Mazón asegura que no pidió la emergencia nacional para evitar un «conflicto» con Sánchez
El presidente valenciano alega que prefirió «acelerar» para traer efectivos a perder «la autoridad moral» en la catástrofe
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, evitó este viernes aclarar en su comparecencia parlamentaria las causas que llevaron a un retraso en el envío de la alerta masiva a móviles en la tarde del 29 de octubre, cuando la riada en el barranco del Poyo ya inundaba de agua y fango las localidades de la Huerta Sur de Valencia. Eso sí, aclaró por qué no pidió a Pedro Sánchez la declaración de emergencia nacional en las primeras 24 o 48 horas tras la catástrofe, tal y como le sugirió el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. En el turno de réplica, dijo que con ello quiso evitar «un posible conflicto institucional» con el Ejecutivo central que afectase «a la venida de recursos y efectivos en el menor tiempo posible».
Mazón insistió en las Cortes valencianas en que durante la DANA del 29 de octubre hubo un «apagón informativo» por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) durante dos horas y media -entre las 16.13 y las 18.43 horas- respecto a la crecida del barranco del Poyo, una información ya adelantada por THE OBJECTIVE el 8 de noviembre tras acceder a un documento interno del Ejecutivo autonómico.
En este sentido, remarcó que el organismo estatal sí informó sobre la situación de la presa de Forata, que estaba a punto del desbordamiento y rotura, y que «por ese motivo y no otro» se envió la alerta masiva a la población a las 20.11 horas de ese día. Por lo tanto, el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) solo tomó la decisión del envío de la alerta a los ciudadanos ante el riesgo de que Forata reventase, pero no por lo que ocurría desde la serranía de Chiva hasta la Albufera, donde el barranco del Poyo alcanzó un caudal máximo de 2.282 metros cúbicos por segundo en su peor momento.
El presidente diferenció «dos días distintos» en aquel 29 de octubre: uno hasta «las 7 de la tarde» y otro, después de esa hora, cuando se dio «un gran riesgo apocalíptico» con la situación en la presa. En ese punto, aclaró que llegó al Cecopi tras un trayecto en coche que «no fue fácil» por la situación del tráfico, sin que fuera necesario que «nadie» le pusiera al corriente de la situación, por lo que insistió a sus señorías que no retrasó «ni un segundo las tareas que se llevaron a cabo».
Lo más sorprendente es que minimizó el uso del mecanismo de ES-Alert que se utilizó por primera vez en la Comunidad Valenciana al señalar que, cuando se envió, ya era «demasiado tarde» en localidades como Paiporta, donde «ya entraba el agua» por sus calles. Es más, el presidente valenciano señaló que la alerta masiva a móviles fue «un mensaje más» en ese 29 de octubre, que ha dejado 217 fallecidos hasta el momento, después de «mensajes de prevención y consejos durante dos días».
«Nadie dijo nada. Ni una palabra ni una llamada», enfatizó tras reprochar a la CHJ que, a pesar de estar «presente en el Cecopi» de forma telemática, comunicara la crecida de este barranco mediante «un simple correo entre los más de 130 que envió ese día», en lugar de lanzar un aviso concreto o realizar una llamada telefónica de alarma como la del número dos de Teresa Ribera desde Colombia a las 20.00 horas para advertir a la consejera de Interior y responsable última de Emergencias, Salomé Pradas, que la presa de Forata estaba en peligro de colapsar. «Nadie alertó de las consecuencias catastróficas» en las localidades más afectadaas por la riada, incidió.
Mazón también quiso diferenciar, por un lado, la «información precisa» que la CHJ facilitó sobre la crecida del río Magro y el embalse de Forata con la que, por el otro, se transmitió sobre «el descomunal aumento del barranco del Poyo, que fue el causante de los peores estragos en la zona cero» en la Huerta Sur de Valencia. Esta, a su juicio, fue «fragmentada, inexacta y tardía» en un momento en el que coincidieron en el tiempo «dos eventos de riesgo hidrológico» separados un centenar de kilómetros el uno del otro.
Todos los portavoces parlamentarios afearon al barón del PP que no solicitase la declaración de emergencia nacional al Gobierno central, lo que hubiera dado el mando de la gestión a Sánchez para el mayor despliegue de efectivos militares, policiales y sociales en la historia de la región. Por ejemplo, el representante de Vox, José María Llanos, criticó la «incompetencia» de Mazón por no dar ese paso «desde el primer segundo» de la tragedia, al tiempo que repartió las culpas con Sánchez por su «negligencia criminal» al no decretar la emergencia por su cuenta sin esperar a que la Generalitat se lo pidiese.
El presidente valenciano justificó su negativa a rogar la activación de la emergencia nacional porque, en su opinión, «lo más importante era acelerar» las gestiones con el resto de administraciones «para traer efectivos». O si se quiere, «ponerse por encima de cualquier disputa política». Ante el «déjese ayudar» que le recriminaron desde la oposición, Mazón deslizó que si hubiera pedido socorro a Sánchez, entonces hubiera perdido «la autoridad moral» ante la catástrofe.