Page rechaza ante Sánchez el cupo catalán: «La solidaridad es nacional, no entre regiones»
El líder manchego plantea avanzar en una ley de armonización fiscal para «evitar el ‘dumping’ entre comunidades»
Emiliano García-Page exhibe ante Pedro Sánchez su frontal rechazo al concierto catalán pactado con ERC. El líder castellano-manchego, principal voz dentro del PSOE en contra de las cesiones al independentismo, se ha citado este viernes con el presidente del Gobierno, en el marco de su ronda de reuniones con todos los barones autonómicos, y el tema central de la conversación ha sido la financiación autonómica. A este respecto, Page ha reiterado su posición contraria a que Cataluña salga del régimen común y gestione todos sus impuestos, argumentando que «la solidaridad es nacional y no entre territorios».
En una rueda de prensa posterior a su reunión con Sánchez, el presidente castellano-manchego ha sostenido que su posición está alineada con lo que dice la Constitución, y ha puesto en valor que responde asimismo a sus «convicciones progresistas». Así pues, ha insistido en que «la riqueza de España es de todos» y debe redistribuirse en todo el territorio, no dividirse entre las regiones. «La riqueza de Castilla-La Mancha no es de los castellanomanchegos, y la de Cataluña no es de los catalanes», ha ilustrado.
Asimismo, ha planteado además avanzar a nivel nacional en una ley de armonización fiscal para «evitar el ‘dumping’ entre comunidades autónomas, ya que defiende que «la capacidad fiscal no lo es para 17 regímenes distintos». «Hay que establecer un planteamiento de evitar competencia fiscal», ha abundado.
Page ha subrayado, como viene haciendo desde que se hizo público el pacto del PSC con ERC para hacer presidente al socialista Salvador Illa, que la igualdad está ligada a la unidad, y que «los que no quieren unidad, no quieren igualdad», en referencia a las pretensiones del separatismo. Asimismo, ha defendido que «los territorios no pagan impuestos, sino que los pagan la gente y las empresas». En este sentido, ha defendido que «paguen más los que más tienen y menos los que menos tienen», y que eso no exige a cambio «que los que más tienen tengan mejores servicios». Es decir, «se trata de que ninguno tenga más que los demás», ha resuelto.
«Ningún territorio puede aspirar a quedarse con toda la riqueza que genera y establecer después una cuota de solidaridad con el Estado», ha indicado a este respecto. Por tanto, ha defendido que el sistema de financiación autonómica debe resolverse de forma multilateral, «sin regímenes especiales, más allá de los que ya hay». En este punto ha dicho, incluso, que País Vasco y Navarra «deberían sentirse amenazadas por las pretensiones de los catalanes», porque «una excepción puede ser entendible o no, pero no sería entendible tirar de la cuerda para que se rompa».