Podemos exige la disolución de Sumar y primarias para un pacto con los socios de Díaz
Los morados no cierran la puerta a una nueva alianza en la izquierda alternativa al PSOE tras los contactos de IU
Podemos no cierra la puerta a una nueva alianza de izquierda, pero pone sus condiciones: disolución de Sumar y primarias para todos los cargos, incluido el de candidato nacional. El debate sobre la reunificación después de la escisión de Sumar se activó antes del verano, tal y como adelantó este diario. En septiembre, este proceso ha experimentado un acelerón. Izquierda Unida, que se siente ninguneada por la cúpula de Yolanda Díaz, decidió activar contactos discretos con los principales dirigentes de Podemos. El orden del día es sencillo: regresar a una entente electoral si se vuelve a votar en las generales y en las próximas autonómicas, sobre todo en las andaluzas.
Tras aguantar el pulso de Díaz en las últimas elecciones generales, los morados se han conjurado para devolverle el golpe a la política gallega. Las elecciones europeas sirvieron de prueba general del asalto: Podemos logró un empate técnico con Sumar que fue celebrado como una victoria, y Díaz decidió dimitir de sus cargos orgánicos en Sumar (no en el Gobierno) tras aquella derrota. Ahora, IU quiere tomar la iniciativa, y plantea un debate en la coalición para volver a pactar con Podemos.
Su líder, Antonio Maíllo, es muy sensible a tres cuestiones. La primera es el aguante de su formación en Andalucía, verdadero feudo de IU y del PCE. La segunda atañe a la idea de pacificar y recrear una alianza que sea autónoma del PSOE. Y la tercera se refiere a la búsqueda de una fórmula colegiada que permita un nuevo pacto, pero sin «hiperliderazgos». Es decir, que no haya otro Pablo Iglesias ni otra Yolanda Díaz.
Primarias
Antes del verano, Podemos manifestó su disposición para hablar de alianzas, pero ponía como condición la superación del errejonismo y la convocatoria de primarias abiertas para las listas electorales. En estas primarias querían que se debatiera también sobre liderazgo nacional, con el objetivo de «humillar» a Díaz y promover a Irene Montero, según explicaban fuentes de este partido. Ahora estas condiciones se han endurecido, con la inclusión de una disolución por la vía de los hechos de toda la coalición de Sumar.
Fuentes consultadas en Podemos sostienen que si llegan ofertas concretas de reconciliación, se estudiarán. Pero ya deslizan una condición necesaria previa a cualquier reencuentro: la disolución de Sumar. Podemos quiere que Sumar desaparezca como «motor político» de la coalición. Se podría quedar como marca del «partido de Yolanda» (algo que los morados sostienen que «no existe»), pero no como cabecera del cartel electoral.
Traición y venganza
Podemos, en definitiva, quiere ganar a Díaz en el plano político y personal. Entre los de Irene Montero, la dirigente gallega sigue siendo tachada de «traidora». Y no es la única señalada por el núcleo duro de Podemos. Con ella deberán «caer otras cabezas», vaticinan desde el frente de IU. Se refieren a algunos referentes del errejonismo, la corriente liderada por Íñigo Errejón, que volvió a la primera línea de la mano de Díaz.
La cuestión de fondo es que Montero quiere corregir los errores de Iglesias después de Vistalegre II (2017). Entonces, el ex secretario general permitió a Errejón mantener a una decena de colaboradores y ser candidato a la Comunidad de Madrid. La lideresa de Podemos y exministra de Igualdad no quiere tropezar en la misma piedra. Sabe que no podrá exigir la exclusión de Yolanda Díaz de las listas electorales, pero sí quiere enfrentarse a ella en las primarias, desnudar su debilidad y reformular toda la alianza, laminando para siempre el errejonismo.
Fórmula colegiada
Podemos lleva meses preparando el lanzamiento de la candidatura de Irene Montero a nivel nacional. Se trata de «construir» un perfil político aprovechando su labor como eurodiputada, la proyección en política internacional y las redes sociales en auge entre los jóvenes, como TikTok, explican desde la formación. Pero en Podemos dicen no tener prisa. Creen que la figura de Díaz se va desgastando a diario, fruto de algunos errores de comunicación de su equipo y de la subordinación a Sánchez. Y que a partir del próximo año, con la vuelta de las reglas fiscales europeas, será más fácil ganar protagonismo en el Congreso.
Los morados quieren demostrar que el experimento de Sumar ha fracasado. Y que si se tiene que hablar de nuevas alianzas, Podemos debe recuperar el papel de punta de lanza del colectivo. Sin embargo, este protagonismo puede generar un punto de fricción con IU, que apuesta por la fórmula colegiada. Es decir, sentar a la mesa y con el mismo peso político a todos los actores de la futura coalición. Sea como fuere, el reloj ha empezado a correr, deslizan desde diferentes ámbitos de la izquierda alternativa al PSOE. Y el debate sobre la reunificación se abordará. Al fin y al cabo, aseguran, eso es lo que desea Sánchez, el muñidor del nacimiento de Sumar y ahora promotor en la sombra de algo parecido a un Unidas Podemos renovado.