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El PSOE ve «inminente» el acuerdo con ERC para investir a Salvador Illa antes del verano

Los socialistas se muestran “eufóricos” por un acercamiento de los republicanos y ubican la investidura en agosto

El PSOE ve «inminente» el acuerdo con ERC para investir a Salvador Illa antes del verano

Pedro Sánchez y Salvador Illa. | Agencias

Por primera vez en los últimos años, el Gobierno de Pedro Sánchez va a celebrar su último Consejo de Ministros la última semana de julio. Una decisión que aparentemente no reviste de importancia, sino fuera porque el motivo de dejar despejada la agenda en la primera semana de agosto es la clave de bóveda sobre la que descansa la legislatura. Según adelantan fuentes del PSOE a THE OBJECTIVE, el acuerdo entre PSC y ERC para investir a Salvador Illa es «inminente», se anunciará en los próximos días y se materializará en una sesión de investidura en la primera semana de agosto.

En las últimas semanas, y frente a las dudas del PSOE sobre el futuro de la legislatura, el Gobierno ha ido experimentando un creciente optimismo sobre la posibilidad de formar gobierno en Cataluña en lugar de una repetición electoral en el mes de octubre. Pero el clímax de este ánimo esperanzador llegó el pasado miércoles 17. Sorprendentemente, en el día en que Pedro Sánchez encajó uno de sus peores debates en el Congreso en los últimos meses, con críticas de todos sus socios y un salto cualitativo del PNV alineándose con PP y Vox en el reproche a las actividades profesionales de la mujer del presidente, Begoña Gómez-, se sucedió otro debate parlamentario en el Senado al que «los senadores del PSC llegaron eufóricos», intercambiando señales positivas con sus homólogos independentistas en Cataluña, según relatan fuentes parlamentarias de la cámara alta.

En la mañana del viernes, el histórico republicano, Joan Tardà, se manifestaba en sus redes sociales «esperanzado» de que los socialistas catalanes y ERC «sepan llegar a acuerdos suficientes como para que el país pueda salir adelante». Entre las materias citadas en discusión: la viabilidad del estado de bienestar, la salvaguarda de la lengua y la «construcción de una solución por parte del conjunto del catalanismo». Las fuentes de ERC consultadas moderan la euforia de algunos de sus compañeros por la lentitud de la negociación: de las cuatro carpetas propuestas, «aún vamos por la 0», relativa al cumplimiento de los acuerdos de investidura, que, entre otras cosas, incluía el traspaso de Rodalíes, la condonación del 20% de la deuda de Cataluña y la aprobación de la Ley de amnistía. Y aunque fuera del documento de 14 páginas pactado para la investidura, los republicanos verbalizaron la necesidad de dar cauce a «la expresión del pueblo catalán» a través de alguna fórmula de referéndum.

«Más optimistas que nunca»

A la espera de concreciones, en Moncloa han depositado toda la confianza en los negociadores catalanes, con Illa al frente, sólo apoyados desde fuera por el Gobierno ante los requerimientos que puedan hacer de determinados departamentos, especialmente de Hacienda, en tanto en cuanto la financiación es una de las columnas vertebrales de la negociación. Una confianza casi ciega a juzgar por las palabras que han dedicado desde el PSOE y el Gobierno a las posibilidades del acuerdo en los últimos dias. El lunes, la portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, se hacía eco del sentir del presidente Sánchez en la Ejecutiva al afirmar: «Nos mostramos optimistas más que nunca en que lo que dijeron los catalanes en las urnas se va a convertir en una realidad y es que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat».

Al día siguiente, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, utilizó las mismas palabras del argumentario socialista: «No espero ninguna turbulencia política porque estoy convencida de que Cataluña tiene que tener un nuevo Gobierno y lo tiene que tener más temprano que tarde. Sería muy importante que la única opción, que es Illa, se abra camino y vea la luz». La ministra Montero, y una de las negociadoras con los independentistas en materia de financiación autonómica, advirtió además de que «una repetición electoral poco cambiaría el escenario, o en unos términos en los que, probablemente, algunos grupos políticos no lo desearían».

Dos días después, se publicó el barómetro del CEO catalán que apuntaba en esa dirección: una eventual repetición electoral en Cataluña reforzaría al PSC elevando su expectativa de voto hasta los 45 escaños en la parte alta de la horquilla, y perjudicaría a los independentistas, especialmente a Junts. De hecho, el segundo gran titular de la encuesta en cuanto a la situación política es que el secesionismo cae dos puntos hasta situarse en el 40%, el nivel más bajo desde 2015, antes del procés. Los datos que tienen en Moncloa, según fuentes gubernamentales consultadas por este diario, también apuntan a que «Illa sería el único que crecería» frente a la erosión de ERC y Junts, que podrían sufrir una «diáspora» en una doble dirección: hacia sus extremos (La Cup y Alianza Catalana), y hacia el centro que representaría el PSC 

Siguiente batalla: Los Presupuestos de 2025

Así las cosas, el Gobierno está tranquilo y «confiado» en que la primera semana de agosto quedará resuelto el panorama en Cataluña. Antes, el día 30 será la última reunión del órgano colegiado del Gobierno antes de las vacaciones. Y el día 31 de agosto, miércoles, el Senado celebra su último pleno del periodo de sesiones para aprobar la reforma de la Ley orgánica del Poder Judicial pactada con el PP. A ello espera el Ejecutivo de Pedro Sánchez para irse de vacaciones tras la investidura de Illa en la primera semana de agosto y hasta la última semana del mes, cuando se retomará la actividad política. Un verano corto, especialmente en algunos departamentos, que mantendrán un ajetreo especialmente intenso este año. Tras haber renunciado a presentar los Presupuestos en 2024, en Moncloa son conscientes de que la legislatura pende de lograr la aprobación de las cuentas públicas en 2025. Y para ello, la investidura de Salvador Illa abrirá paso a una segunda ronda de negociaciones entre Hacienda y los socios del Gobierno para ir encajando sus propuestas en el texto presupuestario.

La propia Montero aseguró el martes que ya está en marcha el trabajo interno en cada Ministerio y «el cronograma» previsto en Hacienda es que se trabaje «ya sin descanso, de aquí a la presentación de Presupuestos, con verano incluido, que en el ministerio de Hacienda es especialmente intenso», con la intención de aprobar las cuentas públicas «el 31 de diciembre» y evitar, por tanto, una nueva prórroga consecutiva. En privado, el núcleo duro del Gobierno está «absolutamente confiado» en lograr sacar adelante los PGE de 2025, pero aun si no lo lograra, aseguran que esto no provocará el final de la legislatura, que pretenden estirar, al menos, hasta finales del 2025. «Siempre es mejor tener presupuestos», confesó Montero, aunque no sea «imprescindible», según Moncloa.

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