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Podemos se desmarca del plan de regeneración de Sánchez y lo tacha de bluf

Los morados quieren que el Gobierno centre el tiro en los presentadores de televisión

Podemos se desmarca del plan de regeneración de Sánchez y lo tacha de bluf

Irene Montero con Pablo Iglesias y Ione Belarra | Europa Press

Podemos cree que el plan de «regeneración democrática» de Pedro Sánchez con el que el Gobierno quiere frenar a la prensa crítica con la excusa de la lucha contra los «bulos» es sustancialmente un bluf. Los morados se desmarcan de una medida que debería pasar por el Congreso de los Diputados, donde el Ejecutivo no tiene de momento amarrados los apoyos necesarios. Falta todavía concreción sobre el plan de Sánchez contra los «tabloides digitales» y los «pseudo medios», pero fuentes congresuales desvelan que otros socios de investidura tienen dudas sobre la iniciativa del Gobierno. De momento, los morados mantienen una posición crítica, aunque Sánchez ha prometido 100 millones de euros para los medios, que, al menos en teoría, también podrían caer en el diario digital adscrito a la televisión de Pablo Iglesias.

Podemos se desmarcó de Sumar hace ya unos meses y, desde entonces, ha emprendido una carrera que le está llevando a ejercer de facto de oposición de izquierda al Ejecutivo. Los morados amenazan con tumbar los proyectos económicos del Gobierno si detectan un aumento del gasto militar, se mofan de Sumar y de su papel en el Consejo de Ministros, piden más contundencia en políticas para la vivienda y ahora muestran sus «dudas» sobre el plan de Sánchez contra la prensa. 

El partido de Irene Montero e Ione Belarra no entra directamente en la cuestión de la desinformación o los bulos, sino que recuerda que hace poco ya presentó una propuesta al respecto. Podemos planteaba que el Estado pudiera intervenir los medios y, sobre todo, que los referentes del espacio de la información (los presentadores de televisión) tuvieran que publicar su patrimonio tal y como lo hacen los altos cargos del Gobierno. Para Podemos existe una «correlación» entre el trabajo de los principales referentes del espacio televisivo español de la información y la lucha política. Iglesias siempre consideró a los medios como un «actor» en el tablero político, al igual que los grandes empresarios, los sindicatos y los partidos políticos. De ahí que para Podemos el planteamiento de Sánchez sea, como mínimo, insuficiente. 

Apoyos parlamentarios

Montero y Belarra quieren más. Y con su crítica, la formación morada trasmite la idea de que podría tumbar el proyecto de Sánchez si algún día llega al Congreso de los Diputados. Los apoyos parlamentarios del «plan de regeneración» no son una cuestión baladí. Además de Podemos, los nacionalistas también muestran cierto recelo. El problema, en su caso, no es la mordaza a los medios críticos que de facto plantea el Gobierno, sino impedir que se limiten las subvenciones a la galaxia de pequeños diarios digitales que sobreviven gracias a sus gobiernos regionales. PNV, Junts, Bildu y ERC son las formaciones que más pueden temer ese desenlace. 

Sumar ha adelantado que el Ejecutivo quiere condicionar la publicidad institucional al cumplimiento de un «código deontológico» todavía por especificar. ¿Redactará el Gobierno un código de buena conducta que los periodistas deberán respetar para seguir ejerciendo con su función, protegida por la Constitución, de informar a la ciudadanía? ¿O será más bien que el Gobierno buscará el respaldo de las asociaciones de periodistas mayoritarias, controladas en gran medida por personas cercanas al Ejecutivo, para crear una lista de medios buenos y malos, e impedir a los críticos financiarse?

Todo apunta a que la segunda de las dos hipótesis es la que el Ejecutivo está explorando. Sánchez afirmó en la última sesión parlamentaria que está manteniendo reuniones con responsables de los principales medios de comunicación. A pesar de exigir transparencia en el accionariado de los medios (algo que ya es público), la Moncloa no ha especificado con quién se ha reunido el presidente y cuándo. La falta de concreción del plan de Sánchez ha sido reprochada incluso por Gabriel Rufián en el Congreso el miércoles. Y Podemos piensa exactamente lo mismo. 

En las terminales del partido morado se menciona casi a diario el plan sobre los medios de Sánchez. Pero siempre de forma crítica, y señalando la insuficiencia y escasa ambición del mismo. Para Podemos el plan de regeneración de Sánchez es de momento un bluf, lo que abre las puertas a que en el Congreso los morados se descuelguen de él. Siempre y cuando, quizás, una parte de los 100 millones de euros que el presidente del Ejecutivo ha prometido para una extraña «digitalización» no acabe en las arcas de la televisión y diario digital de propiedad del exfundador de Podemos. Tiempo al tiempo.  

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