El PSOE, en estado de 'shock': «Esta es la peor manera de salir del Gobierno»
«Esto se cae», lamentan fuentes socialistas, augurando que los socios «no van a soportar esto»
«Todavía no he cerrado la boca», confiesa a primera hora de la mañana de este jueves una dirigente socialista ante las revelaciones de THE OBJECTIVE sobre la entrega de 90.000 euros en efectivo en la sede del PSOE en la calle Ferraz. Tres horas después, la onda expansiva del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil noquea al Gobierno y al partido con una magnitud devastadora. «Todo el mundo estaba esperando la imputación, pero nadie podría esperar esto», desvela un dirigente territorial en conversación con este periódico. «Esto se cae», se lamentan los sanchistas ante el tsunami judicial que se avecina. La sensación generalizada es que se acerca el «final apoteósico» de un Pedro Sánchez que «ha hecho todo a lo grande en política», e igualmente se antoja grande su caída.
La envergadura de una investigación de la UCO, en lo relativo al exministro de Transportes y ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha generado un baño de realidad que ensucia en lugar de limpiar. «Es repugnante, todo muy burdo, muy sucio». Pero la frase que más se repite en los círculos socialistas y mejor retrata la desazón que se vive en el PSOE es la siguiente: «Esta es la peor forma de salir del Gobierno». Recuerdan la negociación de la moción de censura contra Mariano Rajoy en junio de 2018 y cómo «el PNV no fue capaz de sostener el caso de corrupción que afectó al PP. ¿Cómo lo va a explicar Junts y ERC ante su electorado?»
«Esto no lo soportan los socios»
Las fuentes socialistas consultadas aseguran que «esto no lo soporta la mayoría de la investidura», que tienen indicios de que los socios del Ejecutivo «no van a ser capaces de resistir» apoyando al Gobierno con este nivel de corrupción que afecta a quien fuera el fiel escudero de Pedro Sánchez en Moncloa y Ferraz, y salpica al propio jefe del Ejecutivo en lo relativo al Delcygate. El informe de la UCO recoge una carta, publicada por THE OBJECTIVE en marzo de 2024, hace siete meses, en la que Ábalos invitaba a la número dos de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, firmada «como secretario de Organización del PSOE».
Sánchez estaba al tanto de ese viaje. Cuatro días antes de la visita de la vicepresidenta de Venezuela a España, Ábalos envió a su asesor, Koldo García, una conversación que había tenido con el propio Sánchez: «La vicepresidenta de Venezuela viene en privado el lunes y quiere verme discretamente como continuación del encuentro que tuve con el ministro de Comunicación, que es su hermano». El presidente respondió con un escueto «bien», lo cual se interpreta por la UCO como «el beneplácito del presidente del Gobierno para la visita de Delcy». Una percepción compartida por el propio ministro de Transportes, que indicó a su asesor: «Ya ves que (Sánchez) no me ha dicho nada, pero al menos no pone pegas».
La implicación de Sánchez
Este es el aspecto que más ha conmocionado al Gobierno y al PSOE. «El presidente de la cuarta potencia de la Unión Europea saltándose el régimen de sanciones de la Unión Europea. Se lo ha saltado totalmente. Vamos a ver si esto tiene consecuencias». De momento, la consecuencia más directa es el silencio. Desde primera hora, el impacto de la cascada de ‘bombas’ informativas y judiciales dejó «fuera de juego» al Palacio de la Moncloa y la cúpula de Ferraz. Un mutismo absoluto que sólo aliviaron dos declaraciones oficiales.
La primera, la del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, al ser preguntado por la inminente imputación de José Luis Ábalos y la comunicación previa del juez, Ismael Moreno, al Congreso de los Diputados para que aclare si Ábalos es parlamentario: «Es al Congreso y desde el Gobierno no podemos decir más». Igual de parca en palabras, la presidenta navarra, María Chivite, desde el Palacio de la Moncloa tras entrevistarse con Pedro Sánchez: «El PSOE colaborará con la Justicia para que se esclarezcan los hechos y se exijan las responsabilidades oportunas».
Pero el PSOE se confiesa «en shock». Dan por hecho que «Ábalos acabará en el banquillo de los acusados, probablemente condenado por corrupción, y exigen «una explicación» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «El presidente tiene que salir», piden algunas fuentes, para rebajar la conmoción interna. Hasta los más oficialistas se suman a la indignación por lo «chusquero» de las informaciones y revelaciones de los investigadores y se preguntan: «A ver cómo salimos de esta». Una pregunta retórica, puesto que la sentencia mayoritaria es que el sanchismo está escribiendo su epitafio. «Y si no es el final», añaden, «estamos en los estertores».