Sánchez y Milei cierran la crisis diplomática con la elección de un nuevo embajador español
España coloca al diplomático Joaquín María de Arístegui al frente de la embajada en Buenos Aires
Los gobiernos de Pedro Sánchez y Javier Milei han restablecido relaciones diplomáticas plenas entre los dos países tras el nombramiento, por parte española, de un nuevo embajador en Buenos Aires y sin que el presidente argentino haya pedido perdón por sus palabras de mayo en un mitin de Vox en Madrid en las que se refirió a Begoña Gómez.
El Consejo de Ministros celebrado este martes, 29 de octubre, ha aprobado el nombramiento del diplomático Joaquín María de Arístegui Laborde como nuevo representante español en la capital argentina. Ambos gobiernos han publicado un comunicado conjunto en el que se subraya que España y Argentina son «pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales», en el que tanto la lengua y la cultura comunes como los «importantes» intercambios económicos, comerciales y de inversión «deben actuar siempre como guía en las relaciones entre nuestros dos países».
«La relación entre nuestros gobiernos debe estar a la altura de la intensidad de los vínculos que unen a nuestros pueblos y sociedades. Por ello, nos comprometemos a fortalecer nuestra relación para que alcance el máximo nivel de confianza y respeto mutuo en términos políticos e institucionales que nuestros pueblos merecen», indican los gobiernos de Madrid y Buenos Aires.
Además, en calidad socios «prioritarios», tanto a nivel bilateral como en el seno de nuestros respectivos bloques regionales, la Unión Europea y el Mercosur, ambos países reconocen que deben «trabajar juntos para incrementar nuestros intercambios comerciales y para lograr una rápida y efectiva conclusión del Acuerdo de Asociación Unión Europea-Mercosur».
Asimismo, en calidad de miembros de la comunidad iberoamericana, los dos gobiernos se comprometen «a seguir fortaleciendo la organización como un espacio de progreso, solidaridad y consenso en beneficio de los pueblos de Iberoamérica» de cara a la celebración dentro de dos años de la cumbre iberoamericana en España. «Nos comprometemos a buscar siempre puntos de conexión en la consecución de nuestro objetivo común, que es el bienestar de nuestros ciudadanos», se incide en el texto conjunto.
THE OBJECTIVE ya desveló en agosto que el Gobierno de Sánchez había iniciado el deshielo en las relaciones bilaterales con la Argentina de Milei con la vista en una eventual reconciliación a mediados de noviembre cuando se celebre la cumbre iberoamericana en Cuenca (Ecuador). El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo a mediados de agosto una conversación en un «tono cordial» con su homóloga argentina, Diana Mondino, según reveló El País, en lo que fue la primera comunicación a alto nivel entre ambos gobiernos desde que España retiró a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, como castigo por las palabras del mandatario argentino contra la mujer de Sánchez.
Albares y Mondino coincidieron luego a finales de septiembre en un desayuno de cancilleres iberoamericanos en el transcurso de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, aunque no mantuvieron ningún encuentro bilateral. Ese fue el segundo paso del plan que había diseñando la diplomacia española para dejar atrás la crisis diplomática con Argentina.
Mondino trasladó en ese momento a varios interlocutores españoles que las relaciones hispano-argentinas no se habían resentido a pesar de la crisis bilateral y que «el único problema es entre los jefes», en referencia a Sánchez y Milei. Por ello, en Exteriores tenían marcado en rojo la cita de noviembre en Ecuador que presidirá el liberal Daniel Noboa. Este último es aliado de Milei en la región, por lo que se da por segura la presencia del mandatario argentino en la que sería su primera asistencia a una cumbre iberoamericana. Y en el equipo de Albares ya sabían que esa cumbre es propicia para que, al menos, haya un saludo entre Sánchez y Milei con el que se deje atrás la polémica de las palabras del segundo en mayo en Madrid.
En las últimas semanas hubo gestos de distensión entre ambos. Por ejemplo, ambos países se embarcaron en una especie de ‘diplomacia del burro’ que ayudó al deshielo en las relaciones bilaterales cuando el Gobierno de Milei adquirió al Ejército español dos asnos de su cría caballar con el fin de mejorar la raza de los ejemplares que tiene su unidad de montaña de las Fuerzas Armadas argentinas. El Ejecutivo argentino defendió, además, a España el pasado 12-O con un vídeo ensalzando la gesta de Cristóbal Colón mientras México exigía disculpas al rey Felipe VI por la conquista española del continente hermano.
La elección de un nuevo embajador para Buenos Aires por parte española era el último paso en el cronograma de la reconciliación política entre ambos países. Todo el plan se sustentaba en la previsión de que el presidente argentino no lance más ataques contra España. Además, se daba la circunstancia de que la retirada definitiva de la embajadora española en Argentina, a raíz de la reiteración en los ataques de Milei contra Sánchez en mayo, dejó la embajada en manos de un encargado de negocios, el diplomático Luis Tejada, quien fue alto cargo en Exteriores en el último Gobierno de Mariano Rajoy.