Hernández Quero, el joven diputado de Vox que ilusiona a Abascal
Doctor en Historia, pertenece a la nueva hornada de cargos de Vox que abomina del liberalismo
Carlos Hernández Quero (Madrid, 1990) no cumple el estereotipo que se suele tener sobre los diputados de Vox. Hache, que es como se le conoce internamente, tiene un aspecto jovial, lleva un doble pendiente en la oreja izquierda y enarbola un discurso social, con especial hincapié en la vivienda. Una característica que llevó a la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, a tomarlo esta semana en el Congreso por alguien de izquierdas: «Te has equivocado de partido». Pero no se confundan. Su discurso es contra la izquierda woke y la «derecha del dinero»; un concepto que preconizó el filósofo Diego Fusaro, tildado de «marxista de derechas». Una etiqueta que también podría hacerle justicia.
Su formación y cursus honorum no son propios de alguien de su edad. Tras licenciarse en Historia en la Universidad Complutense de Madrid, se doctoró ahí mismo con una tesis sobre El desborde de la ciudad liberal: cultura política y conflicto en los suburbios de Madrid (1880-1930). Fue captado por Vox, y tras trabajar en el Departamento de Comunicación y Análisis de la Fundación Disenso, dio el salto a la primera línea de la política el pasado 23 de julio, cuando entró en la Cámara Baja, en la que ahora es portavoz del partido en la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana.
En Vox le tienen mucha fe. Destacan de él su humildad y capacidad de trabajo, así como su genuina preocupación por lo social. Está llamado a ser el futuro del partido, junto a Pepa Millán, Juan García-Gallardo o Rocío de Meer, cuando Santiago Abascal y quienes le rodean den un paso a un lado. No en vano Carlos H. Quero se formó en la cantera del Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Políticas (ISSEP). Destacó en la primera promoción por ser un joven «extraordinariamente culto».
Joseantoniano
«Él comenzó a leer a José Antonio Primo de Rivera desde muy joven», explica uno de sus mentores en dicho instituto: «Esa parte le ha llevado a la cuestión social, le gusta la política a pie de calle, de barrio, de fomentar la comunidad». «Su discurso recuerda al de Más Madrid», abunda esta misma fuente, pero con una diferencia sustancial: «En él esta preocupación es genuina, no es una impostura».
«Él ve que se están perdiendo cosas importantes en la comunidad y eso le ha llevado a decir que es conservador», apuntan desde el ISSEP, desde donde también destacan que «no es partidario de la dicotomía schmittiana de amigo/enemigo ni de la batalla cultural, sino que busca la conciliación». Una característica que, volviendo a lo anterior, emana de su concepción municipalista de la política y del propio Primo de Rivera, que era escéptico a la división de izquierda y derecha.
Fuentes de Vox en el Congreso señalan que se trata de «un tipo tímido y callado, pero muy afable, valorado no sólo dentro de su grupo, sino también entre los de la izquierda». Tiene «mucho potencial», entre otras cosas, porque «sus formas y su discurso rompen con el molde ficticio que algunos han querido construir para encasillar a los dirigentes de Vox, abriendo el partido a sensibilidades distintas de las habituales».
Sus discursos
Las altas expectativas puestas en el joven se evidencian en redes sociales, donde ha ido ganando proyección en los últimos meses, tanto desde la cuenta oficial del partido como desde la de dirigentes del mismo. Quienes le conocen aseguran que se prepara cada discurso «concienzudamente, al detalle, repasando cada dato». Su último, combatiendo desde la tribuna el «mito» de que «el Estado social, la preocupación social y la justicia social son hijos de la izquierda» se ha hecho viral.
Lo hacía en respuesta a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, que había acusado al diputado de Vox de haberse «equivocado de partido». Hernández le explicó que tener una visión conservadora del mundo es compatible con tener conciencia social: «Sucede que si una persona tiene un ‘ethos’ conservador, una manera de entender el mundo conservadora, ¿esto es incompatible con una sensibilidad social, por una preocupación por el bien común, con el cuidado de los vulnerables? Vaya condescendencia y vaya patrimonialización».
El diputado pertenece a esa rama del partido que abomina del liberalismo y del capitalismo, y que cada vez gana más predicamento gracias a otros de sus miembros jóvenes (como García-Gallado o De Meer), que se sienten mucho más identificados con Marine Le Pen que con Javier Milei, lo que evidencia ese tránsito (aún sin culminar) de Vox hacia postulados más proteccionistas.