Sánchez descabezará Aragón y Extremadura, indulta a Espadas y aplaza el futuro de Lobato
El secretario general del PSOE trata de cerrar filas hasta la celebración del 41 Congreso federal de noviembre
Es la gran duda que recorre ahora mismo el partido socialista: en qué territorios Pedro Sánchez levantará su pulgar y quiénes serán arrojados a los leones. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE ya tiene un esquema territorial en su cabeza, pero es consciente de que el bloqueo legislativo y la complejidad en la que ha entrado la legislatura le obliga a hacer renuncias y buscar un aparente «cierre de filas», aunque sólo sea un movimiento estratégico con el que calmar el ruido interno de los barones hasta la celebración del 41 Congreso federal del PSOE en noviembre.
Fuentes gubernamentales admiten a THE OBJECTIVE las motivaciones de la nueva hoja de ruta. «Nos hemos dejado muchos pelos en la gatera con el debate de la financiación. Hay que calmar las aguas internas». Y aseguran que la prioridad del secretario general es mostrar mano tendida y espíritu de unidad de cara al cónclave socialista. «Ya se verán después los liderazgos territoriales» en los meses posteriores, de enero a junio de 2025, y si esa jugada táctica de la mano tendida se transforma en un puño de hierro.
No obstante, según fuentes de Ferraz, el mapa está claro en su cabeza. Pese a la ingente rumorología que se escucha en los cenáculos socialistas sobre la purga territorial que se avecina, Pedro Sánchez sólo tiene la voluntad férrea de descabezar dos territorios: Aragón y Extremadura. En el primero quiere dar salida al exbarón Javier Lambán, uno de los más críticos adalides contra el sanchismo junto al manchego Emiliano García Page. Un territorio díscolo donde pretende el desembarco de Pilar Alegría, aunque «no está claro que pueda ganar». Fuentes socialistas apuntan a que el sector crítico cercano a Lambán tiene números suficientes como para erigirse en alternativa frente a la candidata ungida por Sánchez. «O hay un pacto o puede perder», alertan, dado que sus apoyos se concentran en la provincia de Huesca, insuficientes frente a Zaragoza y Teruel.
Una derrota que, a diferencia de lo ocurrido en Extremadura, sería un torpedo directo en la línea de flotación de la nueva Ejecutiva de Sánchez tras su proclamación como líder en el Congreso Federal de Sevilla. El secretario general y presidente del Gobierno no puede permitirse la derrota de su portavoz del Gobierno a principios de 2025, cuando ya se sabrá si se confirma el augurio mayoritario de que naufraguen los Presupuestos y la legislatura entre en dique seco en el Parlamento.
A degüello en Extremadura
Y por ello, lo que está en la mente de Sánchez, según fuentes de la cúpula socialista, es «entrar a degüello», forzar un pacto, como hizo en Valencia para encumbrar a su ministra Diana Morant como lideresa del PSPV, o en Galicia para frustrar la presentación de candidatos alternativos a José Ramón Gómez Besteiro. Se avecinan las mismas presiones y las mismas tensiones, más si cabe en Extremadura, donde el candidato Miguel Ángel Gallardo es la pieza de caza mayor que pretende abatir Pedro Sánchez. Por varios motivos.
Gallardo fue el candidato alternativo que ganó a la oficialista Lara Garlito. La derrota de la elegida por Sánchez fue un primer varapalo, y la voz propia de Gallardo en asuntos como la ‘financiación singular’ de Cataluña, aunando posiciones incluso con el PP, es encajada con dificultad por la dirección federal del PSOE, que marca distancias entre el líder extremeño y los veteranos barones del partido: «Gallardo no tiene la entidad ni los votos de Page o Lambán, no se puede permitir ese discurso, ¿qué se ha creído?». Lo que realmente escama en el entorno de Pedro Sánchez son las filtraciones sobre su hermano, que atribuyen incluso al entorno del líder extremeño, a la sazón presidente de la Diputación de Aragón, que empleó a David Azagra.
