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Moncloa retrasó una semana la destitución en Igualdad para desviar el foco del 'caso Begoña' 

La ministra puso el puesto del Instituto de la Mujer a disposición de Moncloa el 16 de julio, pero se le pidió «tiempo»

Moncloa retrasó una semana la destitución en Igualdad para desviar el foco del ‘caso Begoña’ 

La ministra de Igualdad junto a la ya exdirectora del Instituto de la Mujer.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ofreció la destitución de la directora del Instituto de la Mujer, Isabel García, hace una semana, pero Moncloa frenó su destitución, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Según avanzan fuentes gubernamentales a este periódico, la responsable del departamento propuso descabezar el órgano responsable de los contratos de los Puntos Violeta el pasado martes 16 de julio, el mismo día en que desveló el escándalo el diario El Español. Fue el Palacio de la Moncloa quien retrasó la destitución de García.

Fuentes gubernamentales desvelan a este diario que el motivo del retraso fue «estirar el escándalo» en Igualdad con la intención de que sirviera de «cortina de humo» con la que ocupar tertulias radiofónicas y televisivas, y, de esta forma, desviar el foco de la investigación judicial sobre la mujer del presidente del Begoña Gómez. Una suerte de «liebre» que perseguía «despistar» y apartar el foco del asunto que verdaderamente tenía ocupado al Ejecutivo en torno a la investigación de Begoña Gómez y el empresario Carlos Barrabés. De hecho, ese martes 16 de julio en que Redondo ofreció la cabeza de García, la Universidad Complutense de Madrid pedía al juez, Juan Carlos Peinado, que se investigara a Gómez por «apropiación indebida» por el software de su cátedra. Al día siguiente, su gurú Barrabés confirmó en sede judicial los encuentros que mantuvo en Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez, que adelantó este periódico.

Ese mismo martes 16 de julio, la ministra Redondo habló personalmente con Isabel García y le pidió explicaciones sobre los 64 contratos de municipios gobernados por el PSOE para gestionar los llamados puntos violeta, y por los que habría facturado 250.000 euros a ayuntamientos socialistas. «Yo le exigí, le pedí y hablé con ella para que diera todas las explicaciones, que hubiera transparencia sobre toda esa información y, por supuesto, luz y taquígrafos ante todo lo que se ha publicado», confirmó la propia ministra al día siguiente de esa conversación tras la cual echó el freno el Palacio de la Moncloa. «Ella se comprometió y también me trasladó que cuando asumió el cargo lo asumió cumpliendo rigurosamente la ley de incompatibilidades» y aseguró que la Oficina de Conflicto de Intereses estaba «completamente de acuerdo». «Creo que hay que confiar en las personas y darles el tiempo que merecen para explicarse».

Los «tiempos» de Ana Redondo

Pero ya entonces, tanto en el Gobierno como en el partido calificaban de «insostenible» su permanencia al frente del organismo. Y en el colectivo feminista saltaron con especial intensidad las alarmas: «Esto es un escándalo. Está dando la razón a los que defienden que hay chiringuitos de Igualdad», explicaron a este diario reconocidas feministas del PSOE. El rechazo de Moncloa se justificó en los motivos de «tiempo» que alegó la propia Redondo al día siguiente ante los medios de comunicación. La responsable de Igualdad pidió «tiempo, paciencia y humildad» para que la ya exdirectora del Instituto de las Mujeres diera «las explicaciones que considere». «Hay que darle tiempo para que se explique, permitirle que dé las explicaciones que considere y eso es lo que vais a hacer, que se explique y ofrezca todo tipo de información y aclare esta cuestión».

Una semana después, tras una contestación creciente en el PSOE, el Gobierno filtraba su decisión de cesar a Isabel García con el Consejo de Ministros en curso. En paralelo, la ministra Ana Redondo se dejaba caer por los pasillos del Congreso para confirmar públicamente la decisión y agradecerle los servicios prestados: «Ha sido una trabajadora estupenda y una buena colaboradora» cuya gestión calificó de «impecable». La titular del ramo descartó «hacer leña del árbol caído» y no quiso dar detalles sobre los plazos y tiempos de la destitución: «Se ha dado tiempo para que se explicara, era importante también escucharla a ella y se ha publicado cuando tenía que publicarse y dando una alternativa a esa dirección del Instituto».

«Una protegida de Ábalos»

La decisión estaba tomada, pero no era el momento de ejecutarla. El momento llegó este martes, una semana después de que se publicara las informaciones sobre la relación contractual que mantenía Isabel García con varios municipios a través de su mujer, asesora en el Senado. Según fuentes socialistas, García era una «protegida de Ábalos». El exministro y ex número tres del PSOE le colocó en la Diputación provincial de Valencia, después la fichó como asesora del Ministerio de Transportes, y, tras su caída, consiguió ubicarla en el Instituto de la Mujer, aprovechando su rehabilitación política en septiembre del 2023, tras repetir en las listas y ubicar a sus afines. No en vano, Isabel García fue número 4 en las listas del PSOE por Valencia en 2019, aunque fue retirada por el PSOE por ser imputada en la adjudicación de una subvención siendo diputada valenciana.

La sustituta es Cristina Hernández, socióloga feminista, a quien se ubica en el gabinete del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, como asesora del departamento. Sin embargo, su conocimiento interno en el PSOE llegó de la mano de Adriana Lastra, en sus tiempos como vicesecretaria general del PSOE. Según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE, Hernández era asesora de la número dos del PSOE, quien se la recomendó a Bolaños tras su dimisión en julio de 2022.

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