de esas que se daba como segura, pero que nadie se atrevía a difundir porque carecía de pruebas. No estábamos en una etapa de posverdad como la actual, en la que las emociones valen más que los hechos probados y no pasa nada por contar historias sin confirmar.
Se decía que el rey Juan Carlos tenía cuentas ocultas en el extranjero y participaba en negocios nada apropiados para un monarca. Y a continuación, se aseguraba que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, disponía de información con la que chantajeaba al rey. A veces, esta historia apareció mencionada de aquella manera —contar sin contar— en algunos libros.
Hace unos años, en noviembre de 2018, el diario Público contaba que sus redactores habían conversado con el comisario José Villarejo un tiempo antes y les aseguró que, en su momento, había escrito una nota interna en la Policía sobre los movimientos bancarios de los Pujol en Andorra. Según el comisario, esta nota nunca se difundió porque lo impidió el servicio secreto, preocupado por encubrir operaciones de blanqueo de Juan Carlos en el extranjero.
La información que yo manejo es, de primera mano, de una fuente directa. Y viene a demostrar que los espías sabían que Pujol tenía esa cuenta en Andorra desde 1994.
El lobo descubrió a Pujol
Mikel Lejarza, El Lobo, me contó hace unos años esa historia tal y como la recordaba. Sus palabras son suficientemente reveladoras:
«Hubo un hecho importante que se produjo tras mi detención, y la de algunos de mis colaboradores, por haber estado espiando al independentismo catalán para el servicio secreto. Mi equipo y yo nos enteramos de que la familia de Jordi Pujol estaba sacando dinero a Andorra, una información que el CESID no desechó.
Llegamos a saberlo porque tuvimos la suerte de que uno de mis hombres, José Manuel Trujillo, se liara con una de las amantes del hijo mayor de Pujol, una argentina muy suelta a la que Jordi Pujol Ferrusola entregó 500 millones de pesetas para ingresarlos en la cuenta de ella en la Banca Privada d’Andorra. Tal como me informó el propio Trujillo, la chica argentina, un retaco que se compró una vajilla de Hermès y una casa en la Bonanova, le hacía el trabajo a su amante de llevarle los dineros y quizás también cumplía el papel de testaferro.
Trujillo la acompañó a llevar los 500 millones desde Barcelona hasta Andorra, y Mamen —mi mujer— y yo nos desplazamos desde Madrid pero sin entrar en contacto con ellos. Además, ya sabíamos que en la Banca Privada d’Andorra trabajaban familiares de Juan Gracia, el chófer de Godó, lo que nos facilitó el acceso a esa información. En la entidad bancaria nos largaron que Rafael Vera también tenía cuentas, aunque él lo negó rotundamente después, y nadie lo sabría mejor que él. Utilizaban ese banco los Pujol y los del Gobierno, casualidades de la vida».
Esta es la información sobre el supuesto chantaje, cada uno que saque sus conclusiones.