En el Comité Federal del pasado sábado en Ferraz, Gallardo intentó despejar esa sospecha y le aseguró al presidente Sánchez: «Van a por ti pero también a por mí». Pero entre los más ‘papistas’ del sanchismo se ha generalizado la idea de que «nada sale de la Diputación sin que él lo sepa» y muchas de las informaciones publicadas se sustentan sobre ingente material documental, como las publicadas por THE OBJECTIVE. Razón de más, a juicio de Ferraz, para ir «a por todas» en este territorio.
Bicefalia con Espadas
Lo que sí ha cambiado en las últimas semanas ha sido la expectativa de cambio inminente en Andalucía. Juan Espadas era hace meses «un muerto viviente», pero ahora «le ha cambiado el rostro», según coinciden fuentes del PSOE andaluz y el federal. Los socialistas andaluces daban por hecha la candidatura de María Jesús Montero, pero su intervención en el debate del concierto económico catalán «la mata en Andalucía», dado que el PSOE andaluz siempre ha sido «el contrapunto del PSC; su némesis en el debate territorial». Mientras unos hablan de «suicidio», otros rebajan el carácter definitivo de ese descarte. «Ya veremos, de momento, no hay alternativa a Espadas».
Dicho de otro modo, «se ha echado el freno» porque la opción de futuro que barajan los tótems del socialismo andaluz es demasiado «desconocido» para presentarse. Hablan de Juan Francisco Serrano, mano derecha de Santos Cerdán y uno de los organizadores del Congreso Federal de Sevilla. «No está claro que fuera a obtener mejores cifras que Juan Espadas, al menos de momento», sostienen desde la capital hispalense. Lo que se atisba más probable es que «Juan no sea el candidato en 2027» pero «podemos ir a un escenario de bicefalia» en el que se mantenga Espadas como secretario general al menos «hasta que él quiera y asuma que no cuenta con el respaldo del PSOE andaluz».
Prórroga para Lobato
La decisión está en su mano y Pedro Sánchez no pretende dar un golpe en la mesa para anticipar su caída. Los socialistas marcan diferencias entre la actitud de Espadas y la de Juan Lobato, el dirigente de los socialistas madrileños que lideró parte de la ofensiva contra el cupo catalán… hasta el Comité Federal. Dentro de la reunión «rebajó veinte pueblos su discurso» y todos lo atribuyeron a una conversación con Sánchez que el mismo Lobato desveló ante el máximo órgano entre congresos. Quienes se perfilaban como alternativa en las últimas semanas y meses, entre los que destaca el delegado del Gobierno, Fran Martín, han frenado en seco sus movimientos por las agrupaciones socialistas. Nadie duda de que Pedro Sánchez matará a Lobato porque «le tiene ganas», pero sólo lo hará si existe una alternativa numérica suficiente que, en el PSOE de Madrid, no creen que represente Fran Martín ni Pilar Sánchez Acera, jefa de gabinete del hasta ahora jefe de Gabinete del Presidente, Óscar López.
Lobato dice que se presentará como candidato, pero algunos le recomiendan que «acepte lo que se le ofrezca» si Sánchez toma la decisión de presentar a un candidato. En Moncloa y Ferraz juegan al despiste e insisten en que «sólo Félix Bolaños podría ganar a Lobato» e incluso forzar su retirada en las primarias. Saben que «en Madrid hay un problema» que no sólo afecta a Lobato, sino también a Reyes Maroto, que «no tiene cabeza ni en la oposición ni en el partido», confunde «distritos con municipios» y habla de «mancha roja» en lugar de cinturón rojo en Madrid. «Si fue un error presentarla como candidata en 2023, sería un suicidio en 2027». Sánchez quiere cambios en Madrid a largo plazo, pero necesita un cierre de filas en el corto. Por eso, en la cúpula del partido deslizan que «Lobato no es un problema como Page o Lambán, ni tiene el mismo discurso».
Tras las advertencias de Ferraz, Lobato rebaja y reconduce su discurso. Pero el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, es uno de sus mayores detractores. Tras filtrar hace meses una reunión con los alcaldes del sur y alentar que Javier Ayala y Sara Hernández abrieran fuego contra su secretario general, este fin de semana disparó la rumorología interna con un ostentoso respaldo al alcalde de Fuenlabrada. Lobato gana tiempo, pero en el PSOE se percibe sólo como una prórroga que terminará en derrota.