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Sánchez da la sorpresa y prevé adelantar a noviembre el congreso federal del PSOE

El cónclave se convocará el 7 de septiembre en un Comité Federal y se celebrará previsiblemente en Sevilla

Sánchez da la sorpresa y prevé adelantar a noviembre el congreso federal del PSOE

Los líderes del PSOE en una foto de archivo. | Archivo

Pedro Sánchez quiere empezar con fuerza el curso político y desviar el foco de la precaria situación en que se encuentra la legislatura. A un mes de que se presenten los Presupuestos Generales del Estado y se inicien las inciertas negociaciones con sus socios, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE pretende poner el foco en adelantar la renovación de los liderazgos regionales que están pendientes en varios territorios. Por ello, y según adelantan fuentes socialistas a THE OBJECTIVE, Sánchez quiere adelantar la convocatoria del congreso federal del PSOE al mes de noviembre, que se celebraría en Sevilla y con carácter orgánico, habida cuenta de que se hará conforme a lo reglado por los estatutos del partido, entre el tercer y cuarto año desde la convocatoria del anterior. 

Según ha desvelado el propio secretario general a sus colaboradores más próximos en Ferraz, los planes pasan por la convocatoria inminente de un Comité Federal el próximo 7 de septiembre, que iniciaría los trámites de actualización del censo del PSOE para dar el pistoletazo de salida a la convocatoria de un Congreso Federal. Las últimas previsiones eran que el cónclave para la renovación de los órganos del partido se celebrara entre la primavera y finales del 2025, unos meses antes de que se cumplieran los cuatro años, en octubre del próximo año. En esta línea se han expresado los diferentes portavoces socialistas en las tribunas oficiales y oficiosas de los últimos meses, aunque siempre existió la sospecha en el PSOE de que Pedro Sánchez quería un nuevo terremoto político con el que recuperar la iniciativa política, tras meses lastrado por los escándalos familiares y personales de su mujer, Begoña Gómez, que le forzaron a amagar con su dimisión.

En esos días previos al llamado ‘comité funeral’, Sánchez se aisló de su núcleo duro y aireó su malestar con sus escuderos por la tibia defensa de su mujer. Sus cercanos dicen ahora que «el ‘jefe’ está plenamente recuperado» de ello, con fuerzas suficientes y la mente puesta en su candidatura en 2027. Pero el aislamiento ha continuado durante este verano, durante el cual ha seleccionado bien a sus pocos interlocutores, lo cual se interpreta en algunos sectores del PSOE como un síntoma de que vuelve el Pedro Sánchez más imprevisible, asiduo a los golpes de efecto y giros de guion. Una combinación letal que ha empezado a generar inquietud y temor en diferentes sectores del partido y del Gobierno.

Cambios en el Gobierno y en el partido

Las fuentes socialistas consultadas por este periódico señalan que, «si los planes de Sánchez no cambian», la intención es acometer una remodelación del partido casi de forma simultánea a la crisis de Gobierno que se ejecutará con la salida de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, para integrarse en el ejecutivo comunitario de Úrsula Von der Leyen, en el mes de noviembre. Sólo hay una pieza que no encaja en el timing previsto: la de José Luis Escrivá, candidato a gobernador del Banco de España, que debe ser nombrado antes del 11 de septiembre, cuando expira el mandato de la subgobernadora y gobernadora interina, Margarita Delgado.

Fuentes gubernamentales apuntan a que la salida inminente de Escrivá se salvará con la asunción de sus competencias por parte de otras carteras económicas. Previsiblemente, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, asumiría las funciones de Transición Digital mientras que las de función pública podría ser absorbida por Administraciones Públicas. Se evitaría acometer dos crisis de Gobierno en apenas dos meses. Antes del verano, fuentes de Moncloa descartaban una remodelación profunda del Ejecutivo y apuntaban a la mera sustitución de la futura comisaría europea, Teresa Ribera. Ahora ya nadie se atreve a apostar. Sánchez guarda con celo sus planes y ni siquiera han trascendido los nombres de quienes manejan las carpetas de los ministrables.

Lobato y Espadas, a la espera de los cambios

A la espera de conocer la envergadura de los cambios, -si es un retoque quirúrgico o una apertura en canal del Gobierno como en julio de 2021, cuando cayeron los tótems del Ejecutivo, Carmen Calvo, José Luis Ábalos o Iván Redondo-, las quinielas se centran en conocer al sucesor o sucesora de Ribera en Transición Energética.

Las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE descartan a los cuatro aspirantes: el jefe de la Oficina Económica, Manolo De la Rocha; la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen; el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el portavoz en el Senado, Juan Espadas. Este último ha sido señalado en los últimos meses ante el clamor por la necesidad de renovación del liderazgo del PSOE andaluz, que ha intensificado su sangría electoral en las municipales del 28-M, las generales del 23-J y las europeas del 9-J. Sin embargo, Ferraz aprovechó el mal resultado de Madrid para ajustar cuentas pendientes con Juan Lobato, por sus constantes divergencias con la línea oficial del partido.

Hay un amplio consenso en el PSOE en que «tanto como Lobato como Espadas están muertos» políticamente. Y con este adelanto congresual, Sánchez pretende anticipar la renovación de los liderazgos territoriales pendientes, cuyos congresos regionales se celebrarían en los seis meses siguientes al federal, y sin lo que sería imposible volver a articular una suma de Gobierno tras unas elecciones generales. Madrid y Andalucía están en el banco de la diana de Ferraz, seguido de cerca por Aragón, una «federación inexistente» tras la caída del expresidente Javier Lambán. No es ningún secreto que la candidata de Pedro Sánchez será su actual portavoz, Pilar Alegría, quien lleva meses desdoblando su agenda nacional con la autonómica para ir aplacando la beligerancia de los críticos con su aterrizaje. Más dudas hay en torno a Madrid y Andalucía. En el plan territorial de Sánchez se situaban sus pesos pesados, Félix Bolaños y María Jesús Montero, pero el primero «no quiere irse a Madrid» y a los recelos de la segunda, se le suma ahora el debate del concierto fiscal para Cataluña, que levanta ampollas en Andalucía donde el PSOE andaluz se ha erigido siempre en el «contrapunto del PSC», especialmente en los temas relativos a la financiación. Hasta Moncloa reconoce ahora que «con el acuerdo para la investidura de Illa nos hemos dejado muchos pelos en la gatera» y que «Montero ya no puede ser candidata».

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