Sumar celebra el éxito de la trampa al PP con los presos de ETA: «Si tiene coste es para el PSOE»
La coalición de Yolanda Díaz cree que los acuerdos con los nacionalistas allanan los presupuestos y blindan la legislatura
Íñigo Errejón y Enrique Santiago, de Sumar, en el Congreso. | Europa Press
«Están haciendo el ridículo». Así de contundentes se muestren los miembros de Sumar, la coalición que lidera Yolanda Díaz y que cogobierna con el PSOE desde la investidura del pasado mes de noviembre. Sumar lleva meses cayendo en las encuestas y con dificultades a la hora de destacar como socio de gobierno. Pero ahora sus dirigentes se sienten en condición de celebrar un «éxito» parlamentario. Concretamente, una trampa al Partido Popular y Vox para que aprobaran, sin darse cuenta, una modificación normativa que permitirá descontar los años de condenas a 44 presos de ETA por los que cumplieron en el extranjero, según la denuncia de las asociaciones de las víctimas. Para los de Díaz la operación es un juego de suma positiva. Y si una formación puede tener costes por esta polémica medida, más allá de las de las derechas, será para el PSOE, aseguran las fuentes consultadas.
Para Sumar, y concretamente para Enrique Santiago, el fontanero en el Congreso de la vicepresidenta segunda y líder del PCE, toda la operación representa un «éxito» parlamentario. Y lo es por dos razones, según explican desde este espacio político. En primer lugar, porque se demuestra la habilidad de una coalición que hasta ahora se ha visto paulatinamente apartada por el PSOE de las principales decisiones del Ejecutivo. Y en segundo lugar, porque facilita el objetivo máximo que tienen los de Díaz, que consiste en amarrar los apoyos de los independentistas para sellar los presupuestos de 2025. Sin estos presupuestos, tal y como explicaron a este diario fuentes de la formación, toda la legislatura peligraría.
En Sumar creen que «el PP no se dio cuenta» de lo que estaba aprobando. O sea, que Sumar y el Gobierno «colaron» una enmienda que modificaba una disposición adicional de una reforma legal que antes no permitía descuentos de penas a los condenados antes de 2010, según el relato que esgrimen desde Sumar. La operación no fue publicitada previamente por sus impulsores ni por el Gobierno, aunque respondía a una exigencia de Bildu, tal y como denunciaron hace dos años las asociaciones de víctimas del terrorismo. De allí la trampa en la que, según Sumar, cayeron los conservadores.
Ahora, a la espera de la definitiva aprobación parlamentaria, más de 40 presos de ETA podrán ver rebajada su pena. Lo que, según fuentes de Sumar, está «descomponiendo» al grupo parlamentario liderado por Alberto Núñez Feijóo. Un «error monumental», deslizan desde el bando de Yolanda Díaz. El propio líder del PP pidió disculpas por el «error injustificable» de su grupo, mientras sectores de su partido piden una reorganización interna e incluso dimisiones.
Sánchez niega, sin embargo, que se produzca rebaja alguna de penas: «No la hay, se tienen en cuenta los años que ya han cumplido en el extranjero, conforme al derecho europeo. No hay rebaja alguna, y ustedes los saben, por eso votaron a favor», dijo el miércoles en el Congreso. Pero Feijóo le contestó: «Le pido expresamente que retire la ley que deja sin efecto un total de 300 años de prisión para terroristas de ETA. Si le queda un mínimo de conciencia, le ruego que recapacite».
Acabar con una «discriminación»
Para defender su iniciativa, Santiago afirmó que el Gobierno ha «acabado con una discriminación para que ningún español, ningún andaluz, ningún canario, ningún ciudadano de ningún territorio, se vea afectado y tenga un tratamiento más discriminatorio que otros ciudadanos de la Unión Europea en aplicación del derecho comunitario». Para Santiago se trata de resolver una anomalía que afecta a España con respecto a otros territorios comunitarios. Y niega que sea una «cesión» a Bildu. «Estamos en otras claves, no voy a permitir que toda la ciudadanía de este país no se vea beneficiada de una norma penal porque a alguien no le gustan los vascos», señaló.
Más allá de las declaraciones oficiales, la sensación compartida en Sumar es que la oposición queda debilitada. Y a la pregunta de si la reducción de penas (con posible liberación en el corto plazo) de decenas de etarras no acabe afectando también a los promotores de esta iniciativa, las fuentes consultadas están convencidas de que «no en el caso de Sumar». Para los votantes de la formación, explican, «no tiene coste político». «Si tiene coste, es para el PSOE», reflexionan, para referirse al votante socialista crítico con las cesiones a los nacionalistas.
Para Sumar, en definitiva, la operación orquestada por Santiago, con el visto bueno de Bildu y el apoyo del PSOE, permite ganar focos mediáticos. Además, consolida la figura del líder del PCE como principal activo en el Congreso del grupo por encima de Íñigo Errejón, a quien se le achacó la derrota sobre los alquileres temporales. Y empuja el PSOE hacia los socios independentistas para la firma definitiva de los presupuestos. Todo un «éxito», aseguran, gracias a un tropiezo del PP que les retrotrae a cuando un diputado conservador se equivocó y permitió aprobar la reforma laboral de Yolanda Díaz.
Entonces, la ministra de Trabajo había amagado con dimitir si no salía adelante su medida estrella. Ahora Sumar no ponía sobre la mesa ninguna dimisión, pero sabe que sin el respaldo explícito de todos los nacionalistas, difícilmente saldrán adelante los presupuestos. Y que sin nuevas cuentas públicas, toda la legislatura se tambaleará.
