Sánchez limita los cambios a la sustitución de Ribera por Sara Aagesen como vicepresidenta
El presidente anunciará un solo relevo y no una remodelación del Gobierno como ocurrió con la salida de Calviño
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecerá a las 9 horas para confirmar la sustitución de Teresa Ribera por quien hasta era su número dos, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. Un relevo que no sólo afectará al Ministerio de transición Energética sino también a la vicepresidencia tercera del Gobierno, puesto que también ocupará la candidata natural» de Ribera. Fuentes de Moncloa confirmaron la semana pasada este movimiento y aseguran a THE OBJECTIVE que «no habrá más cambios».
Según confirmó la Casa del Rey, Don Felipe presidirá este mismo lunes el acto de jura o promesa del cargo de la nueva titular de la Vicepresidencia Tercera del Gobierno y Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Es por este motivo que la semana pasada, La Moncloa retrasó al jueves el Consejo de Ministros para poder encajar nuevos actos en la agenda. Se apeló a la asistencia del presidente Sánchez al congreso de la UGT, cuando en realidad se pensaba en el tradicional traspaso de carteras de Ribera a Aagesen, la favorita de la vicepresidenta saliente pero también, una apuesta personal del presidente, quien está semana tendrá su primer posado en las instantáneas del Consejo de Ministros y en las escalinatas de Moncloa.
Se trata por tanto de una sustitución, y no de una remodelación del Gobierno, como ocurrió con la salida de Nadia Calviño para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Hace meses, fuentes gubernamentales ya verbalizaban que el diseño de la estrategia de Sánchez tras el verano era hacer meros «retoques» en el Gobierno para ejecutar una «revolución» en el partido.
Prioridad: la «revolución» del PSOE
A cinco días de que se inicie el 41º Congreso Federal del PSOE, esta tesis se abre paso. Las fuentes consultadas sostienen que el presidente ha querido posponer los cambios previstos en Moncloa para más adelante, consciente de que la instrucción del caso Koldo, la declaración de Aldama y los informes de la UCO que están por venir podrían dificultar la legislatura en los próximos meses y necesitar de una crisis de gobierno futura como revulsivo para coger oxígeno.
Ello no implica que el presidente vaya a quedarse cruzado de brazos. Son muchos los que esperan que haya un auténtico «terremoto» en la renovación de los cargos orgánicos de la dirección federal del PSOE, si bien la gran duda sigue siendo qué pasará con el secretario de Organización, Santos Cerdán, tras ser señalado por el comisionista Víctor de Aldama, en relación al pago de 15.000 euros de dinero negro. Las fuentes socialistas opinan que «si lo mata, estaría dando la razón Aldama» y validando estas acusaciones. Pero también los hay que creen que la posición de Cerdán, amigo y mentor de Koldo García, «no es sostenible y tiene que haber una responsabilidad política, como se le exigió a Ábalos antes de conocer su implicación real».
Quienes conocen bien al presidente auguran un «golpe de efecto» de Sánchez, para recuperar la iniciativa politica tras meses a rebufo de sus socios, enfrascado en el bloqueo legislativo en las Cortes, y ahora señalado por sus relaciones con el cabecilla del entramado del caso Koldo y la trama de los hidrocarburos. «Va a dar un golpe de autoridad para volver a salvar la partida». Lleva seis años haciéndolo, y hasta ahora, ha salvado todas las bolas de partido. Pero cada vez son más lo que creen que «a nadie le dura eternamente la suerte. También a Zapatero se le acabó la baraka»