Temor en el PSOE a que un nuevo informe de la UCO «reviente» el Congreso Federal de Sevilla
Fuentes socialistas aseguran que «no es momento de cambios» y sostienen que Sánchez mantendrá a Cerdán
El PSOE está en plena ebullición. La gravedad de las acusaciones de Víctor de Aldama han sumido al partido en un estado de shock que oscila entre la incredulidad y la indignación. El argumentario oficial proyecta al comisionista del caso Koldo como un «pequeño Nicolás» sin credibilidad alguna, pero en privado, son muchos los que confiesan que gran parte de sus revelaciones entroncan con el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en relación con el Delcygate, la trama de los hidrocarburos y las prebendas a Koldo García y el exministro José Luis Ábalos. A una semana de la celebración del 41º Congreso Federal del PSOE en Sevilla, existe un temor creciente a que un nuevo informe del Instituto Armado «reviente el congreso», según las fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE.
«Todo el mundo está inquieto. Se espera que salga el domingo», revelan dirigentes socialistas en referencia al último día del cónclave de Sevilla, cuando se celebra la proclamación del secretario general del PSOE elegido. Un temor que se extiende a las amenazas de Aldama a Pedro Sánchez: «No se preocupe el presidente que tendrá las pruebas». Unas palabras que resuenan en todos los rincones del partido ante la posibilidad de que la filtración de una nueva fotografía, whatsapp o audio genere un tsunami interno en la formación, que está a punto de elegir a su nueva dirección política.
El estado de ánimo en el PSOE va por barrios. El sector más oficialista se burla de la «caricatura» de Aldama: «Ha sido tan esperpéntico, tan exagerado, que no es creíble». En el Gobierno presumen de estar «muy tranquilos» e intentan vender que «estamos en un buen momento» tras la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta y comisaria europea, la aprobación in extremis de un pacto fiscal con Podemos y a las puertas de una negociación presupuestaria que ahora ven con más optimismo. Y, sin embargo, hasta los más papistas callan ante la evidencia de que el presidente no haya querido repetir la ya célebre negación de Sánchez a Aldama: «No he cruzado una sola palabra con este señor». Una afirmación que el presidente reservó para un corrillo privado, generando dudas internas sobre el motivo.
«Esto es pánico en estado puro»
En su lugar, el tono y las formas empleadas por Sánchez en su declaración del jueves en el Congreso apelando a la «inventada» del «personaje», han alimentado la inquietud interna. «Esto es pánico en estado puro», sostienen los críticos. «El presidente está nervioso, su intervención no tranquiliza». También los observadores más neutrales tiran de autocrítica y hasta algún ministro del Gobierno deja entrever cierta credibilidad a las acusaciones del comisionista: «Qué feo es todo, cómo está el patio».
Sin embargo, salvo que el cabecilla del caso Koldo y la trama de los hidrocarburos filtre alguna información en la semana que resta, el nuevo informe de la UCO no es inminente. Fuentes de la investigación aseguran a THE OBJECTIVE que no tienen previsto publicarlo ni este fin de semana ni la semana próxima y que no hay una fecha fijada inicialmente. Algo que calma a la dirección socialista, consciente de que esto supondría un impacto directo en el estado de ánimo del cónclave; no así en la elección de Pedro Sánchez.
Cerdán seguirá: «Si no, Aldama tiene razón»
No obstante, las revelaciones de Aldama ya han tenido consecuencias directas en la conformación de la nueva dirección federal del PSOE. Fuentes socialistas consideran que haber incluido al secretario de Organización, Santos Cerdán, en los supuestos cobros de comisiones y pagos en dinero negro «le atornilla a su puesto», tras semanas de rumores sobre su posible salida. Fuentes de Moncloa y Ferraz reconocieron a este periódico hace semanas que Pedro Sánchez barajaba un ascenso de Cerdán a la vicesecretaría general, en sustitución de María Jesús Montero, para arrebatarle los mandos ejecutivos del partido. Sin embargo, son muchos los que aseguran ahora que «todo ha cambiado» y es imposible que Sánchez mueva ficha en estos momentos: «Si lo mata, tiene razón».
Una máxima que también vale para el Gobierno y el resto de los ministros bajo sospecha. Fuentes gubernamentales sospechan que el movimiento del presidente Sánchez de retrasar el Consejo de Ministros del martes al jueves podría suponer un adelanto de la remodelación del Gobierno prevista para dar salida a Teresa Ribera, toda vez que la próxima semana. el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo ratificará su nombramiento como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y comisaria europea de Competencia. Y de esa remodelación sólo se espera ya la sustitución de Sara Aagesen, secretaria de estado de Energía, en el Ministerio de Transición Energética y la vicepresidencia tercera del Gobierno.
«Ahora no es momento de cambios», transmiten a este diario fuentes gubernamentales que ya barajaban meros «retoques» en el Gobierno cuando, hace meses, auguraban una «revolución orgánica» en el partido. Esto también ha variado. No es tiempo de revoluciones ni de mudanzas. La tribulación es excesiva y, en el trasfondo de todo está el miedo a que el nuevo ciclo que surja del 41º Congreso Federal termine antes de empezar. El anterior informe de la UCO noqueó al PSOE, cuyos líderes lamentaban hace un mes: «Esto se cae. Es la peor forma de salir del Gobierno». El temor a un nuevo escrito que supere nuevamente las expectativas y arroje pruebas documentales hace afirmar a algunos que «esta vez sí parece que se acerca el final y, al parecer, será dramático».