Puigdemont descarta que el Supremo reactive la euroorden pese a tumbar su amnistía
El líder de Junts estudia recurrir a través de un escrito de reforma, luego de apelación y, en última instancia, ante el TC
La decisión del Tribunal Supremo de mantener la orden nacional de detención en contra de Carles Puigdemont, al entender que la ley de amnistía no es aplicable para el delito de malversación, ha abierto un nuevo capítulo en la estrategia judicial del expresidente catalán, además de algunas incógnitas dentro de Junts per Catalunya sobre cómo procederá el Supremo en este ámbito. Y si decidirá reactivar la orden europea de detención y entrega (euroorden). Desde el entorno del líder de Junts ven tan improbable que el Supremo ordene nuevas euroórdenes como que los jueces de fuera de España decidan ejecutarlas. Pero a nivel de partido hay inquietud sobre los siguientes pasos a dar.
En Junts se ha incrementado la incertidumbre sobre su promesa de regresar a España para asistir a un eventual pleno de investidura. El núcleo de Puigdemont y fuentes del partido coinciden en que el expresident «volverá a Cataluña», pero interpretan de modo distinto las consecuencias que puede tener la decisión del Supremo, así como su control de los tiempos si el candidato del PSC, Salvador Illa, opta finalmente por presentarse a un debate de investidura.
Un sector del partido teme que ahora que Puigdemont se ha trasladado a vivir en Francia, y que ya no goza de su condición de eurodiputado, el juez instructor Pablo Llarena aproveche para reactivar la euroorden en su contra. Además, creen que un cambio de gobierno en el país vecino puede «no ayudar a su situación», explican a THE OBJECTIVE. Cabe recordar que la presidenta de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, afirmó en campaña electoral que «Puigdemont humilla al país» y que si ganan las elecciones «no durará» su estancia ahí.
Desde su núcleo más cercano, sin embargo, descartan que un cambio de ejecutivo en Francia pueda trastocar «el criterio de un juez» y su independencia respecto al poder político. A la espera de lo que decida Llarena sobre este mecanismo de confianza mutua entre Estados miembros, en el entorno del expresidente catalán ven improbable que el Supremo se atreva a reactivar la euroorden. En «los países serios» -añaden- los jueces «no cambian su criterio en función de quién gobierna».
Traslado a Francia para la campaña del 12-M
Más allá de lo que suceda en Francia a nivel político, los independentistas que se han fugado de la justicia española han optado por países como Suiza o Bélgica cuando las euroórdenes estaban vigentes, al considerar que había menos probabilidades de ser entregados a España. Las incursiones al sur de Francia de Puigdemont siempre se hicieron bajo la cobertura que le ofrecía ser eurodiputado o cuando las euroordenes ya habían decaído.
La excepción más notoria fue en Alemania, donde el Tribunal de Schelswig-Hosltein denegó su entrega por el delito de rebelión en julio de 2018. En aquel momento, Puigdemont todavía no era eurodiputado, ya que no se habían celebrado los comicios comunitarios de 2019, pero el tribunal germánico lo dejó en libertad tras pagar una fianza de 75.000 euros y dictar que la entrega a España de Puigdemont para juzgarle solo podía ser por el delito de malversación.
Para la campaña del 12-M, ya sin euroorden vigente y a la espera de la aprobación de la ley de amnistía, el líder de Junts buscó convencer a los suyos de su inminente regreso trasladando su residencia a Francia. Su situación actual es la de ser diputado en el Parlament. Según relatan fuentes jurídicas, Puigdemont ha hecho todos los trámites que requiere el reglamento de la Cámara catalana, en su artículo 23, para ser diputado a todos los efectos. En consecuencia, tiene aforamiento en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, pero no tiene inmunidad ni en España ni fuera de ella.
Después de la decisión del Supremo sobre la malversación y mantener las medidas cautelares, la opción que Puigdemont tiene ahora es recurrir el auto a través de un escrito de reforma, luego de apelación y, en última instancia, un recurso de amparo al Tribunal Constitucional.
«Ya se debatió su vuelta»
En paralelo, fuentes del partido insisten en que «ya se debatió su vuelta el 12-M» y se tomó la determinación de que volvería. Como informó THE OBJECTIVE, se puso sobre la mesa la posibilidad de que regresara por sorpresa el 10 de mayo -dos días antes de los comicios- para dar un vuelco a los pronósticos electorales. «Puede tardar unos meses, pero tiene que volver», apostillan estos sectores más escépticos en que cumpla los plazos a los que se comprometió. Por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha afirmado este lunes que «Puigdemont es una persona de palabra y ha dicho que si hay un debate de investidura estará presente».
La cuestión es saber si habrá debate de investidura o, al no haber ningún candidato que cuente con los apoyos suficientes, se convoca unas nuevas elecciones y Puigdemont retrasa su vuelta. El plan A del líder de Junts sigue siendo ser investido en mayoría simple con la abstención del PSC y evitar el regreso a las urnas. Otro de los escenarios que genera dudas para que Puigdemont cumpla su palabra es si, finalmente, el líder del PSC, Salvador Illa, opta por presentarse a un pleno de investidura. Es una opción a la que puede recurrir pese a no tener los apoyos y que, incluso si se convocan elecciones, sirva para demostrar que Puigdemont ha incumplido su promesa de volver para dicho pleno.