Alvise se quedaría fuera del Parlament en caso de repetición electoral, pero perjudicaría a Vox
La encuesta de THE OBJECTIVE refleja una concentración del voto al PP en el espacio de la derecha
El nuevo partido Se Acabó La Fiesta (SALF), de Luís Pérez -conocido como Alvise Pérez– se quedaría a las puertas de entrar en el Parlament si se presentara en caso de repetición electoral. En la encuesta elaborada por Demoscopia y Servicios para THE OBJECTIVE, el nuevo partido no lograría superar el umbral del 3% de votos válidos que se requieren para la circunscripción de Barcelona (ni el mínimo efectivo del resto de circunscripciones). Su amargo estreno, sin embargo, serviría para debilitar a Vox en la Cámara catalana, donde cuenta con 11 escaños desde los comicios del pasado 12 de mayo.
En un contexto de vuelta a las urnas, Vox podría sufrir una concentración del voto hacia la fuerza hegemónica en su mismo espacio ideológico, el Partido Popular. Los conservadores les ganaron el pasado 12-M, después de que en la legislatura anterior Vox lograra el sorpasso en la región. Despejada la incógnita entre los dos partidos, la tendencia en caso de repetición suele beneficiar al partido que ha quedado por delante. Al mismo tiempo, Vox también podría acusar la irrupción de una nueva oferta electoral, como es el partido SALF, hasta el punto de ver amenazado un escaño (pasando de 11 a 10 escaños).
Tanto en el escenario de una lista unitaria entre Junts per Catalunya y ERC, como en una candidatura separada, SALF no obtendría representación parlamentaria. En caso de lista unitaria, el partido de Alvise cosecharía 84.552 papeletas (el 2,8% votos) y, en caso de listas separadas, obtendría un poco menos: 78.568 papeletas (el 2,7% del voto).
Estreno europeo de SALF en Cataluña
El más beneficiado en ambos escenarios sería el PP de Alejandro Fernández, que, de sus 15 escaños actuales, crecería a 17 (en caso de lista unitaria independentista) y a 16 diputados (en caso de listas separadas). En sentido opuesto, la formación de Ignacio Garriga se quedaría con 10 escaños en ambos escenarios. Vox obtuvo el 7,95% de los sufragios el 12-M, que se traduce en 251.096 papeletas a su favor. Coincidiendo con la entrada de SALF, menos votantes le confiarían a Vox el voto y perdería 59.040 votos (sin lista unitaria) o 45.756 votos (con lista unitaria).
Pese a que SALF obtuvo 67.000 sufragios en Cataluña en la elecciones europeas, del pasado 9 de junio, no se prevé que en el Parlament pueda repetir la gesta. No obstante, también podría atraer a una parte de votantes que no se siente interpelado a ir a las urnas, es decir, a los abstencionistas (del sector no independentista).
A nivel nacional, el partido de Alvise fue una de las sorpresas en las elecciones del 9-J, con la obtención de tres escaños y 800.000 votos. Su éxito se basó en mensajes antisistema que calaron entre los más jóvenes. El sevillano se ha centrado en un discurso contra la corrupción, aunque sin escatimar en ataques contra Pedro Sánchez, la inmigración ilegal y el feminismo.
Se acabó la cordialidad con Vox
Si en los últimos comicios, tanto europeos como catalanes, Vox ha optado por ignorar a Alvise e, incluso, mantener cierta cordialidad, ahora han decidido pasar al ataque. Como avanzó THE OBJECTIVE, el Telegram que gestiona el líder de SALF, y desde el que moviliza a centenares de seguidores y activistas en las redes sociales, cargó contra Vox al sostener que por su culpa se habían expulsado al resto de acusaciones particulares del caso Begoña Gómez, y por la gestión económica del partido y sus vínculos con la Fundación Disenso.
Estos ataques propiciaron la reacción de Vox. Por primera vez desde su irrupción en la política, los de Santiago Abascal negaron la información y le tacharon de «mentiroso»: «Ahora que te has metido en política y que representas a 800.000 personas, deberías dejar de mentir», afirmaron a través de su perfil en la red social X.