Afloran las críticas por montar un 'show' para el congreso del PSOE: «No estamos para fiestas»
Los socialistas han ideado un cónclave «al estilo de una convención estadounidense» con más de 3.000 invitados
Pese a los rumores de aplazamiento, el PSOE mantendrá su 41 Congreso Federal en Sevilla para los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre. Fuentes socialistas confirman a THE OBJECTIVE que no se cancelará el cónclave, que todo «se hará como estaba previsto» y que nunca estuvo encima de la mesa su suspensión. Diferentes sectores del partido consideran «un error» no posponer unas semanas el encuentro, hasta que se haya avanzado en la reconstrucción de los municipios afectados por la DANA y en la recuperación de los cadáveres de los desaparecidos. «Es un error que nos va a salir caro», auguran las fuentes consultadas.
Críticas que aumentan por el formato elegido por la organización del partido para la cuarta proclamación de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE. Según ha podido saber este periódico, la dirección del PSOE ha ideado un congreso federal al estilo de una «convención estadounidense» para mayor gloria del presidente del Gobierno, necesitado de un revulsivo ante la presión judicial sobre su esposa, Begoña Gómez, la imputación de quien fuera su hombre fuerte, José Luis Ábalos, y la instrucción del caso Koldo.
La dirección del PSOE lleva meses trabajando en la planificación del 41 Congreso Federal, que se celebrará en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, Fibes. Fuentes de la organización del PSOE andaluz desvelan que, previsiblemente, la proclamación de Sánchez no se celebrará en el plenario del auditorio principal, sino en una de las naves colindantes, donde se está montando estos días un «enorme graderío con forma de U», con mucha mayor capacidad de aforo que el escenario principal del Fibes. Un auditorio con capacidad para los cerca de 3.000 delegados, observadores e invitados al 41 Congreso Federal del partido.
Un «espectáculo de Bollywood»
Las fuentes consultadas atribuyen al «elevado coste» el motivo fundamental del mantenimiento de la convocatoria congresual. La crítica se fundamenta en que no es momento para montar un ‘show’ que, según fuentes conocedoras de la organización, será «un espectáculo de Bollywood» en el que el partido echará el resto para mostrar músculo y fortaleza en un momento de debilidad parlamentaria y bloqueo legislativo. La cúpula del PSOE pretende responder así a los díscolos del PSOE que sostienen que Sánchez «está noqueado» y «su Gobierno no da más de sí, está en modo supervivencia».
Diferentes dirigentes del PSOE denuncian que «no estamos para fiestas» y piden «contención» en la escenificación del congreso ante la negativa de Ferraz a cambiar el formato inicial previsto. Lo contrario, advierten, puede ser «obsceno», a ojos de los militantes en particular y los españoles en general. El pasado 8 de octubre, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, asistió a las instalaciones del Fibes junto a una delegación de la dirección federal para planificar la celebración del 41 Congreso. Lo hizo acompañado de otros miembros del Comité Organizador, como el vocal del mismo, Eladio Garzón, el secretario adjunto a Organización, Juan Francisco Serrano, y la directora gerente del PSOE, Ana Fuentes. En la visita también ha participado el secretario del Área Institucional y de Grandes Ciudades de la CEF-PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.
Suspender «conllevaría problemas»
La dirección del partido argumenta que la cancelación o aplazamiento del cónclave «conllevaría una gran cantidad de problemas» empezando por la necesidad de un nuevo espacio para su celebración posterior, y la suspensión de los procesos congresuales autonómicos que deben comenzar acto seguido después del congreso federal, algunos de los cuales tienen fecha ya para la celebración de las primarias a la secretaria general autonómica. A eso hay que sumar la cancelación de los viajes y hoteles de los 1.000 delegados territoriales que asisten por cada federación, además de los 1.000 observadores. Se trata de una figura nueva que permite asistir a la reunión y que tiene la potestad en todos los foros y mesas temáticas, pero «sin voz ni voto». La novedad no sólo radica en el papel del observador, sino en el número, el mismo que de delegados. Por ejemplo, la ciudad anfitriona del cónclave, Sevilla, contará con 57 delegados y 57 observadores.
La gran duda será la Ejecutiva federal que configure el proclamado secretario general, Pedro Sánchez, y si mantiene a su núcleo duro al frente de la dirección del PSOE. Se da por descontada la salida de la vicesecretaria general, María Jesús Montero, pero la mayoría de dirigentes consultados mantienen en su puesto al secretario de Organización, Santos Cerdán. Un premio a su «lealtad» que el número tres del PSOE desliza a sus cercanos en el partido. No en vano son muchos los dirigentes del PSOE, como el vicepresidente del Congreso de los Diputados, Gómez de Celis, o el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando, que han replicado internamente la necesidad de acudir a la cita con «unidad» de la organización. Ya tocará después abrir el melón de los liderazgos territoriales.