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El PSC quiere acelerar la investidura de Illa para evitar sorpresas: primera quincena de agosto

En la primera quincena, contemplan que el control de la convocatoria pase en manos de la diputación permanente

El PSC quiere acelerar la investidura de Illa para evitar sorpresas: primera quincena de agosto

Salvador Illa y Josep Rull. | Agencias

El PSC estudia la fecha más óptima para que ERC y los Comunes den su apoyo a investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat. Se trata de evitar sorpresas de última hora que amenacen con hacer descarrilar el pacto, como podría ser un eventual regreso a España de Carles Puigdemont. Según fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE, prevén que entre las dos primeras semanas de agosto se pueda celebrar el pleno de investidura, aprovechando que el Parlament está bajo el control de la comisión permanente. Si la consulta a las bases de ERC está prevista para el 1 de agosto, una semana más tarde, alrededor del 7 de agosto podría celebrarse el pleno. Los plazos que barajan, en todo caso, estarían dentro de la primera quincena de agosto.

Fuentes parlamentarias explican que, finalmente, la Mesa del Parlament no habilitó la primera quincena de agosto como previamente se había afirmado. Al tratarse de un periodo vacacional, es la diputación permanente quien asume las funciones del órgano rector. Estas fuentes consultadas contemplan un escenario en el que el que presidente del Parlament, Josep Rull, no tenga el control de la convocatoria de investidura durante estas dos semanas de agosto. A su juicio, será la diputación permanente quien deberá convocar el pleno de investidura, con unas 48 horas de antelación, si hay una mayoría de sus miembros que así lo acuerden. Se trata, en definitiva, de controlar el calendario y evitar sorpresas o riesgos de última hora.

La cuestión no es baladí porque mientras el independentismo tiene mayoría en la Mesa, la diputación permanente está constituida por 23 diputados que representan a diferentes grupos con capacidad de convocar el pleno por decisión de la mayoría de sus miembro. Es decir, aunque Rull y su partido, Junts per Catalunya, se opusieran, la mayoría que representan PSC, ERC y Comunes podría sacarlo adelante.

En este caso, el presidente de la Cámara debería limitarse a hacer la ronda pertinente de consultas con los grupos parlamentarios y, posteriormente, convocar la diputación permanente para que, por mayoría, convoque el pleno.

Evitar la vuelta de Puigdemont

La mayoría que conforman PSC, ERC y Comunes, al tener 68 escaños, controlaría también el calendario para decidir la mejor fecha para celebrar dicho pleno. La posibilidad de que sea a inicios de agosto también pondría más difícil que Puigdemont regresara a España. Uno de los miedos de la dirección de ERC, explican fuentes del partido, es que el candidato de Junts vuelva para tratar de boicotear su pacto con los socialistas y forzar una repetición electoral.

Antes del pleno de investidura, ERC deberá consultar a sus bases. Se prevé que la consulta sea el 1 de agosto o en una fecha cercana. La dirección está confiada en que apoyen el pacto con los de Salvador Illa, pero antes deben arrancar al PSC y, en especial, al PSOE y al Gobierno de Sánchez, «compromisos importantes» que convenzan tanto a su militancia como a una mayoría de catalanes.

Además, en ERC admiten que un escenario «con Puigdemont de vuelta y detenido por la policía» les haría mucho más complicado su ‘sí’ a Salvador Illa. Con todo, controlar el calendario del pleno es importante para mitigar la presión que prevén que harán el entorno de la ANC y entidades afines a Puigdemont contra el acuerdo. Y no esconden tampoco que hay que aprovechar que las dos primeras semanas de agosto es el periodo con más gente disfrutando de sus vacaciones veraniegas.

Junts quiso alargar los tiempos

El presidente del Parlament firmó a mediados de junio la resolución del acto equivalente al constatar que no había ningún candidato -ni Salvador Illa ni Carles Puigdemont- con apoyos suficientes para someterse a un pleno de investidura y ser elegido presidente de la Generalitat. Esta herramienta puso en marcha el reloj electoral de tal manera que, si antes del 26 de agosto ningún candidato cosecha los apoyos necesarios, se convocarán elecciones para el 13 de octubre.

Nadie discute que la posibilidad de elecciones perjudica a ERC, que tiene sondeos internos que auguran una caída, y beneficia a Puigdemont en el sentido que gana tiempo. La entrada en vigor de la ley de amnistía no despejó el escenario para el líder de Junts. De momento, su orden de detención sigue vigente y si se acelera la investidura de Illa es probable que aún no tenga las «garantías» que reclama para volver sin riesgo.

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