La intrahistoria de la salida de Monasterio: Vox buscaba apartarla desde hace año y medio
Santiago Abascal esperó a que expirara el mandato de su líder madrileña para sustituirla por José Antonio Fúster
Era la crónica de una muerte (política) anunciada. La salida de Rocío Monasterio de la política no pilló a Vox por sorpresa. La formación que preside Santiago Abascal maniobró en varias ocasiones para apartarla de la dirección territorial. Este empeño comenzó a principios de 2023, cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de colocarla en la Fundación Disenso y montar una gestora en la región. Ella lo rechazó. Desde entonces, era cuestión de tiempo: sólo había que «dejarla morir» en la Asamblea de Vallecas hasta que caducara su mandato y el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) nombrara a dedo a un sucesor.
Dicha muerte ha sido agónica para la líder madrileña, que ha tenido que aguantar una condena al ostracismo durante su último año en la política. Primero fue la salida de su marido, Iván Espinosa de los Monteros, luego su exclusión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), y, por último, la marcha a la empresa privada de su mano derecha, José Luis R. Bartolomé. Monasterio se sentía sola y sin poder alguno.
Sin influencia en la toma de decisiones, sin promoción en redes sociales ni en medios de comunicación, Monasterio se sentía «el último plato». Y es que desde Bambú, la sede nacional de Vox, no gastan excesivos esfuerzos en un enclave que es para ellos el más difícil por la popularidad de Isabel Díaz Ayuso, que fagocita a gran parte de su electorado.
Cronología de los hechos
Así se demostró en las elecciones autonómicas del 28 de mayo de 2023. Pese a que la Comunidad de Madrid es una de las regiones más importantes, si no la que más, Abascal sólo estuvo presente en uno de los mítines (en la localidad de Chinchón). El resultado fue finalmente pobre: Vox obtuvo cerca de 250.000 votos, que se tradujeron en 11 escaños, y perdió la capacidad negociadora que tenía ante Ayuso, que logró la mayoría absoluta con 70 parlamentarios.
A su merma de poder regional se sumó su merma de poder orgánico. En enero de 2024, fue excluida del Comité Ejecutivo nacional, y el partido se escudó en una supuesta incompatibilidad estatutaria, a pesar de que otros presidentes provinciales sí forman parte del actual órgano directivo. Un mensaje nítido.
La Comunidad de Madrid era ya la única región que escapaba al control férreo de Bambú. «Rocío en Madrid no es una mujer de partido y hace lo que quiere», señalaban en su día fuentes cercanas a la arquitecta. Precisamente, eso, control, es lo que se garantizan los prebostes de Vox con el nombramiento de José Antonio Fúster, un hombre del que internamente se destaca su «lealtad» al partido.
Rocío Monasterio se enteró de que no continuaría como presidenta regional cuando se lo comunicó Ignacio Garriga este pasado lunes. Se le ofreció la posibilidad de continuar como portavoz parlamentaria hasta el final de la legislatura, en 2027, pero ella ha entregado el acta al entender la oferta como una «humillación»: le ofrecían ser la portavoz de un partido con cuya cúpula ya no se habla.
Despedida con pullas
Este jueves llegó el previsible desenlace: Monasterio entregaba el acta y se despedía de la política para volver a la empresa privada. Lo hacía con pullas, señalando que «Vox Madrid era el único Comité Ejecutivo Provincial que quedaba en España votado y elegido por todos sus afiliados» y no por el CEN, a cuyos miembros afeaba «el olvido de esa democracia interna que se había venido a defender». Se marchaba también con una reivindicación del Vox primigenio, «cuando el espíritu de todos era limpio y el partido destacaba por la solvencia de muchos de sus miembros».
Decepcionada, Monasterio volverá a su trabajo porque la política era «un acto de servicio a España y a los españoles». «Lo he afrontado con un sacrificio de mi comodidad personal, de horas con mis niños, de tiempo con mi familia, de renuncia a mi trabajo, para intentar aportar algo a la sociedad y no como un puestecito del que vivir eternamente», transmitía a los medios. Murió matando.