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Junts tensa la cuerda con Sánchez, pero PSOE y ERC creen que no se atreverá a «romper»

En las filas socialistas y ‘republicanas’ enmarcan el pulso de Puigdemont en un intento para evitar la investidura de Illa

Junts tensa la cuerda con Sánchez, pero PSOE y ERC creen que no se atreverá a «romper»

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibe a la diputada de Junts, Miriam Nogueras. | Europa Press

Junts per Catalunya ha aumentado su presión para evitar un inminente acuerdo entre el PSC y ERC con el fin de investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat. La decisión de este martes de tumbar el techo de gasto en el Congreso y, de este modo, poner en jaque los presupuestos del Ejecutivo, ha generado cierta inquietud entre los socios parlamentarios de que la legislatura pueda terminar de forma abrupta si Junts retira su apoyo al Gobierno. Además, el hecho de que los posconvergentes también hayan votado junto a PP y Vox en contra la reforma de la Ley de Extranjería ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de entente entre estos tres partidos para una moción de censura contra Pedro Sánchez. Sin embargo, desde el PSOE y ERC insisten de puertas adentro que «Junts no romperá el bloque progresista»

La decisión de Junts per Catalunya se enmarca, según fuentes tanto del PSOE como de ERC consultadas por THE OBJECTIVE, en la misma estrategia que mantienen desde que el resultado en las urnas el pasado 12 de mayo les dejará con muy pocas opciones de que Puigdemont pueda ser president. Bajo esta óptica, destaca el hecho de que Junts haya concretado este miércoles que sigue vigente la posibilidad de «volver a formular una propuesta de objetivos que pueda superar la tramitación parlamentaria», aunque matizan que «es responsabilidad única y exclusiva del Gobierno español».

Presión contra el pacto en Cataluña

El avance en las negociaciones entre los ‘republicanos’ y el PSC inquieta a Junts, y en especial al propio Puigdemont, que considera que la única manera de hacer frente al Estado es si puede volver a ser presidente de la Generalitat. Por este motivo, está tensando la cuerda -pero sin romperla- para hacer descarrilar el pacto en Cataluña y forzar una repetición electoral con el fin de cosechar más apoyos a costa de ERC.

De hecho, en ERC tienen sus propios sondeos internos de que una vuelta a las urnas acentuaría su caída, y ahora están inmersos en cómo venden a sus bases el acuerdo con el PSC para investir a Illa. No será fácil, tendrán mucha presión encima desde Junts y sus entidades satélites, como la Asamblea Nacional Catalana, para que no pacten con los socialistas. Pero confían en que si resisten al clima hostil de presión se demostrará que Junts tampoco está dispuesto a salirse del bloque que sostiene al Gobierno de Pedro Sánchez.

Más costes que beneficios

Esta reflexión es compartida por el PSOE, que hace tiempo que insisten en que los de Puigdemont tienen más que perder que ganar si suman sus votos a los de PP y Vox en una eventual moción de censura. Y es que ahora sus siete escaños en el Congreso son fundamentales y el Ejecutivo depende de ellos para sacar adelante medidas. Una eventual convocatoria anticipada a nivel nacional podría cambiar la actual correlación de fuerzas y que Junts pasara a ser irrelevante, como ya sucedió en pasadas legislaturas.

Otro de los elementos que subrayan para marcar el carácter de entelequia que tiene la amenaza de Junts es que las mociones de censura en España son «propositivas» y que resultaría muy difícil que PP, Vox y Junts lograran consensuar un candidato. Por parte de ERC, también destacan que, en un momento en el que se denuncia el «auge de la extrema derecha» en Europa, sería complicado para Junts explicar que no esté al lado de las «fuerzas progresistas».

Estrategia distinta a ERC

Después de las elecciones generales del 23 de julio, Carles Puigdemont y su entorno más cercano se desmarcaron de ERC al sostener que su cometido no era sumarse a un bloque progresista contra la «amenaza de la ultraderecha» de Vox, sino que ellos habían tomado la determinación de negociar de igual a igual con cualquiera de los dos partidos -PP o PSOE- que pusiera sobre la mesa una solución para el conflicto en Cataluña. El discurso es que el conflicto es «con el Estado», independientemente de quién fuera el «inquilino en la Moncloa».

Una vez Junts sumó sus votos para investir a Sánchez como presidente del Gobierno, y tal y como avanzó este periódico, Puigdemont aseguró que no tendría inconveniente en sumarse a una moción de censura contra Sánchez si incumplía los compromisos adquiridos con su partido. Los números dan, dado que sus siete escaños en el Congreso suman 176 con PP y Vox ante un hipotético pacto para echar al líder socialista de La Moncloa. Sin embargo, la dirección de Junts cree que esta opción les penalizaría en Cataluña y hay cada vez más consenso para volver a los postulados de la antigua Convergència sin romper los puentes con el PSOE. Como hace el PNV en el País Vasco.

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