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Sánchez dio antes del 23-J una ayuda para crear la plaza de la japonesa que protege Albares

La subvención española de 454.873 euros permitió a la ONU sacar a concurso un puesto directivo en Madrid

Sánchez dio antes del 23-J una ayuda para crear la plaza de la japonesa que protege Albares

José Manuel Albares y Pedro Sánchez en un acto en Exteriores. | Foto: EP

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones generales del 23 de julio del año pasado la concesión de una ayuda oficial de 454.873 euros a la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT) para crear un programa de «Lucha contra el Terrorismo contra Objetivos Vulnerables» en Mauritania. La plaza de directora de este programa se creó poco después en un proceso interno de la ONU y ha sido adjudicada a Kaori Matsumoto, la japonesa a la que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha prestado especial atención en los últimos meses para que trabaje en España y por la que el PP ha preguntado este fin de semana si tiene algún vínculo legal con David Sánchez, hermano del jefe del Ejecutivo.

Esta contribución española a la UNOCT se incluyó en un paquete de más de 70 ayudas «a organizaciones, programas y fondos internacionales y otras entidades de carácter internacional» por un importe total de 38,8 millones de euros. La cifra tan alta de aportaciones se debió a que tras los comicios, de incierto resultado en aquel momento, el Gobierno quedaría en funciones y ya no podría conceder esas ayudas económicas.

El casi medio millón de euros para el nuevo programa destinado a Mauritania apareció en la referencia del Consejo de Ministros en lo más alto de la lista y no fue la única aportación a esta agencia de la ONU. También hubo una «contribución oficial» de 50.000 euros para la UNOCT, dirigida por el ruso Vladimir Voronkov y cuya sede se encuentra en Nueva York.

Lo que no se supo en aquel momento es que la ayuda española a este programa de la ONU en Mauritania se gestionaría desde Madrid, donde Naciones Unidas abrió una subsede el 6 de junio de 2022 en un acto presidido por Albares junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a la que asistió el propio Voronkov, quien también ostenta el cargo de secretario general adjunto del organismo internacional.

Una vez que se aprobó esa contribución a la ONU en julio de 2023, «inmediatamente empezaron las presiones desde el Ministerio de Asuntos Exteriores para la contratación de la señora Matsumoto para dirigir el proyecto en Mauritania», según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE. La ONU sacó a concurso en noviembre del año pasado la plaza de «Programme Management Officer in Madrid (P3) with the United Nations Office of Counter-Terrorism (Unoct) Programme Office in Madrid», según el documento oficial al que tuvo acceso este periódico.

Matsumoto ganó la plaza «en febrero-marzo 2024», subrayan las citadas fuentes, y la ONU solicitó a las autoridades españolas el pasado 7 de junio un visado para ella y su hija K.M.S., nacida el 19 de abril de 2022. THE OBJECTIVE también ha tenido acceso al documento de dicha petición. La funcionaria japonesa fue trabajadora de Naciones Unidas en Tailandia en la oficina para el sudeste asiático.

Desde la subsede de la UNOCT en Madrid se aclaró a mediados de julio a este medio que Matsumoto todavía no se había incorporado a su trabajo en la capital española y las citadas fuentes estiman ahora que ello se debe «al clima judicial existente en torno a los problemas familiares de Sánchez».

Sospecha de un puesto creado ‘ad hoc’

Fuentes diplomáticas sospechan que la plaza de Matsumoto se creó ad hoc por expreso deseo del Ejecutivo español. Los países intentan colocar a una persona de su confianza en puestos relevantes de la ONU si hacen una importante contribución económica a un proyecto. Ocurrió en 2011 con la exministra de Igualdad Bibiana Aído, cuando fue nombrada asesora de la entonces directora ejecutiva de ONU-Mujeres, la chilena Michelle Bachelet, después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero contribuyese durante varios años con 225 millones de euros al lanzamiento de esta agencia y al anterior Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).

El programa de Mauritania no hubiera salido adelante sin la aportación económica española. Lo reconoció la propia ONU en un comunicado el pasado 29 de mayo, en el que se explicó el contenido del acuerdo entre Naciones Unidas y el país magrebí. «Estas importantes consultas han tenido lugar gracias al generoso apoyo financiero del Reino de España», se subrayó desde Nueva York.

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