El PP acusa a Sánchez de comprar con 100 millones una «guardia mediática pretoriana»
En el Partido Popular se han visto sorprendidos por la falta de concreción del plan anunciado por el presidente
El Partido Popular mira con recelo la oferta de Pedro Sánchez para destinar cien millones de los fondos europeos a la digitalización de los medios de comunicación, lanzada este miércoles por el presidente del Gobierno dentro de su Plan de Acción Democrática. Los populares lo tienen claro, el objetivo del presidente es conseguir con ese dinero una «guardia mediática pretoriana», según aseguraron a THE OBJECTIVE fuentes de la dirección nacional.
En el Partido Popular se han visto sorprendidos por la falta de concreción del plan anunciado por Sánchez, que durante más de cinco horas compareció este miércoles en el Congreso de los Diputados para anunciar un conjunto de medidas, del que la única que se conoce es la financiación de cien millones para los medios de comunicación. Una partida de los fondos europeos destinada a la digitalización, y de la que se desconoce en base a qué criterios se van a repartir y qué medios de información.
Concretamente, Sánchez afirmó que «se pondrá en marcha un paquete de 100 millones de euros de ayudas para la digitalización de los medios de comunicación que lo necesiten, con el fin de crear bases de datos, desarrollar herramientas que mejoren su productividad y calidad informativa y reforzar su ciberseguridad». Esta partida, según dijo, se destinará a todos los medios de comunicación que lo necesiten, independientemente de la línea editorial, aunque sin especificar el reparto, como denuncia el PP.
En el PP se ha acogido con sorna esta abultada partida económica y las reacciones de los dirigentes de esta formación política van desde la firme creencia de que se va a convertir en una compra «de voluntades para los medios afines», hasta los que afirman con rotundidad que su objetivo es crear una «guardia mediática pretoriana». Sánchez deslizó esta propuesta después de desgranar la manera en que quiere controlar a los medios de comunicación que considera que difunden «bulos» y a los que llamó «tabloides» y «páginas web».
El instrumento al que aludió el presidente del Gobierno para controlar los medios será el Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicación, aprobado en el mes de marzo en el Parlamento Europeo con el apoyo del Partido Popular Europeo y el Partido Socialista, entre otros. Un documento que gira, según Sánchez, sobre cuatro grandes principios: transparencia, independencia, pluralismo y protección.
Sánchez no concretó nada más que estas dos medidas y emplazó a todos los grupos parlamentarios a iniciar una ronda de contactos que, por parte del Gobierno, liderarán los ministros de Presidencia, Félix Bolaños; y de Cultura, Ernest Urtasun, según aseguraron fuentes gubernamentales. En nombre del PP, si las reuniones son en el Congreso de los Diputados, el interlocutor será el portavoz parlamentario, Miguel Tellado. Desde el Partido Popular, aseguran que si son llamados, asistirán a esos encuentros, pero que tienen que tener un documento y unos temas para abordar.
El Gobierno anunció que esta ronda de contactos comenzará la próxima semana, pero fuentes del Partido Popular dudan de que vayan a llegar a celebrarse y, en el caso de que así fueran, no es más que «esparcir una mancha de aceite para que no se hable de Begoña Gómez». Esta formación política asegura que no van a distraer su atención en lo que es su objetivo: la mujer del presidente. «Aunque el PSOE y el Gobierno quiere que se hable de otras cosas, nosotros no vamos a distraer la atención en lo realmente importante», insisten.
Feijóo dudó de las intenciones de Pedro Sánchez con su plan para controlar los medios de comunicación, calificándolo de «otra milonga más para no dar explicaciones sobre las investigaciones a su mujer, a su hermano, a su partido y a su Gobierno. «Oír a Sánchez dar lecciones de regeneración sería como oír al señor Otegi dar lecciones de derechos humanos. El cinismo hecho carne nos da lecciones de verdad». A su juicio, Sánchez pretende una «pseudodemocracia», en la que si los medios de comunicación publican lo que a él le gusta leer, ver o escuchar merecen toda la inversión del Estado, pero si no, «merecen todo el castigo».