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Díaz quiere paliar el fracaso de la jornada laboral con una nueva ampliación de la maternidad

Díaz ha dejado de tener prisa con la reducción de la jornada laboral y lo apuesta todo a condicionar los presupuestos

Díaz quiere paliar el fracaso de la jornada laboral con una nueva ampliación de la maternidad

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. | Agencias

El fracaso de la apuesta por la reducción de la jornada laboral mueve a Sumar a centrar el tiro en la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad de 16 a las 20 semanas. Díaz y su equipo mantuvieron a lo largo de las últimas semanas un verdadero pulso con la patronal para reducir la jornada laboral. La vicepresidenta quería convertir esa medida en su legado en la actual legislatura, al igual que ocurrió con la reforma laboral en la pasada. Sin embargo, la CEOE y las demás patronales no se han puesto de perfil, y han rechazo el planteamiento del ministerio de Trabajo. Fuentes de Sumar admiten la dificultad en llevar a cabo la iniciativa, mientras que sus portavoces ya no hablan de ella y se centran en la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad.

El pasado martes, el portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, explicó que la ampliación de los permisos, al igual que una reforma fiscal, serán las dos exigencias clave de su partido para la negociación presupuestaria. Sumar llegó el martes al Congreso convencido de que la votación sobre el techo de gasto, antesala de la redacción de las nuevas cuentas públicas, saldría adelante sin problemas. Los emisarios socialistas que están negociando con las demás formaciones que apoyaron a Pedro Sánchez en la investidura parecían haber dado su visto bueno, hasta que Junts se descolgó del acuerdo in extremis. Un audio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, captado en el patio del Congreso revelaba la sorpresa de los socios de Sánchez. Urtasun admitió en privado que para el Gobierno el no de Junts era un «hostión».

Aun así, Sumar cree que el rechazo de Junts se puede reconducir. En la coalición que lidera Yolanda Díaz achacan la negativa de los de Carles Puigdemont a un «ataque de cuernos» por el pacto inminente entre el PSC y ERC. Puigdemont quiere una repetición electoral y pactar con ERC una lista conjunta para recuperar el control del Govern. Pero ERC no está de momento por la labor (el 1 de agosto los republicanos celebran una votación interna entre las bases). De allí el golpe de Junts en la votación de la senda de déficit. Pero tanto Sumar como el PSOE creen que Junts no romperá la baraja, puesto que una repetición electoral les perjudicaría. Aunque también hay quien en Cataluña apunta a un acercamiento de Junts al PP, en una carambola política de momento inédita.

Palos en las ruedas

Sea como fuera, Sumar ha entendido que lograr la reducción de la jornada laboral es más difícil de lo esperado. Díaz se ha quedado «sola», sostienen fuentes de la patronal y también del sindicato, donde ven «casi imposible» que el Gobierno adopte la medida. Existen serias dudas sobre el efecto de la misma en cuanto a la productividad y a la supervivencia de muchas pequeñas y medianas empresas. Además, Díaz ha visto como el ministerio de Economía se ha puesto en contra de la reforma, y su entorno siente no tener el respaldo de la Moncloa.

Antes, Díaz y su equipo llegaron a amenazar a la patronal con seguir adelante con ella o sin ella. Pero ahora el escenario ha cambiado radicalmente. Los mismos colaboradores de Díaz admiten en los diálogos con los agentes sociales que «no tienen prisa», según fuentes conocedoras de las reuniones. Es decir, que Díaz sabe que la reducción de la jornada laboral puede no salir adelante por los vetos cruzados y, sobre todo, que podría fracasar en el Congreso, donde tanto Junts como el PNV estarían en contra de la misma, según fuentes sindicales.

Todo ese embrollo ha llevado a Díaz y a sus estrategas a convertir otra exigencia en una de sus medidas estrellas para la candidatura. Concretamente, en la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad hasta las 20 semanas. Se trataría, según las fuentes consultadas, de una verdadera línea roja (una de las pocas) que Sumar pondría sobre la mesa de cara a los nuevos presupuestos.

Sin prisa

Díaz y sus ministros saben, por otro lado, que la negociación presupuestaria es de enorme importancia. El Gobierno difícilmente sobrevivirá a otra año con las cuentas prorrogadas. Además de no poder actualizar el gasto, se generaría un enorme problema a la hora de incluir en las cuentas los fondos europeos, lo que paralizaría la recogida y ejecución de los mismos. Por ello, Díaz confía en que los equipos socialistas liderados por María Jesús Montero y Félix Bolaños lleguen a un acuerdo estable con todas las demás formaciones de la investidura. Sumar está dispuesto a colaborar en la búsqueda de un pacto, aunque objetivamente no tienen ante los nacionalistas la misma fuerza e influencia que tenía Podemos en la pasada legislatura.

Sumar se queda así de facto a la espera de que se resuelva el problema. El techo de gasto se deberá volver a votar antes de finales de septiembre, después pasaría al Senado, y si la Cámara Alta lo rechaza, volvería al Congreso para su definitiva aprobación. Se trata de un iter legislativo complejo pero clave para la legislatura. Y en esa negociación Sumar también quiere demostrar haber puesto su sello. Para ello los de Díaz quieren imponer a los socialistas la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad, algo que, al menos de momento, representa la verdadera línea roja de Sumar para el nuevo ciclo.

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