Interior permite a las mafias fingir naufragios en el Estrecho para colar inmigrantes en España
Diversos funcionarios denuncian a TO que no pueden detener a los responsables «por orden de arriba»
Inmigrantes son trasladados desde Ceuta a Algeciras para descongestionar los centros de atención | EP
El Ministerio del Interior está haciendo la vista gorda sobre los presuntos integrantes de las mafias ilegales de Ceuta que con un modus operandi basado en fingir naufragios están introduciendo inmigrantes ilegales en la Península desde Ceuta, según han denunciado a THE OBJECTIVE funcionarios que luchan contra la inmigración y el narcotráfico. A estos cabecillas no se les puede detener, «por orden de arriba», a pesar de que, según estas fuentes, cometen un delito por fingir que la embarcación se hunde, cuando son ellos los que provocan el hundimiento con los inmigrantes a bordo para ser llevados a la Península. Los cabecillas de las mafias quedan en libertad y vuelven a repetir la operación.
El aumento de la inmigración coincidiendo con la temporada de verano, sobre todo en el Estrecho de Gibraltar, podría estar vinculada a la falta de contundencia de las autoridades españolas para frenar a estas mafias que no encuentran obstáculo para sus actividades ilícitas. La situación se agrava porque esta permisividad ha tenido como consecuencia que las mafias encuentran el camino libre y multiplican sus actuaciones.
Funcionarios españoles han narrado a este periódico situaciones que se vienen produciendo en los últimos días y alertan de que se está produciendo un «fraude de Ley, ya que se recurre intencionadamente a crear la apariencia de un supuesto de hecho para escapar de la aplicación de la ley penal». Por ello, aluden al artículo 318 bis del Código Penal como el de aplicación a estas mafias, ya que afecta al que «intencionadamente ayude a una persona que no sea nacional de un Estado miembro de la Unión Europea a entrar en el territorio español o a transitar a través del mismo de un modo que vulnera la legislación de entrada o tránsito de extranjeros».
El «truco» que utilizan estas mafias, siempre según la versión de las fuentes consultadas, es que se acogen a una parte del Código Penal que dice que «los hechos no serán punibles cuando el objetivo perseguido por el autor fue, únicamente, prestar ayuda humanitaria a la persona que se trate».
Esta circunstancia es la que aseguran que se produce en la actualidad, que las mafias «simulan un salvamento y el agravante es el ánimo de lucro, la organización criminal y nosotros acuñamos el concepto de naufragio de conveniencia». Lo que sucede, es que los funcionarios se quedan indefensos porque el Gobierno español se resiste a aplicar la ley, alegando que no se puede probar que han simulado el naufragio.
El operativo empieza en Ceuta, al que llegan de forma ilegal los inmigrantes, siendo recogidos por las mafias. Éstos los embarcan en las lanchas denominadas Phantom y «donde caben tres meten a siete». Navegan desde Ceuta hasta la mitad del Estrecho de Gibraltar, «simulan que el motor se les ha averiado y llegamos y nos dicen que necesitan un remolque de salvamento». En el interior va el grupo de inmigrantes pero alegan que «se los han encontrado en alta mar mientras navegaban tranquilamente, que iban en una lancha semirrígidas, estaban agotados y los hemos recogido».
Estas mafias simulan el fallo mecánico, «pero nuestra obligación es salvarles la vida y esto les permite llegar a puerto español bajo la cobertura jurídica de salvamento, lo que le exime de las consecuencias penales». Los funcionarios tratan de explicar a las fuerzas de seguridad que «es mentira, pero es muy complicado de demostrar y nos dicen muy claro que no los podemos detener. Tenemos una ley muy garantista y la cuestión está deliberadamente politizada. Deciden asumir que ha sido un salvamento y no lo ha sido».
Los inmigrantes han conseguido su objetivo y han entrado en la Península y son trasladados a los centros de atención a este colectivo, y los cabecillas de las mafias regresan a Ceuta desde donde vuelven a repetir la operación, sin miedo a ser detenidos, por orden, dicen las fuentes consultadas, «de arriba».
La inmigración se ha convertido en el tema central del inicio del curso político, tras la negativa del Partido Popular a aprobar la reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería para cambiar de voluntario a obligatorio el reparto de los menores inmigrantes no acompañados. Un rechazo que justifican en la falta de compromiso de financiación por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y de una política migratoria que frene la llegada de inmigrantes irregulares.
THE OBJECTIVE ha intentado recabar sin éxito la versión del Ministerio del Interior sobre esta noticia.
